Me he perdido...

Me he perdido…

¿Cuántos problemas  tenemos que lidiar a diario?, ¿Cuántas veces no quisiéramos escapar y ponerle pausa a la vida?

Lo normal es que a diario nos enfrentemos a situaciones engorrosas, problemas o momentos de completa incomodidad.

Las ganas de tomar todo el dinero disponible y salir de escape a cualquier otro lado. Es una sensación que muchos experimentamos, pero al igual que la situación que nos ocasiona esa sensación nos deprime aún más el hecho de no poder hacerlo. Es como estar encerrado en un cuarto de pánico con la única puerta abierta pero sin manos para poder hacerlo.

Identifica parte de esta sensación, donde la vida se desarrolla en problemas de los que cualquiera quisiera escapar, pero a diferencia de la vida real, de nuestra triste realidad, puede escapar y emprende un viaje.

El camino que toma el viaje de pirata en un mar de montañas. El último lugar de donde supo algo de su padre.

Dicen que una mirada dice más que mil palabras, pero en este caso no es tan curioso lo que dicen, sino como lo hacen. Es curioso y envidiable como “hablan” con solo mirarse y sin siquiera musitar ni una silaba, era  su propio idioma. Y en cuanto comienzan su viaje han abandonado su vida.

Es en ejemplo  no dejar que los límites de la vida marquen tu destino, sino que tú marques y decidas por cuáles serán tus límites.

Podrás sumergte  para desenvolver en sentidos y en percepciones. Se  acaba el pudor, las preocupaciones, todo es nuevo, más simple, más valioso. El tiempo se divide en miles de partículas, partículas de carreteras, de campos, de tardes primaverales, de playas y mar, partículas de sol, de ese sol familiar…

Por Laura Manuela Castañeda Casallas

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