Ley De Unidades

Durante décadas, el problema de la vivienda representó un reto muy importante para el Estado principalmente por cubrir la necesidad de nuevas viviendas, orientando las políticas habitacionales a la satisfacción inmediata del inmueble surgiendo así, una nueva forma de construcción Conjuntos Habitacionales; posteriormente, se crearon organismos orientados a los sectores de bajos ingresos que permitieron el acceso a la vivienda de interés social.

Es a partir de la década de los ochentas que empiezan a ser notables otro tipo de conflictos en torno a la vivienda creados por diversas situaciones al interior del espacio social de la misma; generando un punto de partida para la formación de organizaciones sociales en pro de las demandas por las condiciones físicas de los edificios y las relaciones sociales entre los habitantes.

Con el surgimiento de la “Ley de Propiedad en condominio de inmuebles del Distrito Federal”, esta nueva forma de vivienda adquirió obligaciones y derechos como particulares; creando rezagos en la atención de problemas como el mantenimiento de los edificios, la carencia de representantes vecinales para solucionar estas demandas y otros.

Ante la grave situación del problema por el notable deterioro físico y social que presentan actualmente los Conjuntos Habitacionales y el posible surgimiento de problemas de carácter delictivo, el Gobierno del Distrito Federal, junto con la Procuraduría Social intervino a través de Programa de Rescate de Unidades Habitacionales “PRUH”, para atender y disminuir estos problemas aplicado durante el 2003 al 2006.

En la Delegación Azcapotzalco, se implementaron simultáneamente a los trabajos de la PROSOC y el PRUH, para atender por su cuenta las demandas de mejoras en los Conjuntos Habitacionales; “Sábados de la Unidad”, el cual resultó un Programa exitoso en cuanto a que se logro una mejoría en la formación de una Organización Vecinal.

Sin embargo a lo largo de la investigación, se puede apreciar que la organización formada solo responde ante las exigencias gubernamentales para la obtención de este tipo de ayudas y no así para el mantenimiento preventivo de los problemas en el interior de la Unidad.

En definitiva con los resultados obtenidos se evidenció que faltó un mayor interés en la formación de las organizaciones vecinales, y el fortalecimiento de los lazos de convivencia y participación, tarea que el Gobierno Delegacional, no concluyó del todo al no dar continuidad y fomento a las pláticas de Cultura Condominal y apego a la Ley de Condominos.

Por su parte los vecinos al no lograr una organización sólida y permanente, y hacerlo de manera periódica para obtener ayuda de este tipo de programas, tampoco lograron la estabilidad en la administración de su conjunto habitacional, y sigue resultando difícil enfrentar y resarcir los problemas en su interior.

Brevemente

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