Los dos cazadores y los bomberos

Una historia inaudita nos narra la vida de un sujeto llamado Olegario, quien, en términos simples, podríamos llegar a asemejarlo con un vidente; esta primera narrativa, bautizada “Los bomberos”, escrita por el loado magno literato Mario Benedetti, cuenta la vida de un sujeto con un “poder” siniestro, venerado por amantes de la ciencia ficción y público con intensiones de presagiar el futuro, el cual, ha tenido supersticiones algo inusuales que, por lo general, han llegado a profetizarse.

Mientras Olegario se encontraba caminando en frente de la Universidad, tuvo una visión, que mostraba su morada incendiada al unísono del peculiar sonido de las sirenas del transporte de bomberos. Afortunada o desafortunadamente, su predicción fue un completo éxito. Con toda la tranquilidad ceremoniosa, se acomodó el nudo de la corbata, y se aprestó a recibir las felicitaciones de sus buenos amigos; ¿Momento de felicidad, o momento de tristeza por haber logrado la hazaña?

La segunda lectura, nombrada como “Los dos cazadores” redactada por el elogiado poeta del exilio, Yibrán Jalil Yibrán, nos da a conocer a dos sentimientos entrañados por dos cazadores en camino por la orilla del rio; Alegría y Tristeza. Corridamente se puede entender la verdadera intención del texto, siendo la ausencia de visibilidad en uno de los sentimientos en un cazador, siendo visto, o bien, la tristeza, o por contraparte, la alegría.

Si bien los dos textos cotejados en este manuscrito tienen historias completamente distintas, siendo lo único similar en ellas, la semántica textual manejada por ambas obras (dando por hecho que se tratan de redacciones literarias precarias), tienen su esencia que te atrae para darles una lectura suave, tranquila y pasajera.

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