MÉXICO Y LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA

MÉXICO Y LA PARTICIPACIÓN
CIUDADANA[pic 1]

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Sergio Sánchez Díaz

Resumen: Las elecciones es el proceso democrático en el cual los ciudadanos votan por quienes representarán a la sociedad. Diputados, Senadores, Presidentes Municipales, Gobernadores y el Presidente. Se considera que las elecciones es evento y medio más importante para la construcción de un país. Sin embargo, conforme han pasado los años la manera de hacer política ha ido madurando, cambiando y avanzando. El presente trabajo tiene como finalidad reflexionar si la cultura política ha visto un avance tras las Elecciones de 2018 y quienes fueron parte de este resultado.

Palabras claves: Elecciones, participación ciudadana, democracia, nación.

Todo originaba con una visión de libertad, paz e igualdad. El propósito era que los fundamentos, cimientos y bloques que formarán a esta nación, descansarán en estos valores. La democracia es el camino, decían algunos. Desde entonces, cada tres y seis años se llevan a cabo las elecciones por los representantes para los diferentes puestos públicos.

La democracia es una forma de gobierno; una manera de organización social. La democracia es la estructura que le otorga el poder a la sociedad para decidir el rumbo del país. La única problemática con el tema, es que para realmente lograr la democracia es necesario la participación de los ciudadanos; que salgan a las urnas y tomen parte en las cuestiones públicas o del interés de todos, pues a través  de esto es que las opiniones de cada uno de los integrantes de una nación son escuchadas.

Desde la visión de Alberich (2004:24), define a la participación ciudadana como el conjunto de actividades, procesos y técnicas por los que la población interviene en los asuntos públicos que le afectan. Es decir que incorpora las necesidades de los ciudadanos para dotar de mayor viabilidad y eficacia a las administraciones públicas. Esta nueva política permite a los ciudadanos adquirir ciertos poderes.

Las elecciones es el día más importante para todo ciudadano. Su llamado es ejercer su libertad de expresión, de voto y de pensar. Es tomar una decisión la cual no debe ser juzgada ni manipulada por nadie más. No importa que su decisión sea contraria a lo “obvio” o si es “lo peor” para el país. La objetivo final es cooperar, participar y construir lo mejor para el país.

NO SIEMPRE HA SIDO ASÍ.

La democracia ha ido evolucionando. Es claro que el concepto y el ejercicio de la materia no es el mismo al de años anteriores. Conforme ha habido distintas ediciones y llamados a votar, es cómo ha ido evolucionando. La idea de participación ciudadana hay ido tomando firmeza conforme el contexto y la práctica.

El PRI durante 70 años tuvo el control absoluto del poder. No existía otra opción, otro camino o partido que le hiciera batallar. ¿Era el PRI la mejor opción ó simplemente no había cultura política? Es obvio que si revisamos los partidos políticos y sus actores, sabremos que la máxima influencia y/o escuela que los preparó, es el mismo PRI. Creo que ha sido esa misma razón por la cual por muchos años, el proceso electoral se mantenía en el mismo lado de la moneda.

En un recorrido histórico, estadísticamente la manera en como el PRI se apropiaba del poder, era con un número muy bajo de los ciudadanos en relación a la población total. La gente no sabía hacer política. Incluso era muy común que la gente se identificará muy fácil con el PRI; era el partido político más emblemático de México. En ese contexto, la gente podía no saber quien era el candidato, pero por el simple hecho de ser lanzado por el partido revolucioanario, ya tenían su voto.  Muchos consideraban que la política no era para todos. Mejor dicho, aparentemente la política era exclusiva de la gente adulta.

En las elecciones de 1982, Miguel de la Madrid, candidato del PRI, contendió por la presidencia contra Pablo Emilio Madero, candidato del PAN. En aquella edición, el colimense obtuvo cuatro veces más votos que el panista. Según estadísticas, fueron más de 16 millones de votos contra 3 millones de Madero. Este resultado, en la historia del país, es la mayor ventaja que se ha registrado en las elecciones. Ejemplo claro de la autoridad que representaba el PRI.

Evidentemente, 2018, ha sido un cambio radical. Lo que nadie creía posible, se hizo realidad; un partido con tendencia izquierda se proclamó como el partido ganador de muchas de las plazas políticas de la mencionada edición. ¿Qué sucedió? ¿En qué momento el PRI dejó de representar esa fuerza absoluta en un país tradicionalista? Creo que gran parte de la respuesta se debe a los cambios que ha habido en la manera de hacer política; de la participación ciudadana. E incluso las estadísticas lo reflejan, pues aún sin rebasar el récord 1994, se consolidarón

“JUNTOS HAREMOS HISTORIA”.

México necesitaba un cambio. La violencia, el aumento del costo de la gasolina, la devaluación del peso, la falta de empleo, el empoderamiento de los ricos, la corrupción. Decenas de razones por las cuales la población se quejaba y deseaba un cambio.  Tanto el PRI como el PAN, ya no eran suficientes para estar al frente del gobierno. Y Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se volvió esa esperanza.

Muchos atribuyen que la victoria de AMLO se vio favorecida por los doce años de campaña, considerando las candidaturas en las pasadas dos ediciones por la presidencia. Aún cuando eso tiene algo de cierto, es claro que la perspectiva política del 2006 al 2018 ha significado un cambio brutal para el país.

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