Los antiguos egipcios sabían tan poco acerca del cerebro

Los antiguos egipcios sabían tan poco acerca del cerebro que cuando un rey moría, ellos removieron el cerebro de su cuerpo y lo desecharon. Los egipcios suponían, como muchas personas antes y después de ellos que la conciencia (tu mente y tus pensamientos) existían en el corazón.

Hoy en día conocemos que la mente es un producto de nuestro cerebro, pero ¿Cómo es que esta pieza de carne de 1.5 kg puede crear una mente que permita pensar acerca de ti mismo, experiencias sobre la felicidad y la ira, o recordar cosas que han pasado hace 20 minutos o veinte años antes? Esta no es una pregunta nueva. Hoy en día, sin embargo, poderosas nuevas técnicas para visualizar el origen del pensamiento, emociones, comportamiento y memorias son transformadas de manera que podamos entender el cerebro y la mente que la crea.

Alguna vez te haz puesto a pensar “¿Qué está mal contigo hoy? ¿O solo no te sientes como tu mismo?” Quizá estabas más cansado o aburrido de lo normal (pero de algún modo, tú sabías que algo estaba diferente en ti). Este conocimiento de ti mismo (la habilidad de pensar acerca de ti y de cómo te estás sintiendo) es una parte importante del ser humano.

Esta parte de tu mente tiene sus orígenes en el córtex prefrontal (una región de tu cerebro que está atrás de la frente que se extiende hasta tus oídos). Esta área empezaba funcionar antes de los dos años y no sabías que estabas separado como una entidad de tu identidad. Antes de los dos años esta parte de tu cerebro se desarrolla, tu te vuelves consciente de ti mismo y de tus pensamientos y sentimientos.

Quizás uno de los factores más importantes involucrados en la configuración de nuestra identidad es la memoria. ¿Qué es exactamente la memoria?  La mayoría de los científicos lo definen como un patrón que almacena las conexiones entre las neuronas del cerebro. Cada sentimiento que recuerdas, cada idea que piensas, altera las conexiones dentro de la vasta red de células cerebrales, y los recuerdos se fortalecen, debilitan, o se crean.

La mayoría de los primeros recuerdos de la gente es alrededor de la edad tres o más. Muy pocas personas recuerdan algo antes de esta edad porque la parte del cerebro que ayuda a formar recuerdos a largo plazo (el hipocampo) aún no está madura, o completamente desarrollada. Esto no significa que recuerdos anteriores no existen en la mente, sin embargo, algunos científicos creen que los recuerdos de emociones, especialmente los asociados con el miedo, podrían ser almacenados en otra estructura en el cerebro (la amígdala) que puede ser funcional al nacer. Aunque estos recuerdos no son accesibles a la mente consciente, todavía pueden influir en la forma en que nos sentimos y nos comportamos, incluso en la edad adulta.

Pero ¿de dónde vienen nuestras emociones, y cómo eso forma a las personas que somos y la forma en que percibimos el mundo? Hace cuarenta años, el psicólogo Paul Ekman demostró que las expresiones faciales usadas para exhibir ciertas emociones son reconocidas por la gente. Ekman sugirió que estas emociones y sus expresiones faciales correspondientes evolucionaron para ayudarnos a lidiar rápidamente con situaciones que pueden afectar nuestro bienestar

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