Los debates de La Habana: Una mirada desde adentro

Al leer el texto los debates de La Habana: Una mirada desde adentro, me llama especialmente la atención su primer capítulo, esto debido a que en este se abarca no sólo el contexto general el cual llevó a la firma del acuerdo de paz con las FARC, sino también aspectos claves para una negociación tal como la motivación para las partes y más importante aún, la explicación de la necesidad de llegar a un acuerdo. Además de esto se esclarece la definición del éxito de la negociación, el cual consiste en llegar al final de la confrontación con la mayor legitimidad social y política posible, además de reconocer a la población en medio de las operaciones como un tercer actor a tener en cuenta durante las negociaciones, logrando delimitar objetivos claros otorgando un lineamiento específico a la negociación así como una meta acorde a estos objetivos durante todo el proceso.

A lo largo de este capítulo, se exponen intereses puntuales de los actores, así como concesiones hechas por las partes como lo es la decisión de mantener los diálogos por parte de las FARC luego de la muerte de Alfonso Cano y la disposición del estado colombiano de abandonar la característica impuesta a las FARC de amenaza terrorista a un actor político. Actos que tienen como objetivo consolidar una confianza la cual hace posible establecer un terreno común de negociación, esto en relación con diálogos iniciales confidenciales los cuales además de reafirmar esta confianza, otorgan un plan de negociación común para las partes y les permite adoptar estrategias de la mano de garantes internacionales los cuales aportan legitimidad al proceso.

Para mi, el mayor aprendizaje que encuentro en este capítulo es la importancia de unos parámetros y reglas de negociación previos a la misma en relación con la construcción de una confianza, todo esto sin necesidad de atenuar la negociación, tal como se ve en la regla bipartita en la cual dictaminan que nada está acordado hasta que todo esté acordado, con lo que se abre un espacio de negociación de puntos considerados no críticos o inamovibles, sin necesidad de ralentizar la negociación y dejando los aspectos críticos al final de esta, con lo cual al abordarlos ya se han realizado concesiones previas y se tiene una presión por la materialización de los acuerdos previamente establecidos.

En este capítulo se cita la frase “negociaremos como si no hubiera guerra y pelearemos la guerra como si no hubiera negociación” lo cual a mi parecer es el hecho más sorprendente de esta negociación, puesto a que se deben particionar intereses en ambas partes en aras de continuar con la negociación en un ambiente hostil y de agresiones mutuas, considero que este aspecto supuso un reto importante para los actores de la negociación y sobre todo la capacidad de separar los hostigamientos bélicos de los objetivos de la negociación.

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