México desde el Transporte Público

La realidad del México desde una vuelta en el transporte público.

Me doy cuenta que en México tenemos muchísimas ventajas que hoy en día no son aprovechadas por la gente, lo que ha llevado a mantener un punto de vista recesivo hacia otros países. La falta de interés hacia la cultura mexicana, el sistema educativo y la economía son algunos de los factores más importantes que marcan las diferencias entre los países más desarrollados y nosotros. Aunque México sea una nación llena de historia, culturas y tradiciones, tantos recursos naturales, una gran variedad de entornos geográficos, rico en biodiversidad y población (por mencionar solo algunos aspectos) nos encontramos en una severa crisis económica y con el desafío de salir adelante o morir en el intento.

Estando frente a economías muy competitivas, como las de oriente, de una enorme responsabilidad social, como las europeas, y de ganancias financieras, como las norteamericanas, nosotros como mexicanos, tan imaginativos que somos, debemos construir un camino diferente que nos introduzca con mejores condiciones a este planeta globalizado.

Si ahorita México se encuentra en una posición de supuesta decadencia es porque así lo hemos permitido, pero no todo el paisaje es desalentador. Siempre ha habido mexicanos y mexicanas orgullosas de este país, somos nosotros a quienes nos preocupa esta situación, los que estamos comprometidos a formar parte de un movimiento activo con el que se empiece a contrarrestar la apatía, la pereza, la falta de conciencia, la visión cerrada que tienen algunos, la mediocridad y todas esas otras patologías que nos oprimen.

Si pensamos en la correlación entre los diferentes estados y culturas, lo que observaremos es que ha predominado hasta hoy en día es la teoría del neoliberalismo, que defiende la eliminación de las fronteras y cualquier otro tipo de restricciones que pongan límites a la actividad financiera como el mejor camino a seguir, de promover el bienestar social y la justicia en general. Aunque eso parece ser pura ideología.

El termino Globalización, ya sea en el sentido económico o cultural, ha significado siempre algo así como una conexión de las dimensiones que ya existían de los estados nacionales. Si lo esquematizamos podríamos decirlo de esta manera: primero viene la localidad, después la región, luego el estado, siguiente el nivel internacional y posiblemente después el nivel de la globalización. Sin embargo, el cosmopolitismo, de cierta forma acaba con esas distinciones y procura sustituir el concepto de globalización. En esta llamada visión cosmopolita no existen ya esas diferencias entre el interior y el exterior, lo nacional y lo internacional, yo y el que se sienta al lado. Se tienen que  observar esas nuevas combinaciones que se están dando en el mundo real.

El cosmopolitismo no tiene nada que ver con esa sociedad mundial a la que se, ni es el sistema capitalista mundializado. No se trata de una mirada total hacia el mundo. Más bien, se trata de terminar con los límites del pensamiento. Esas otras teorías son una radicalización de las ideas impuestas del nacionalismo llevadas a otra dimensión pero que aún siguen de maneras implícitas, mientras el cosmopolitismo intenta anularlas en su totalidad.

En el pensamiento cosmopolita, nuestra vida se transforma en un espacio de nuevas experiencias que se conectan con la globalización. Es importante que reconozcamos las múltiples identidades que coexisten en cada uno de nosotros. La visión cosmopolita tiene un sentido del mundo, es lúcida y busca establecer un diálogo con la gran cantidad de ambivalencias que se dan en la época actual, la cual se caracteriza por las diferencias en vías de desaparición y las contradicciones culturales. Con un ejemplo nacional no se pueden analizar más los fenómenos que están sucediendo, que son, esencialmente, cosmopolitas.

En México la globalización que nos envuelve a todos consiste en el incremento de la comunicación y la dependencia entre los diferentes países del mundo, consolidando sus mercados, sociedades y culturas. Este es un evento que tiene sus ventajas y desventajas. Por un lado nos volvemos consumistas en potencia y promotores de esa mezcla cultural, los países más desarrollados nos imponen las reglas o los estándares de cosas como una forma de vida, estructuras políticas, actividades económicas, etc. Pero hay otras prácticas en otras naciones que podríamos adoptar en nuestro país para nuestro beneficio, como el método y plan educativo de países como Cuba, el interés y coraje de asumir retos de países como Chile, que aunque no es un país primermundista asume la responsabilidad de mejorar su condición y calidad de vida, así como adoptar la exigencia y disciplina de los países orientales, etc.

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