Los Retos De La Globalización

SANTOS ESCAMILLA JUAN CARLOS

REGIMEN INTERNACIONAL DEL TRABAJO

ENSAYO SOBRE “EL FIN DEL TRABAJO”.

En esta época en la que vivimos, donde los descubrimientos científicos y los avances tecnológicos son cosa de todos los días, es muy natural que también experimentemos numerosas inquietudes e interrogantes sobre la incidencia y el impacto que estos producirán particularmente en las relaciones de trabajo. Rifkin, en su obra “El fin del Trabajo", llegó a la alarmante conclusión de que a raíz de dicho proceso también se avecinaría una inminente desocupación masiva, como resultado de la paulatina automatización de los procesos productivos y a que el trabajo de los hombres sería sustituido en el futuro por las maquinas.

No cabe duda alguna de que vivimos situados en el pleno auge de la Tercera Revolución Industrial, un cambiante escenario donde la tecnología y los medios de comunicación como el internet juegan un papel fundamental en el desarrollo y reconfiguración de las sociedades modernas. Si bien dicho proceso parece ser irreversible, es justo señalar que este también incide directamente en la eliminación de algunas tareas y ocupaciones. Lo preocupante del caso es que muchas veces no se generan otras que se encarguen de remplazarlas, o cuando menos no en la misma proporción.

Dicha situación parece muy difícil de cambiar en lo inmediato, puesto que no debemos olvidar que el sistema capitalista, lejos de velar por los intereses y el bienestar de los trabajadores, tiene como base angular para su sostenimiento el concepto de la productividad, por sobre todas las cosas, y en razón de esa misma lógica, la cual se encuentra potenciada en gran medida por los espectaculares avances tecnológicos, trata elevar la producción de bienes y servicios a como dé lugar, y que mejor si puede hacerlo mediante la reducción de los costos y el tiempo socialmente necesario para producirlos. Debido al desmesurado incremento de bienes y servicios, las elecciones de los consumidores se han visto plenamente diversificadas en los últimos años, al grado de que ahora resulta bastante abrumador tratar de escoger entre una cuantiosa gama de opciones que inundan el mercado. El único problema que se genera a partir de dicha situación es que también se ve reducida la demanda de dichos productos como consecuencia de una progresiva pérdida de los puestos de trabajo. La desocupación favorece el empobrecimiento, subraya la desigualdad y ocasiona malestar social

Sin embargo, detrás de todo este irrefrenable y novedoso cambio tecnológico, la realidad es que lejos de haberse propiciado una incorporación gradual de los trabajadores para adecuarse al mismo, este parece avanzar de manera vertiginosa y aislada, tanto así que ha terminado por superar la formación y capacitación tradicional que la mayoría de los trabajadores posee. Al hallarse estos limitados para realizar únicamente un modo de trabajo determinado, se encuentran después con que su formación no les alcanza o no encaja dentro de los nuevos parámetros productivos.

Ante este panorama poco alentador, comienzan a surgir las expresiones tales como reciclaje, reconversión, recalificación o reingeniería, los cuales describen la necesidad de volver a ingresar a un ciclo, a una calificación para acceder al entorno laboral. Por tanto resulta imperativo que el sistema educativo, tanto formal como informal, necesite actualizarse lo suficientemente rápido para acompañar el cambio tecnológico.

Ese cambio requiere del aprendizaje de otras y nuevas habilidades, que estén a la altura de los cambios del mundo productivo. La capacitación es una necesidad urgente y prioritaria de los países para poder adaptarse exitosamente a las nuevas forma de trabajo.

Diversos grupos sociales coinciden en que es necesario buscar nuevas alternativas y mecanismos para poder subsistir. Queda claro que ante el fenómeno de la automatización y el desarrollo tecnológico ya no hay

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