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Modelos de control interno


Enviado por   •  10 de Enero de 2021  •  Ensayo  •  5.991 Palabras (24 Páginas)  •  237 Visitas

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Introducción

Para comprender el control interno y sus modelos “COSO, CoCo y Cadbury”, es imperante entender su dimanación así como su concomitancia con la contabilidad, discernir entre los conceptos de control y controlar, según el diccionario de la lengua española de la Real Academia Española, control es comprobación, inspección, examen y controlar es comprobar, inspeccionar y revisar, es decir, poner en “acción” el control. En cuanto a su etimología, proviene del francés contrerôle se derivó también de controleur, encargado de llevar la cuenta de los gastos en el arma de artillería, convergiendo a contralor, usado para designar al ejecutivo responsable para los asuntos contable-financieros en una entidad económica; y en algunos países es el nombre dado al funcionario o la oficina que se encarga de controlar los gastos públicos. En este sentido, las causas que dieron origen al control interno; (1) "gran empresa", como consecuencia del aumento de la producción, los propietarios de las empresas se veían inermes de atender personalmente los problemas administrativos y operativos, viéndose forzados a conferir funciones, en consecuencia, comenzó a hacerse sentir menester controlar la entidad para prevenir o disminuir posibles fraudes o errores y (2) la evolución constante de las empresas adaptándose a las necesidades crecientes y demandantes de la sociedad, implicando: el rediseño en su estructura, adquisiciones, fusiones, implementación de nuevas tecnologías o nuevas unidades de negocio, que por lo general no están planeadas, representando amenazas para la misma, a través de sistemas de control: normas, mecanismos y procedimientos podrían minimizarse los riegos a los que se enfrenta la entidad. En resumen, el control interno permite accionar proactivamente ante los efectos de eliminar y/o mitigar significativamente los riesgos a los que están expuestas las entidades, sean estos privados o públicos, con o sin fines de lucro, así como las normas y reglamentaciones, que son de observancia: laborales, ecológicas, de consumidores, contables, bancarias, societarias, bursátiles entre otras, provenientes de organismos nacionales y municipales, obligando a mantenerse alerta ante el incumplimiento de las mismas.

El control interno es parte fundamental y constituye la base para una estructura administrativa y contable de una empresa; provee un grado de seguridad razonable sobre la consecución de los objetivos de la entidad relativos a la fiabilidad de la información financiera, promueve la eficacia y eficiencia de las operaciones, así como el cumplimiento de las disposiciones legales y reglamentarias aplicables, el establecimiento y desarrollo del sistema de control interno recae no solo en los altos ejecutivos de la entidad sino sobre todas las personas que forman parte de ella; coordinando en forma conjunta los esfuerzos, debe estar de acuerdo a las variables claves del contexto competitivo y de la estrategia de la empresa.

Para propósitos del presente ensayo, citaremos el concepto de control interno definido en la Norma Internacional De Auditoría 315 como la “Identificación y valoración de los riesgos de incorrección material mediante el conocimiento de la entidad y de su entorno”  como “el proceso diseñado, implementado y mantenido por los responsables del gobierno de la entidad, la dirección y otro personal, con la finalidad de proporcionar una seguridad razonable sobre la consecución de los objetivos de la entidad relativos a la fiabilidad de la información financiera, la eficacia y eficiencia de las operaciones, así como sobre el cumplimiento de las disposiciones legales y reglamentarias aplicables. El término "controles" se refiere a cualquier aspecto relativo a uno o más componentes del control interno.”


Antecedentes históricos

Los antecedentes del control interno en parte dimanan de la contabilidad, sin embargo, se tienen indicios que hacia el Siglo VII a.C. Roma se formó, en su primera etapa como una monarquía en la cual se sucedieron siete reyes, tres tribus, trícios, ramnos y lucerinos, las cuales se dividían cada una en diez curias, que integraban los “comisios curiados”, solo por patricios, gentes, excluyendo a los plebeyos, estos comisios cumplieron funciones de control político y social de las instituciones, erigiéndose como el más claro antecedente del control fiscal ejercido por los ciudadanos.  

En el año 510 a.C. la monarquía trascendió a la República Romana, cuya organización estatal se fundamentaba en el senado, las magistraturas y la asamblea popular. La magistratura, cargo de alta jerarquía, ha sido constantemente confundida con institución de control, a ella pertenecieron los cónsules, pretores ediles o tribunos de la plebe y los cuestores, encargados del manejo de los asuntos civiles de la ciudad y las provincias y del recaudo de tributos e ingresos en el caso del cuestor, junto a ellos se desarrollaron el censor y el visador con funciones de fiscalización.

La función del censor no solo tuvo que ver con controles censales de carácter social, y más allá de su función cura morum que les dio el poder de decidir sobre el honor y clasificación de los ciudadanos mediante las tachas de infamia o notas censorias, sino de control contractual; censo en una de sus definiciones es contrato de transferencia de bienes o derechos u otorgamiento de rentas. El censor utilizó el censo como padrón de población y riqueza y como contrato para controlar la hacienda de la república y del imperio. El visador, por su parte, realizó actividades de examen, investigación y reconocimiento de documentos para darles validez y autenticidad.

Las funciones de censura y visado inspiraron técnicas de examen, investigación, reconocimiento y especialmente la capacidad certificante, con secuencia de sus actividades controladoras, determinando una institucionalización de la confianza por el aparato jurídico estatal. Estas funciones fueron absorbidas por el emperador en la siguiente etapa de la historia romana y desarrollada a través de funcionarios imperiales sin la importancia social de la magistratura, con lo cual perdieron su autonomía y solo ejercieron control por delegación. El enfoque de control es de origen estatal, orientado al cuidado de los bienes públicos, fuertemente ligado al derecho, de carácter permanente y autoritario, hechos que lo definen como una actividad básica de vigilancia y castigo, sentido fundamental del control de fiscalización.

Iniciando la época feudal, los procesos de control amplían su aplicación en el campo privado, en las organizaciones económicas más poderosas de la edad media: las comunidades religiosas, en estas comunidades surgió una con especiales capacidades administrativas, la “Compañía de Jesús”, creada por Ignacio de Loyola, que se erigió en un poderoso instrumento de financiación de una de las llamadas guerras santas, conocida como Cruzadas, buscando fuentes financieras permanentes para proteger los patrimonios económicos de la nobleza, ostensiblemente menguados cuando la iglesia hizo efectivos los créditos otorgados para financiar gastos de guerra o los recibió por legados que les traerían como recompensa indulgencias frente a la gracia de Dios, convirtiéndose en la institución más poderosa, prestamista de nobles y siervos, de reyes y príncipes; a todos ellos pidió hipotecas sobre esos préstamos y se apropió de sus tierras cuando no pudieron cumplir con sus obligaciones. A pesar de prohibir el cobro de interés sobre préstamos decretando la caída del anatema sobre quienes realizaran este tipo de actividad comercial, la iglesia no prohibió los créditos hipotecarios que tanto hicieron acrecentar sus propiedades.

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