México bárbaro
Enviado por BOT_MAVC • 16 de Enero de 2013 • 2.462 Palabras (10 Páginas) • 286 Visitas
México Bárbaro
Jhon Kenneth Turner logra poner el dedo en la llaga. Con un profundo sentido analítico y desde un punto de vista objetivo y claro por que no esta sujeto a ninguna influencia, nos muestra una realidad que en su momento vino a sacudir a un pueblo que parecía estar sumergido en un profundo letargo.
Capítulo I.- Yucatán.
Narra las primeras experiencias que tuvo en México, específicamente en la península de Yucatán. Llegó ahí pretendiendo ser un inversionista adinerado para adentrarse en negocio henequenero, tras oír estos increíbles rumores de que aun existía esclavitud en América.
La manera en que los "magnates del henequén", (planta cultivada durante siglos en la región), hacían trabajar en las grandes haciendas a indios mayas y yaquis mandados desde el norte del país por el mismo el gobierno, desterrándolos y arrebatándolos de sus familias. Eran forzados a trabajar jornadas excesivas e inclusive podían ser comprados y vendidos. Era el trabajo de estos esclavos los que hacían de Merida, Yucatán una de las ciudades más bellas y ricas del país, pero a un costo inhumano.
Capítulo II .- los yaquis.
Explica la situación de estos yaquis, a partir de un decreto del propio presidente para mandarlos a Yucatán. Este decreto se valía del supuesto de que los yaquis eran conflictivos, a tal grado que para poderlos exterminar se ordenaba que a cualquier yaqui se le debería atrapar y mandarlo a Yucatán al sur del país para que sirvieran como esclavos en las haciendas henequeneras, donde morían a los seis meses por los malos tratos y el clima diferente.
Este decreto también decía que las tierras de los yaquis debían ser confiscadas; aunque era de esperar que fueran los presidentes municipales, gobernadores de los estados y amigos de Díaz, quienes se quedaran con las tierras.
Capítulo III.- la ruta del exilio.
Muchos de ellos ya eran trabajadores de familias a las que llevaban décadas ayudando en el campo, y a pesar de las suplicas que los patrones hacían por poder mantener aunque fuera a uno de ellos, hasta seguirlos era inútil. Las personas morían en el camino de semanas y eran enterrados entre ellos mismos, muchos niños quedaban huérfanos durante la travesía.
Después de ser vendidos y comprados como muebles, pasaban a manos de sus amos, mal alimentados y enfermos muchos de ellos. Lo primero que vio al llegar fue como un yaqui era apaleado en una hacienda por la sola falta de no cumplir con la cantidad de trabajo del día.
Al llegar a su destino los hacendados casaban a las mujeres con extraños para crear nuevas familias que produjeran más mano de obra, familias nuevas que podían ser vendidas después en mil pesos por persona. Las mujeres yaquis no podían evitar llorar ante la idea de regresar con sus familias al lugar de donde fueron arrancadas.
Capítulo IV.- Los esclavos contratados de Valle Nacional.
Uno de los lugares más temidos del México de principios del siglo XX era la región tabacalera de Valle Nacional en el estado sureño de Oaxaca. Los esclavos que trabajaban en las haciendas tabacaleras eran gente era traída desde todos los puntos de la república ya fuera por medio de contratos falsos, por arresto policiaco o bien por secuestro descarado.
Se enteró de otra forma de capturar esclavos, o peones. Para Valle Nacional había varios enganchadores que trabajaban para los dueños de estas haciendas, ellos estaban encargados de convencer a gente pobre de otras partes de la republica, prometiéndoles una gran paga y buena alimentación
Capítulo V.- en el valle de la muerte
Una vez más bajo el disfraz de un probable inversionista o comprador, Kenneth visita la región del Valle Nacional, en Oaxaca, haciéndose amigo de jefes y policías que jamás sospecharan que sus supuestos millones de dólares eran pura farsa.
Logró observar la vida de los esclavos en las haciendas tabacaleras, y confirmó los rumores de algo que al principio no hubiera podido creer. Valle Nacional era mucho peor que Yucatán. Llevar a alguien a la cárcel era la vía más fácil de hacer que terminaran trabajando en el esa zona de tabacaleras también conocida como "tierra caliente".
El jefe político de Pachuca, por ejemplo, tenía un convenio donde recibía dinero por cada trabajador que les mandara. Los conseguía aprehendiéndolos en las calles, ya sea por delitos reales o imaginarios, hasta que forman un acuadrilla y se les envía hasta ahí. No importaba tampoco la edad, pues se podían conseguir incluso niños para la jornada.
De ahí caían en manos de los dueños de las haciendas. En esos lugares se les dejaba morir a la intemperie y el que intentara escapar se veía con una serie de trabas que hacia mejor ni siquiera intentarlo. Se les aplicaban castigos en forma de tortura, colgándolos de los dedos, dejaban que una gotera golpeara las palmas de las manos y la cabeza hasta que esta los volvía locos.
Capítulo VI. Los peones del campo y los pobres de la ciudad.
En algunas partes se admite que hay esclavitud en México, pero nunca se hace responsable de ello el gobierno a pesar de que resulta difícil de creer que no pueda estar enterado del asunto tan bochornoso en que la tercera parte de la población esta involucrada.
Si bien las condiciones de los trabajadores del campo durante el Porfiriato no eran para nada justas, la vida en las ciudades mexicanas de principios del siglo pasado no era mucho mejor. No había ciudad que en ese entonces pudiera considerarse civilizada. Era increíble ver como muchos vivían con las condiciones insalubres de los barrios pobres.
Capítulo VII. El sistema de Díaz
Tal vez no deba de culparse a Porfirio Díaz de que antes un peón pudiera tener su pequeña parcela y ahora no tenga nada, o de que la esclavitud se haya restablecido en México. Principalmente se debe culpar de la degradación mexicana al sistema de Díaz, ya que aunque él sea pieza angular de éste, existen otras personas que lo sostienen y sin las cuales todo se vendría abajo.
Díaz encabezo tres rebeliones contra un gobierno pacifico que además había sido elegido popularmente, y en tres ocasiones se presentó como candidato a la presidencia. Desde entonces se demostró que el pueblo no lo quería como su mandatario. Después entro a la capital de la república con su ejército y se proclamó a sí mismo presidente.
Capítulo VII. Elementos represivos del
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