Mill manifiesta que es nuestro ‘’sentimiento de la humanidad’’

Apellidos y nombres: Rios Linares Sofia

Profesor: Ponce Testino Ramon

Como así defiende Mill que la ‘’conciencia’’ es la sanción última de la moral si el mismo Mill reconoce que la sanción interna tiene una influencia en la psicología individual mucho menos intensa y evidente que las sanciones externas?

Mill manifiesta que es nuestro ‘’sentimiento de la humanidad’’  el que nos proporciona la última sanción del principio de utilidad, y el autor llama a esto sanción interna. La fuerza vinculante de la sanción consiste en la existencia de una serie de sentimientos que deben violarse para realizar lo que se opone a nuestro criterio de lo correcto, los cuales, a su vez, si obramos contra la ley dicho criterio, probablemente reaparecerán posteriormente en forma de remordimiento. Por tanto, si la última sanción de toda moralidad (aparte de lo motivos externos)  es un sentimiento subjetivo de la mente no se observa  ningún problema para aquellos que  persiguen el criterio de utilidad ya que cuando se enfrenten a la cuestión de cual es la sanción de ese criterio en particular sabran porque cumplir con esas reglas esta bien, es decir, pueden responder que los sentimientos conscientes de la humanidad son importantes.  Asimismo, se señala que esta sanción no tiene fuerza vinculante en aquellos que no existan sentimientos a los que se pide, para estas personas esas reglas morales sencillas les parecen más obligatorias que el principio general que el utilitarismo postula como su fundamento promover la felicidad general.  Mientras tanto, la existencia de esos sentimientos, y la gran fuerza con que actúan sobre las personas que han sido debidamente educadas, constituye un hecho de la naturaleza humana aseverado por la experiencia. También se señala que existe una disposición a pensar que la persona que percibe en la obligación moral una realidad objetiva, es decir, se basa en la lógica de los hechos y no en los sentimientos, es probable que la acate más que la persona que la considera totalmente subjetiva y con origen en la conciencia. Sin embargo, Mill manifiesta sea cual sea la opinión de la persona sobre esta cuestión de la ontología, la persona obra por su propio sentimiento subjetivo lo cual se mide por la fuerza en que se presenta. Nadie cree con tanta fuerza que en la realidad objetiva del deber que en la de Dios; no obstante, la creencia de Dios, aparte de la ilusión de recibir un premio o castigo efectivos, solo actua sobre la conducta debido al sentimiento religioso subjetivo, y en proporción a él.

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