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Los Niños Frente Al Consumo


Enviado por   •  29 de Mayo de 2013  •  1.419 Palabras (6 Páginas)  •  362 Visitas

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.los niños frente al consumo

Por: Carmelia Judith Martínez Salcedo

Licenciada en Preescolar, Universidad Pedagógica Nacional; Especialista en Educación Sexual, Universidad Manuela Beltrán; Especialista en Informática para la Docencia, Universidad Central. Profesora Secretaría de Educación Santa Fe de Bogotá, D.C.

El proceso mediante el cual sentimos algo, aprovechado por los publicitas y la publicidad para procurar una actitud incontrolada frente al consumo, tiene varias facetas: la señal externa o estimulo que excita el órgano correspondiente del sentido; la transformación de la información en señal nerviosa; la trasmisión y transformación que sufre la señal para llegar finalmente al cerebro y producir la sensación de haber sentido algo y de afectarnos.

El que algo nos afecte implica que lo sentimos y, lo sentimos no sólo porque los sentidos nos proveen de los instrumentos para interactuar con el resto del universo, en ese sentir actúan nuestras voluntades, intereses, conocimientos, experiencias, habilidades y destrezas que hemos aprendido del medio social donde nos tocó vivir. Sí, el deseo del consumo es un aprendizaje que se construye o forma desde nuestro órgano y en interacción con la cultura. Y la sociedad es responsable en gran parte de lo que somos, no todo es voluntad y no todos los seres humanos contamos con el criterio indispensable para decidir, sentir e involucrarnos, en todas las edades de la vida.

El mundo del mercado y la fantasía de la publicidad sumergen a los niños desde muy temprana edad en la sociedad del consumo desde la satisfacción de necesidades básicas hasta el despertar de sensaciones, percepciones y necesidades imaginadas, produciendo engaños e ilusiones que aprovechan la ingenuidad propia del niño y su gran capacidad de sentir.

Engaño que lo enseña a consumir "alimentos" bajos en nutrientes, proteínas y vitaminas con la estrategia de la trampa, el niño es victima de la astucia del mercado de consumo y del afán por vender y enriquecerse.

Bajo la complicidad del Estado y de los gobiernos los niños son objeto del mercado, se los concibe como censores manipulables por figuritas plásticas miniaturizadas y amorfas para coleccionar, sacadas del programa de televisión de moda, ropa de telas sintéticas y colores atractivos que hacen ver a los niños como pancartas de marcas escritas en inglés o palabras de difícil pronunciación.

De esta manera los niños no están fuera del marco general de la economía sino que están incorporados de forma directa siendo objetos de consumo, grandes consumidores y recipientes de la economía mundial del mercado.

Así la nutrición y el complemento alimenticio de los niños está siendo sacrificado y sustituido por embellecidos paquetes de comestibles que usan tarjetas, calcomanías y stikers que vienen en su interior con una utilidad nula y, una vida corta hasta que llegue a tener mayor raiting algún otro programa de mutantes, de seres que evolucionan con el agua, el aire y la energía, muñecos que promueven las guerras, las luchas y el logro de la victoria a costa de la vida del otro o del dominio de la fuerza. En el mundo del consumo infantil lo útil, nutricional y significativo es sustituido por la superficialidad y el engaño.

El siglo XX y este siglo XXI son siglos de lucha entre marcas, mercados y compañías de publicidad, teniendo como objetivo número uno y primordial a los niños y los jóvenes. Siendo estos los más vulnerables y menos leales, entre los ejércitos de consumidores que tiene el planeta.

Gracias a sus características cognoscitivas y axiológicas, como clientes y consumidores, son los más susceptibles de caer en tentación al gancho publicitario, razón por la cual el principal objetivo de los publicistas es crear en los infantes los hábitos de consumo y preferencias para llegar con sus slogan y propagandas especializadas a tocar el umbral de los sentidos y las percepciones de los niños.

Uno de los factores que con gran evidencia influye la generación de necesidades es la cultura de las personas. Toda persona cuenta con una cultura y con una estructura genética. La cultura influye y el niño se estructura en su interacción con la familia, el contexto social de sus familiares, la escuela, los medios de comunicación. Esta cultura se manifiesta en su cosmovisión o forma de dar explicaciones a los sucesos de orden natural, en sus creencias, en sus hábitos, en la forma de ver e interpretar el mundo

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