Lo publico acoge, lo estatal impresiona

El lenguaje arquitectónico en la generación de una imagen del estado y los edificios que la representan.

Saraswati Ortiz Tellez.

Introducción

Cuando se habla de edificios estatales, se habla del origen mismo de la ciudad, en donde como en todo edificio, el lenguaje arquitectónico define su carácter, y por así decirlo el edificio habla por sí solo. Detrás del edificio, se encuentra una intención implícita del proyectista de la obra;  como lo expone Loo^[a]s (1899, p.152)

- El arquitecto siente primero el efecto que quiere alcanzar y después con su ojo espiritual, los espacios que quiere crear. El efecto que quiere crear sobre el espectador, sea solo miedo y espanto como en la cárcel; temor a Dios como en la iglesia: respecto del poder del estado como en el Palacio.

En el fragmento de Loos vemos como la intención principal de los edificios estatales se basa en querer despertar el respeto del pueblo hacia el estado, a través de un lenguaje arquitectónico, en donde la altura del edificio muestra la grandeza del estado sobre el pueblo.

Dada la importancia de los edificios públicos en el tejido urbano, y su incidencia en la representación del gobierno en diferentes ámbitos; es importante revisar si estos ^[b]en realidad son una imagen clara de lo que se quiere reflejar.

Este artículo pretende discutir si los edificios públicos que se están construyendo en la actualidad, son coherentes arquitectónicamente con las políticas del estado. Para llegar a una conclusión se empezará por establecer los conceptos que definen en primer lugar a los edificios públicos, la definición lingüística propia de “público” en contraste de “privado^[c]”; como forma de contextualización de la vía utilizada para esclarecer la tesis planteada. Luego, se intentará revisar cuales son las responsabilidades de los edificios públicos, desde su relación con los usuarios y su relación con el contexto inmediato. para finalmente mediante algunos ejemplo^[d]s identificar en el lenguaje arquitectónico, si estos son o no coherentes con sus responsabilidades como edificios públicos y si representan o no las políticas del estado.

Lo público acoge, Lo estatal impresiona.

Más para definir cómo se representa el estado en sus edificios públicos, tendríamos que preguntarnos:^[e] por el significado propio que encierra “edificio público” o equipamiento , que por definición ^[f]es un bien privado de dominio del estado, con beneficio público, con uso no común; sin embargo, ^[g]“ la aproximación de los equipamientos ya no puede hacerse con el idealismo de los tiempos de la ilustración. Para Foucault (1976) el término es ambiguo^[h]” el edificio puede albergar una contradicción; “cuando se examinan con más detalle las posibilidades de acceso, tanto físico como administrativo y de gestión,” 2  ^[i]y como se ven reflejados esos términos en el lenguaje del edificio.  ^[j]

Cuando hablamos de un bien público nos referimos a que es accesible a los usuarios en general, por lo tanto asociar edificios públicos como edificios estatales sería decir que todos los edificios estatales son abiertos al público; lo que no sería correcto; no es lo mismo hablar de una biblioteca pública que de la casa de gobierno; A^[k]unque ambas pertenezcan al estado. De ese modo, a través del lenguaje general de la monumentalidad ambos buscan representar el poder del estado ^[l]el uno abriéndose al público y el otro cerrándose. Demostrando así, que la generalidad de edificio público del estado encierra en sí edificios públicos y privado^[m]s.

El lenguaje arquitectónico

Ya se ha visto como la intención del arquitecto es la base de la proyección de un edificio. Esto se logra materializar a través del lenguaje arquitectónico;  para que un edificio se muestre público debe haber un lenguaje en la arquitectura que demuestra cierta apertura; que permita transmitir a los usuarios, que todos somos uno en una nación, iguales en derechos; “dem^[n]ostrando que las consideraciones semánticas, son un factor fundamental en la expresión arquitectónica y que el significado de un objeto va más allá de sus funciones.” 3 

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