Leyenda virgen Santa Ines de Akil

La leyenda de la virgen de Santa Inés de Akil.

Tratando de encontrar los orígenes de la virgen de Santa Inés, patrona del pueblo de Akil y la leyenda que surge por su aparición en un pozo artesano, lo cual fue suficiente para que en aquellos tiempos fuese valorado como un milagro, por ello transcribo la siguiente leyenda alusiva:

“No se sabe con exactitud, por la inexistencia de documentos registrados, la fecha de este suceso; pero dicen que un día unos campesinos avecindados al oriente del poblado – actualmente colonia Benito Juárez- en cuyo centro se encuentra hasta ahora un pozo artesano construido por manos campesinas.

Se dice que un día se percataron que al bajar la bolsa de cuero hasta el manto acuífero y arriarla, se dieron cuenta de que en aquel pozo que surtía del vital líquido a esa zona, éste se encontraba seco.

Ante esta necesidad tan apremiante para surtirse de agua, los vecinos se organizaron y acordaron bajar hasta el fondo del pozo al artesano diestro de la comunidad para limpiar de escombros y destapar los veneros por donde corre el manantial de agua dulce; pero, se llevaron una gran sorpresa cuando en el fondo se encontraron con una escultura desconocida, pues no sabían su nombre. Con mucho cuidado, esta fue sacada del lugar, causando conmoción, temor e incredulidad entre unos y otros, aunque también, no faltaron los que exclamaron que: ¡era un milagro!

Dicen que en procesión solemne los pobladores en compañía de los misioneros franciscanos de los conventos cercanos, la estatua fue llevada a la iglesia católica lugar donde se le empezó a venerar con el nombre de Santa Inés.

Sin embargo, un día, nuevamente desapareció del lugar sin saber gente alguna su paradero; pero justo con su desaparición, se presentó en el lugar en la que fue encontrada, la falta de agua, pues los vecinos ya no tenían para solventar sus necesidades elementales pues el pozo, se había secado. Nuevamente los vecinos bajaron al artesano diestro en esos menesteres hasta su profundidad y ¡vaya sorpresa!, en el fondo del mismo estaba la misma estatua que ya conocían con el nombre de Santa Inés.

Dicen que los pobladores de aquellos tiempos se arrodillaron y emitieron plegarias y cánticos en su honor, por el milagro de haberla encontrado en el mismo lugar y nuevamente llenos de fervor, la condujeron de nueva cuenta en unión de los clérigos y católicos del lugar hasta el nicho, que desde su primer descubrimiento tenía en la iglesia, convirtiéndose así en la patrona del pueblo. Tiempo después, en el lugar donde se encuentra el pozo se construyó la primera capilla que hoy conocemos como de “Las Tres Cruces” situada en la colonia antes mencionada en el año de 1920.

Autor: Orlando Muñoz Canto.

Información tomada del libro Paloma Blanca.

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