Mi familia es la fortaleza

La economía no es la afectación principal ante esta pandemia. La familia es nuestra fortaleza.

A finales del 2019 la mayoría se informaba sobre una nueva enfermedad que estaba afectando a China por un virus, que más tarde todos empezaron a hablar de él, como COVID-19. Claro, no todos nos enteramos, unos quizás porque no entendíamos de que trataba, otros, porque quizás no contaban con los medios para mantenerse en contacto con el mundo exterior. Tres meses después comienza a extenderse por todo el mundo, quienes en un principio dijeron que era cosa de China, ahora el miedo de contagio iba en aumentado.

México nuestro país, no sería la excepción ante el ataque de este virus, de inmediato comienzan las alertas y se activan las alarmas de emergencia, que todos debíamos quedarnos en casa, porque el virus venia ya, pero sobre todo llegaba donde la concentración masiva se desbordaba, fue un caos, porque ya ni las puertas de las escuelas deberían abrirse, las tareas de los niños quedaron a la espera de ser calificados, los trabajos se redujeron y los gastos siguieron sin un alto, pero lo que muy pocos pensaron es que la familia no debía de cambiar nada, solo adoptar nuevos hábitos.

Mi rutina principal era ir de un lugar a otro visitando comunidades, ya que, en mi servicio social, la principal tarea era asesorar a niños con rezago educativo y fortalecer las habilidades que tenían pendientes, con la llegada de la pandemia tenía que innovar, este era un reto nuevo que enfrentar, pero no olvido que en este momento mi familia me adopto con el hashtag #QuédateEnCasa.

Ya en casa, la rutina no cambió, porque desde muy temprano, mamá seguía en la cocina, los niños corrían por el patio sin preocupación por las tareas y Yo, solo esperaba pasar el mes que correspondía a la cuarentena, pero después de este periodo, la noticia llegó y el caos también, -Bueno, al menos eso es lo que vi en la televisión, porque en mi casa nadie ve noticias, por lo tanto, la vida en familia seguía igual como lo expresé.

Mi madre por un momento expresó que todos deberíamos de confiar en Dios y que todo esto pasará, además, cualquier enfermedad sin importar su gravedad, tendrá que superarse, mi madre se mostró siempre despreocupada y su vida seguía normal, en mi caso, comencé a ver noticias, mismas que cada día mencionaban que las estadísticas iban en aumento, primero por decenas, luego por cientos, luego miles, mi preocupación y miedo comenzaron a llegar, pero como ya deben saber, en este aspecto, una persona no se veía afectada, hasta la actualidad, siempre nuestro motor motivador ante toda adversidad.

Realmente, ¿la pandemia habrá golpeado duro a la economía?, muchos se quedaron sin trabajo, otros cerraron negocios, pero casi estoy seguro que, como Yo, la economía no fue el tema principal. Cabe reiterar que las emociones negativas o cuestiones psicológicas son las que debimos atender antes que el bolsillo, por que tan solo de pensar que no teníamos algo para comer, no nos afectó el hambre, nos afectó la preocupación, pero como en casa nos enseñaron que el trabajo cooperativo es funcional, comenzamos con el tema de “consume local”, así nos empezamos a ayudar en la familia y vecinos; mi madre con mayor motivación siguió generando sus ventas, mi sobrina en el taller creó muchos artefactos y otros sobrinos abrieron una taquería con servicio a domicilio, claro está que el detalle no fue la falta de dinero sino el estrés, porque no estábamos adaptados a una vida virtual que ahora comenzaba, aunque ya lo escuchábamos llegar, con contábamos con los medios, entonces el estrés llegó también.

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