Magisterio problema historico
Enviado por Idilio Negro • 2 de Septiembre de 2015 • Ensayo • 2.074 Palabras (9 Páginas) • 198 Visitas
¿Y DÓNDE ESTÁN LOS PROFES EN LA HISTORIA SOCIAL?
INTRODUCCIÓN
Hace poco las calles del país, de las capitales, estaban llenas de maestros, de padres de familia y de niños. Hace mucho no sucedía que el país volteara a mirar al Magisterio y a las demandas hechas por él; demandas ¨históricas¨, se leía en periódicos, se escuchaba en asambleas, se decían por decir.
A decir de Alfredo Molano, ¨el cronista es el historiador del presente¨, y si uno escribe sobre el presente es porque le importa, o bien porque le pagan por hacerlo mediocremente en una agencia de noticias; esa importancia que nos suscitó la reciente manifestación hecha por los profes, queremos analizarlo como sujeto social e histórico, sin enmarcarlo necesariamente dentro de un gremio u organización, lo que nos lleva a cuestionarnos: ¿Se ha escrito la historia del maestro? ¿El maestro hace parte del pueblo, de las clases subalternas o explotadas o bien de la clase media? ¿El maestro es siempre un intelectual?
Como profesores en formación nos preocupan estos hechos, pues de una manera u otra seremos herederos de esas luchas, y las posiciones hay que tomarlas. Nosotros no conocemos el trasegar del gremio, no sabemos si se le ha dado tratamiento o no. Tal vez se ha hecho una historia de la educación en el país, de donde se deduce o uno tiene que deducir la del gremio en sí, pero no sabemos de un trabajo histórico que recoja las luchas y la experiencia del profesorado colombiano.
Más que responder a todas las preguntas, intentaremos discurrir a través de las diferentes corrientes de la historia social, y problematizar varias de ellas según el caso y dar respuestas contingentes y limitadas, que nos permitan proponer más aristas al problema. Después de todo seremos profes, y si no está escrita la memoria de nuestra pelea, ¿quién más que nosotros para escribirla? No podemos esperar que Parody se siente a escribirla, y sin embargo, allá sentada en su oficina, vio cómo íbamos haciendo historia.
HISTORIA POPULAR
La historia popular siempre intenta ensanchar las bases de la investigación histórica, ampliar sus horizontes. Ella puede servir a intereses distintos, incluso opuestos, no siempre contradice al sistema, no siempre está a favor de la emancipación y los programas revolucionarios del ¨pueblo¨.
Lo amplío que puede ser este último término implica grandes retos epistemológicos para la ciencia histórica. Trayéndolo a nuestro caso ¿el profesorado hace parte del pueblo? O ¿proviene de las clases bajas para terminar en una clase media? Claro que en el caso colombiano son muchos los profesores que ganan casi o igual que un operario u obrero. ¿Hace parte del pueblo el intelectual comprometido?
Desde luego, las respuestas -e incluso las mismas preguntas-dependen de la postura política de aquel que investiga, es inquebrantable la relación existente entre el investigador y su apuesta política.
Aunque la historia popular puede resultar ¨fragmentaria¨ cuando trata un tema delimitado, como un proceso barrial, incluso de una calle, también se ha encargado de temas nacionales, como un trazado a lo largo del tiempo de cómo ha actuado el pueblo en su camino. El caso de FECODE, suponemos, se acerca más a este segundo plano, menos específico y sí más global. La educación es un tema que se puede abarcar en un colegio o región, pero una organización como FECODE debe tratarse en su nivel nacional, no sólo porque así funcione, sino que también ha aportado a otros procesos organizativos de otros sectores del pueblo, como la conformación de la CUT.
Mas, no podemos decir que la historia popular se concentra en las organizaciones políticas nacidas en el pueblo, más bien se interesa por las formas de resistencia más espontáneas y digamos pequeñas que se da en el marco del gremio. Esto responde a un interés en la subjetividad de quienes conforman el pueblo, no mencionando el nombre de cada uno de los trabajadores o maestros, sino reconociendo el rostro de la multitud y por consiguiente quiénes lo conforman y cómo lo hacen.
El currículo oculto, tal vez el ausentismo, simpatías primarias, organización de eventos que cuestionan la realidad, etc., pueden ser esas formas primarias y por tanto reflejar la subjetividad en resistencia de quienes hacen la historia. Muchos conocemos-e incluso hemos protagonizado-estas formas sutiles de resistencia, sutiles pero efectivas y aguerridas. Hay algo como un mimetismo. Más no es suficiente y hemos visto cómo son amenazados los profesores, llevados a la muerte o al exilio.
Vale hacer memoria, y también vale investigar. No sólo vale, es necesario. Esas investigaciones tienen muchas veces un carácter histórico, podríamos decir que han sido muchos los maestros quienes han investigado sobre las cuestiones de la realidad y del pasado. Una de las apuestas de la historia popular es escribir la historia con quienes la hacen, ya no el investigador o intelectual, sino el obrero, el carpintero, la enfermera, etc. En ese sentido, y si admitimos que hace parte del pueblo, ¿responde a esa apuesta cuando investiga? ¿Es el pueblo investigando al pueblo?
Los estudiantes venimos de la clase obrera, de las clases bajas, pero tenemos el privilegio de poder estudiar, de tener más tiempo para pensar. No creo que se rompa el lazo, más cuando en la academia hemos logrado ser más conscientes-aunque a veces parece que no pasara-y por tanto más responsables de lo que falta por hacer, que siempre es mucho. Pienso que el profesor no puede ser una parte aislada del pueblo, sino que las preguntas que él formula pueden ser muy bien el interés de investigar y comprender la historia de los oprimidos.
LA HISTORIA DESDE ABAJO
Esta es una historia que nos habla de los habitantes de los territorios, contraponiéndose a la historia glorificante que se contó hasta el siglo XIX sobre las naciones, a finales de este siglo se comenzó a tomar en cuenta la población civil para ser encuestada sobre la vida política y toma de decisiones con el discurso democrático, siempre y cuando no amenazaran con el orden social establecido (Hobsbawm, 1998).
Aquí es menester cuestionar qué tan importante había sido hasta ese momento la historia de los maestros, es decir, cómo se estudiaba la historia de los maestros si es que se hacía, porque para ese entonces seguían teniendo correspondencia con la reproducción y trasmisión de saberes que trajeran la construcción de un buen ciudadano implícita, y eso llevaría a pensar si el cambio en el estudio de la historia trae consigo un cambio en el actuar histórico de los agentes sociales, incluso, dentro de la coyuntura del magisterio colombiano, este interés por la historia de los habitantes les ha hecho tomar conciencia a los maestros que son sujetos históricos y por ende con su actuar pueden cambiar radicalmente la sociedad y su metarrelato histórico, amenazando el statu quo.
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