Libertad y respeto, derechos de todos

Libertad y respeto, derechos de todos.

        El centro significativo de lo expresado aquí proviene sobre los crímenes de odio, violencia, discriminación y abuso contra la comunidad LGTB por la orientación sexual, identidad y expresión de género de las víctimas. Esto es debido a la cantidad de crimines de odio contra personas de la diversidad sexual en Venezuela. Personas gays, lesbianas, bisexuales, transexuales, transgénero e intersexuales, recorren cada día  situaciones complejas con respecto a su orientación sexual o de su identidad de género. En donde las viven en cada lugar del país de manera continua, en sus casas, en el bullying homofóbico, en el trabajo, en la calle, en los comercios o hasta incluso en los hospitales. Justificando esto con los respectivos estudios de ACCSI, los cuales expresan que “En Venezuela ocurrieron 99 crímenes de odio contra personas de la diversidad sexual asociados a prejuicios y tabúes por orientación sexual, identidad de género y expresión de género, real o percibida, entre enero de 2009 a agosto de 2013...” (Pág. 19). Reflejando estos datos contradicciones a las Declaración de Derechos Humanos y Orientación Sexual e Identidad de Género (apoyada por 66 países en la ONU), la cual indica que "el principio de no discriminación exige que los derechos humanos se apliquen igualmente a cada ser humano sin importar la orientación sexual y la identidad de género". Asimismo no solo la agresión, sino también la exclusión que se tiene a las personas homosexuales ante la sociedad, un ejemplo de ello se ve en la película “No sin ella”, la cual trata sobre una pareja gay, en donde una de ellas es teniente de policía que le diagnostican cáncer terminal, y la misma quiere dejar su pensión por sus años de trabajo a su pareja, pero esto se le complica puesto a que el matrimonio no es aceptado en su país, y no aplica a los mismo derechos que pueda tener una pareja heterosexual. Obstáculo que se le presenta a la mayoría de las parejas homosexuales en casi todos los países, en donde se supone que “Todas las personas son iguales ante la ley” y no se permitirán discriminaciones que por ninguna razón “tengan por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad, de los derechos y libertades de toda persona”, según el artículo 21 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela

Confirmando que aún no hemos logrado pasar del reconocimiento de la diversidad al de la igualdad, que se construye a partir de las diferencias y no de la uniformidad, que supone la eliminación de la desigualdad de trato desde todos los ámbitos de la sociedad y en todos los rincones del país. Ello supone, fundamentalmente, la certeza de que la orientación sexual e identidad de género de cada persona es un tema de derechos humanos, es decir, de obligaciones sociales y políticas, y no solo de lo más profundo de cada individuo. Esta convicción ha ido avanzando de diversas formas en el mundo, aunque sigue siendo un tema de gran complejidad. Dando como una posible solución que debemos enfocarnos a cambiar lo más pronto posible la exclusión y la cultura social de rechazo e impedimento en el ejercicio de derechos para la diversidad sexual, pero principalmente pensar que debemos terminar con el sufrimiento, la violencia y la discriminación que todos los días viven las víctimas de homofobia.  En el mismo orden de ideas la fotografía expuesta al inicio del texto muestra tres presuntas personas homofóbica y una homosexual. La misma expresa el dolor y rechazo que sienten las victimas al ser agredidas por personas homofóbicas, en donde el chico se muestra con moretones en su cara y cuerpo, muestra de la violencia que muchos viven. Sin embargo, lo que más resalta de la imagen es el cómo están representados los agresores, puesto a que se ven como unos “monstruos”, demostrando así el grado de superioridad que tienen este tipo de personas al hacer actos de agresión y odio hacia los homosexuales.

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