Modelos Productivos (Fordismo Y Toyotismo)

El término Fordismo se refiere al modo de producción en cadena que llevó a la práctica Henry Ford, fabricante de automóviles de Estados Unidos. Este sistema comenzó con la producción del primer automóvil a partir de 1908 con una combinación y organización general del trabajo altamente especializada y reglamentada a través de cadenas de montaje, maquinaria especializada, salarios más elevados y un número elevado de trabajadores y fue utilizado posteriormente en forma extensiva en la industria de numerosos países, hasta la década de los 70 del siglo XX cuando fue reemplazada por el Toyotismo.

En el Fordismo se atomizas los procesos, esto es, se fraccionan las etapas del proceso productivo para que sean lo más simples posible y se puedan ejecutar con la mayor velocidad de forma repetitiva. Además se utiliza la estandarización ya que es más fácil optimizar la elaboración de un único producto con pocas o ninguna variante.

La producción se estructura a través de una cadena o línea de montaje, la cual se da en su totalidad dentro de la misma fábrica. El producto se va desplazando mediante la cadena por cada fase en la que los operarios realizan las tareas que corresponden. El concepto clave es el de ritmo de producción y viene determinado por la velocidad de la cadena.

Uno de los problemas que tuvo que afrontar el planteamiento Fordista fue el de la monotonía del trabajo, que puede dar lugar a problemas de productividad.

El Toyotismo corresponde a una relación en el entorno de la producción industrial que fue pilar importante en el sistema de procedimiento industrial japonés y coreano, y que después de la crisis del petróleo de 1973 comenzó a desplazar al Fordismo como modelo referencial en la producción en cadena. Se destaca de su antecesor básicamente en su idea de trabajo flexible, aumento de la productividad a través de la gestión y organización, y el trabajo combinado que supera a la mecanización e individualización del trabajador, elemento característico del proceso de la cadena fordista.

La producción se da a partir de los pedidos hechos a la fábrica (demanda), que la ponen en marcha. Se fabrican productos muy diferenciados y variados en bajas cantidades, además esta producción es adaptada a la cantidad que efectivamente se vende: el lema es producir lo justo y necesario.

El sistema Toyota se concibe como un sistema de producción y de organización que facilita la reducción de costos, el incremento de la productividad gracias a la flexibilización y a que ésta permite un control de la calidad más riguroso y llevar a cabo una estrategia que logra la diferenciación no sólo de precios sino de productos. Así es como esto lo caracteriza como un sistema altamente efectivo para un mercado diferenciado y una sociedad consumista.

Si deseáramos hacer una paralelo de estos modelos económicos con aquello que sucedía dentro de las instituciones

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