MALTRATO ANIMAL EN LA INDUSTRIO DEL GANADO

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“Análisis de la realidad nacional”

“Maltrato animal en la industria ganadera”

Segunda Unidad

Maestra: Santos Equihua Yessica Yasmin

Alumno: Luis Diego Ruiz Redondo

Fecha de entrega: 01 de Octubre 2017

Infortunadamente en la actualidad los seres humanos llegamos a actuar en base a una doble moral, ya que por un lado defendemos y abogamos por los animales en especial los “favoritos”, en su mayoría perros y gato, incluso nos hacemos llamar “animalistas”(personas que se dedican proteger los derechos de los animales)  porque sentimos que los protegemos de la manera adecuada, y por otro lado a los mismos “animalistas” no les importa si ven pasar un perro callejero en huesos o incluso llamarle la atención a alguien que este abusando de un animal y claro también odian a las rata y animales con aspecto menos agradable a la vista.

Incluso en las redes sociales llegamos a discutir por alguna publicación o video en el que se pueda apreciar cualquier tipo de abuso animal. No digo que este mal esto, digo que tenemos que ser coherentes con nuestros principios y llevarlos a la práctica.

No es justo proteger y empeñarnos en la calidad de vida de unas especies y de otras no solo por que tengan un aspecto “feo”  o porque no sean la moda del momento, todas las especies merecen respeto y un buen trato, inclusive en las granjas y en los “mataderos”.

En este último caso es necesario aplicar las tecnologías en busca de nuevas formas o métodos para que el animal tenga una calidad de vida y viva en un contexto sano. Esto no solo es bueno para las especies sino también para los consumidores.

Desde la revolución verde de los años '50, los animales han sido sacados de la escena bucólica para ser encerrados en la granja de producción intensiva. Esto se ha transformado en uno de los más grandes holocaustos de seres vivos en todo el planeta para abastecer una industria en crecimiento permanente debido a la alta demanda de carne y proteínas de origen animal. Frente a esto, muchas empresas que se dedican a la explotación animal han desarrollado una serie de términos para etiquetar sus productos y hacer creer a los consumidores que éstos han sido obtenidos de manera "humanitaria". (ECOSOFÍA.org, 2012)

La protección legal de la que gozan nuestros perros y gatos no se aplica en granjas y mataderos(instalación industrial estatal o privada en la que se sacrifican animales de granja para su posterior procesamiento, almacenamiento y comercialización). En ellos, la ley vigente apenas consigue reducir el sufrimiento inhumano del confinamiento, las enfermedades asociadas a las condiciones de vida extremas o la crueldad de la utilización de las madres como “máquinas de parir”.

Pero hablemos de números. A principios del 2017 se registraron una cantidad aproximada de 7365 millones de seres humanos, la ganadería industrial envía al matadero cada año a 60.000 millones de pollos, 2.800 millones de patos, 1.300 millones de cerdos o 517 millones de corderos, entre otros. En total, cada año los mataderos del mundo sacrifican a un número de animales equivalente a ocho veces la población de seres humanos del planeta. (IGUALDADAnimal, 2016)

La práctica totalidad de carne, huevos y leche que son consumidos provienen de este tipo de ganadería industrial.

Es  muy cruel por parte del ser humano  y de las empresas no tener esa ética y abusar de las especies afectándoles directamente en sus condiciones de vida  aislándolas, no dejándoles espacios para moverse y acumulando una gran cantidad de estrés en toda su corta vida. Ese estrés también da como resultado un producto con mala calidad o inclusive tóxico, ya que los animales en constante estrés y empiezan a liberar toxinas cuando acumulan estrés, estás toxinas se quedan en la carne y así la mandan a empaquetar. (Chambers, 2001)

Para que una vaca dé leche ha tenido que dar a luz a un ternero. Una buena parte de los consumidores ni siquiera son conscientes de este hecho natural. El «mérito» de esta ignorancia es de los millones gastados en publicidad engañosa por las industrias alimentarias.

Estamos viviendo una gigantesca mentira con respecto a los alimentos que nos proporcionan las industrias láctea, cárnica y del huevo.

Volviendo a nuestro ternero perdido, el hecho es que nunca beberá la leche materna, lo hacemos los consumidores. ¿Qué es del ternero entonces? La respuesta se pierde entre las opacas prácticas de la ganadería industrial.

Abastecer la demanda de millones de consumidores se cobra un alto precio en los animales: el peor maltrato animal conocido. Nuestro aterrorizado ternero será separado de su madre al poco de nacer, si es hembra, estará destinada a reemplazar a las vacas que, como su propia madre, queden exhaustas tras ser inseminadas artificialmente una vez al año y convertidas en máquinas de proporcionar leche. Para que una vaca dé leche ha tenido que dar a luz a un ternero. Una buena parte de los consumidores ni siquiera son conscientes de este hecho natural. El ”mérito” de esta ignorancia es de los millones gastados en publicidad engañosa por las industrias alimentarias. (IGUALDADanimal, 2016)

La industria lechera es una industria altamente eficiente, ya que de ahí se pueden derivar varios productos que los humanos consumen diariamente. Leche, queso, crema, yogurt y carne cuando las vacas dejan de servir para producir leche.

Una vaca únicamente produce leche cuando da a luz a un becerro, así que constantemente una vaca la mantienen embarazada cría tras cría, los separan al nacer a los si es hembra la dejan crecer para que en un futuro produzca leche y si es macho lo matan instantáneamente para que se coman su carne.

La transición del consumo de leches animales hacia el consumo de leches vegetales es económicamente justificable, necesaria desde el punto de vista medioambiental y justa desde la perspectiva ética, a continuación un análisis de la polémica industria.

Esta industria es un sistema de explotación basado en un ciclo de crueldad animal que empieza con un embarazo forzoso y termina con una muerte prematura. Por el camino quedan los terneros sacrificados, las infecciones por mastitis (inflamación de las glándulas mamarias de las vacas), el doloroso proceso de matarla y la inmoral extracción de hasta diez veces más leche de la que produciría una vaca para sus crías.

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