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Los paradigmas de la política social en América Latina


Enviado por   •  11 de Marzo de 2018  •  Ensayo  •  1.368 Palabras (6 Páginas)  •  160 Visitas

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Instituto de Altos Estudios Nacionales

Políticas de Comunicación mención en Desarrollo Social

Resumen N° 1

Los paradigmas de la política social en América Latina

Rolando Franco

En un primer momento, Rolando Franco diseña un mapa muy general que busca caracterizar las etapas de desarrollo que ha transitado América Latina; para luego identificar las posibles soluciones que se pueden dar a los conflictos sociales, a partir de la concepción de los paradigmas dominantes o emergentes por parte del Estado.

La primera etapa que vive América Latina está conformada por un Estado de corte liberal, principalmente exportador de materias primas y las políticas sociales no eran responsabilidad de las acciones gubernamentales. Así también, este momento se identifica por la construcción de un Estado con una educación laicista y liberal; debido, principalmente, a las fuertes inmigraciones europeas que recibió el continente, este hecho impulsó la transmisión de valores nacionales y la instrucción primaria era la mejor estrategia.  

Tras la crisis de La Gran Depresión, los gobiernos de América Latina iniciaron la fase de la sustitución de importaciones. Esto implicó la conformación de un Estado de corte “empresarial” enfocado en el mercado interno con una industria en crecimiento, apoyada tecnológicamente por multinacionales. Sin duda, el corazón de la economía pasó a manos de los trabajadores asalariados; hecho que dio paso a la consolidación de la clase media porque se requería de un mercado interno dinámico que consuma el producto nacional. Tras lo expuesto, en cuanto a políticas sociales, al Estado no le quedaba otra alternativa más que ceder a las demandas de las organizaciones laborales.

Sin embargo, este modelo con un Estado interventor debilitó las economías latinoamericanas debido a sus dificultades. Como alternativa, se dio paso a administraciones autoritarias con políticas que originaron grandes desequilibrios macroeconómicos y fenómenos hiperinflacionarios. Es preciso mencionar que durante esta época se recurrió al exceso de endeudamiento externo.

El regreso a la democracia marca un tercer modelo para América Latina. Este momento se caracterizó por retirar al Estado de ciertas áreas en las que el sector privado resultaba más eficiente. Así también, la economía volvió a depender de del mercado internacional, ya que se enfocó en la obtención de capital por medio de exportaciones, mayoritariamente. Y como el objetivo fue superar la crisis, los recortes sociales no se hicieron esperar.  

Para Rolando Franco, el inicio de los años noventa plantearon un nuevo desafío para la región y su crecimiento. Debido a la Globalización se amplió el marco de competitividad comercial, por lo que requería de mercados con procesos productivos técnicos que eleven la productividad. Y esto se conseguiría a través de un Estado que impulse al sector empresarial para que se vuelva competitivo. Frente a esto, Franco infiere que, por tanto, el Estado debía pensar también en el sector privado al definir sus políticas de responsabilidad social.

En la segunda parte del texto, Franco describe dos paradigmas de política social presentes en América Latina. El modelo dominante (presente desde la sustitución de importaciones) y el modelo emergente. Los pone a dialogar desde su efectividad en dimensiones como la institucionalidad, toma de decisiones, financiamiento, oferta, prioridad, beneficiarios, cobertura e indicadores de impacto.

En el tema de la institucionalidad, plantea que la función tradicional del Estado es ser centralizadora debido a que ha sido el único responsable de financiar, diseñar, implementar y controlar políticas sociales. Ahora bien, el modelo emergente plantea el fin de esta concentración; propone la descentralización de las funciones a partir de compartir funciones con el sector privado como los empresarios o voluntariado como las ONG. Sin duda, la desventaja de un gobierno centralizado radica en su toma de decisiones homogéneas para realidades heterogéneas; frente a un modelo descentralizado que tomaría decisiones consensuadas con los sectores involucrados.

Todo lo contrario, ocurre con el paradigma emergente que plantea que los gobiernos no deben ser los únicos actores de la política social; y por ello busca la participación de los posibles beneficiarios y financia proyectos confeccionados por los interesados; lo que dará como resultado una oferta variada y que se ajustaría mejor a las necesidades de cada sector favorecido.

Respecto al financiamiento se aborda que el Estado debe cubrir toda la demanda social. Sin embargo, su limitación se encuentra respecto a que las peticiones sociales son ilimitadas porque siempre surgirán necesidades insatisfechas. Ante esto, la visión emergente propone el cofinanciamiento con los posibles favorecidos, contribuirán con recursos suplementarios y de esta manera se lograría mayor compromiso de la comunidad en los diferentes programas. U otra alternativa, es la aplicación de políticas de devolución por servicios públicos a la gente con alto poder adquisitivo.

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