Los Valores De La Educacion

La educación es necesariamente normativa. Su función no es sólo instruir o transmitir unos conocimientos, sino integrar en una cultura que tiene distintas dimensiones: una lengua, unas tradiciones, unas creencias, unas actitudes y unas formas de vida. Educar es formar carácter para que se cumpla un proceso de socialización imprescindible y formarlo para promover un mundo más civilizado; y para formar el carácter no hay más remedio para inculcar unos valores.

Las sociedades prosperan y opulentas no parecen aceptar otro criterio del valor personal que el que se verifica en sus resultados materiales y económicos, el bienestar es un fundamento para la producción de valores éticos. Sin embargo es más realista pensar que tal vez las épocas de menor bienestar y mayor penuria económica, como la actual, no sean del todo malas para recuperar y hacer más presentes unos valores hasta ahora relegados a un plano muy secundario. Dicho brevemente, también hay que contar con los valores éticos para superar la crisis económica.

Con lo anterior la pervivencia del Estado de bienestar exige un efecto, modelos de redistribución que obliguen a todos y sobre a todo a los económicamente fuertes a replantearse su parte de responsabilidad en lo que sigue siendo un mal reparto de bienes básicos.

No se tiene un modelo de persona ideal, como no se tiene un modelo platónico de sociedad, ni un solo modelo de escuela, porque el mundo es plural y enriquecedor, sin embargo se cuenta con un conjunto de valores universalmente consensuales, un sistema valorativo que sirve de marco y de criterio para controlar hasta donde llegan nuestras exigencias éticas para controlar hasta dónde llegan nuestras exigencias éticas individuales y conectivas.

Los valores que inspiran los derechos humanos y las constituciones son sin duda, valores abstractos y formales.

¿Cómo se enseñan los valores éticos?

Los valores morales pretenden formar e carácter; crear unos hábitos, unas actitudes, unas maneras especiales de responder a la realidad y de relacionarse con otros seres humanos. La enseñanza de la ética no debe reducirse a la enseñanza de una asignatura. Los valores morales se transmiten, sobre todo, a través de la práctica, a través del ejemplo, a través, precisamente, de situaciones que estén reclamando la presencia de valores alternativos. La educación en unos valores éticos es tarea de todos, de todos los que actúan, de un modo u otro, sobre los educandos y los espacios más propios de la educación son la familia y la escuela, que son las instancias las que deben de hacerse cargo mayormente de lo que transmiten a niños y jóvenes.

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