EDUCACIÓN, CULTURA Y COMUNICACIÓN: UNA VÍA EXPEDITA PARA LA INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA

EDUCACIÓN, CULTURA Y COMUNICACIÓN: UNA VÍA EXPEDITA PARA LA INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA

El proceso de integración en América Latina persigue sentar las bases para alcanzar el desarrollo autónomo de los países que la conforman, fundamentados en sus propias potencialidades. Tras dos siglos de intentos integracionistas los resultados no han sido del todo satisfactorios, debido a que no se ha creado el sentimiento colectivo favorable al proceso de integración. En otras palabras, es necesario fomentar la cultura de la integración latinoamericana para que esta pueda ser exitosa; esto es factible de lograr a través de la educación y de las bondades que ofrece la comunicación tecnificada para la difusión de los ideales de la integración.

La educación es una vía expedita para la concientización de los ciudadanos en búsqueda de una verdadera y productiva integración de los países latinoamericanos. Para ello se precisa conocer aspectos relevantes que justifican la integración de los países que conforman la América Latina.

Aspectos puntuales de la Integración Latinoamericana:

La Integración Latinoamericana, conocida también como la Unidad Latinoamericana, es el conjunto de acciones que tienen como finalidad consolidar la integración de los países de América Latina y el Caribe acorde a sus similitudes; éstas pueden ser políticas, sociales, económicas, culturales, religiosas, lingüísticas, ideológicas, geográficas, etc. Estas acciones conllevan al establecimiento de acuerdos con fines diplomáticos, económicos y políticos con la clara intención de alcanzar el desarrollo como nación.

Los países de América Latina afectados por la crisis económica global, como consecuencia de la segunda guerra mundial, vieron la integración regional como una alternativa viable para ganar la independencia económica respecto a la economía mundial, ya que permite una utilización más eficiente de los capitales externos, mejora el intercambio de bienes y servicios y contribuye a equilibrar las asimetrías entre países vecinos y además, beneficia la seguridad regional al profundizar la confianza mutua entre los estados.

Algunos de los acuerdos regionales y organizaciones que emergen con la integración latinoamericana en búsqueda de legalizar e impulsar el crecimiento y desarrollo regional en distintos sectores, son: el Mercado Común Centroamericano (MCCA), la Comunidad andina (CA), el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) entre otros. Cada uno de estos entes tiene propósitos distintos que conducen a un mismo fin, ya enunciado, pero al mismo tiempo se contradicen en sus procesos.

En el transcurrir del tiempo, tras aproximadamente dos siglos de intentos integracionistas los resultados no son los mas alentadores (Álvarez, 1998), para el desarrollo de la región. Esto debido, entre otras razones a: las contradicciones entre ciertas organizaciones de integración, el dominio permitido a las empresas transnacionales en los procesos productivos y los mercados de los países miembros, la no involucración de toda la ciudadanía en el proceso de integración, la falta de difusión de los intereses colectivos y beneficios que se pretenden alcanzar con la integración inter e intra regional de América Latina.

Esta situación asoma la necesidad de reorientar las ideas de integración para lograr el verdadero crecimiento y desarrollo de nuestros pueblos; dejando claro que no puede haber integración si no se crea una conciencia colectiva favorable al proceso integracionista. En otras palabras, es necesario crear la cultura de la integración latinoamericana; objetivo que sólo es posible alcanzar a través de la educación.

Educar para la verdadera Integración Latinoamericana

Concebir la educación como un instrumento estratégico y dinámico para el logro de los objetivos del proceso de integración latinoamericana, ha de constituir una vía expedita que permita la eliminación de las barreras culturales que separan nuestros países, haciendo énfasis en sus puntos de unión. Esto es factible de lograr armonizando los sistemas educativos de los países de América Latina, con especial atención a los contenidos históricos, dadas las diferencias y rivalidades que parecieran haber sido enfatizadas y alentadas a lo largo del tiempo por los historiadores oficiales de cada uno de estos países en las disputas por el liderazgo en la independencia latinoamericana. Aunado a esto se hace necesario incorporar la dimensión “integración” a los contenidos programáticos de las distintas currículas de la región latinoamericana., pues la idea es formar hombres y mujeres proclives a dicho proceso.

En este sentido, han surgido experiencias en materia educativa, como el Convenio Andrés Bello, suscrito en 1970 en el marco del Acuerdo de Cartagena, con una dimensión internacional, subregional, intergubernamental e integracionista. Al mismo tiempo, los ministros de educación de la Comunidad Andina (CAN), en aras de dar cumplimiento a la Agenda Social Andina, se han puesto de acuerdo para adelantar programas y proyectos en varias áreas temáticas relacionadas con la integración propiamente dicha, entre las que se encuentran: educación para una cultura de la integración; armonización de los sistemas educativos, así como educación en fronteras (SELA, 2000).

Así mismo, en América Latina se han propuesto distintas reformas educativas en búsqueda de su calidad y excelencia educativa que permitan formar recursos humanos para el desarrollo personal y

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