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México después de 2018: ¿hacia un nuevo presidencialismo?


Enviado por   •  25 de Agosto de 2020  •  Ensayo  •  2.296 Palabras (10 Páginas)  •  110 Visitas

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México después de 2018: ¿hacia un nuevo presidencialismo?

Introducción

Al analizar un régimen o sistema de gobierno, resulta relevante considerar el entorno internacional dentro del cual se ubica un país determinado. Son los caracteres históricos y de proyección hacia el futuro comunes, factores importantes para comprender el establecimiento de determinadas formas de organización política y social.

Los estudios sobre el funcionamiento y reforma de los sistemas de gobierno presidencialistas con frecuencia contienen tres afirmaciones básicas. La primera es que el régimen presidencialista carece de aptitud para sustentar un sistema democrático estable. La segunda es que el presidencialismo entrega un poder excesivo al Presidente o bien, en el extremo opuesto, lo configura como una magistratura débil incapaz de imprimir coherencia al funcionamiento del régimen político. La tercera es que el parlamentarismo o el semipresidencialismo constituyen una mejor alternativa para la construcción de una democracia efectiva.

El sistema de partidos tradicionales vigente a fines del siglo XX y durante las primeras dos décadas del XXI, se vio súbitamente trastornado a raíz del más reciente proceso electoral federal. El Movimiento Regeneración Nacional (Morena), formación fundada por Andrés Manuel López Obrador, aceptado como nuevo partido político en julio de 2014, tuvo su primer experiencia electoral un año después, con resultados ambivalentes. Sin embargo, fue en la contienda celebrada en julio de 2018 en la que Morena arrasó en la elección presidencial, de gubernaturas, congresos estatales y el Congreso de la Unión.

Como resultado de los comicios, la coalición Juntos haremos historia, conformada por Morena, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Encuentro Social (PES) ganó la Presidencia de la República, la mayoría en ambas cámaras del Congreso, las gubernaturas de Chiapas, Tabasco, Veracruz, Puebla y la Ciudad de México. También obtuvo 314 de los municipios que estaban en disputa, y la mayoría en diecinueve congresos locales. Resultados así de contundentes son de especial interés para nuestra disciplina, pues son consecuencia de múltiples factores y punto de partida para nuevos hallazgos sobre el escenario político nacional.

La irrupción de estos resultados, especialmente por la apabullante mayoría que el hoy Presidente consiguió en el Congreso federal, han llevado a analistas y académicos a apuntar el retorno de las formas y los contenidos del presidencialismo omnímodo que rigió a nuestro país durante la mayor parte del pasado siglo. Si bien es notorio que hubo un conjunto de cambios en el sistema de partidos y en la distribución del poder y sus espacios, ¿qué tan acertada es la hipótesis sobre la construcción de un nuevo presidencialismo en nuestros días?

A partir de los planteamientos de autores como Jeffrey Weldon (2002), María Amparo Casar (2013, 2018) y Palma y Osornio (2020), buscamos revisar esas posibilidades de manera breve. Tras explorar la historia y principales componentes del sistema presidencialista en México, abordamos los resultados electorales de julio de 2018 desde la comprensión de su trascendencia histórica y el reconocimiento de similitudes estructurales con formas pasadas, pero postulando una hipótesis que niega la idea de una vuelta al presidencialismo de cuño priista. Finalmente, mostramos nuestras conclusiones para someterlas al criterio del lector.

El presidencialismo mexicano del siglo XX

La formación de un Estado nacional como una fórmula indisociable, no puede ser abordada desde una óptica exclusivamente jurídica a partir de la Constitución, en virtud de que ella sólo es el resultado de un pacto protocolario sustentado en un acuerdo político; mientras que el Estado es un producto histórico de corte eminentemente político al que una Constitución le imprime especial sentido. La Constitución es “la expresión normativa, en forma de acuerdo o compromiso, de un debate ideológico previo, en el que las ideas políticas desempeñan una tarea relevante” (Domínguez, 2016: 82).

Nos referimos a la Constitución pues, siguiendo los razonamientos de Weldon (2002: 177), es nuestra ley fundamental una de las fuentes del sistema presidencialista que prevaleció en México durante la mayor parte del siglo XX. Para este autor, cuatro fueron las principales condiciones de este sistema: a) estar basado en la Constitución; b) un gobierno unificado, en el que el partido del Presidente controla ambas cámaras; c) disciplina al interior del partido gobernante; d) un presidente que es el líder del partido en el gobierno.

Si bien las raíces del sistema presidencialista mexicano se pueden encontrar desde el siglo XIX, época en que los liderazgos políticos recaen en caudillos militares, es hasta el ascenso del general Porfirio Díaz cuando se consolida el emergente sistema político mexicano (Medina, 2007). Pese a que la Constitución de 1857 establecía la primacía del poder legislativo sobre el ejecutivo, las circunstancias históricas de los agitados años siguientes llevó a que Díaz y su régimen personalista anularon esas disposiciones en la práctica y dieron centralidad a la figura presidencial.

El ciclo del presidencialismo emanado del movimiento revolucionario, corresponde por su propia naturaleza a los regímenes resultantes del movimiento popular de 1910-1917; se inicia a partir de 1924 con la administración del presidente Plutarco Elías Calles, a quien corresponde reconstruir al Estado mexicano con fundamentos distintos a los del porfiriato y, por lo tanto, imprimir un ideario específico de corte social que alcanza a la institución presidencial en la concentración de funciones. El periodo de consolidación del partido y del régimen comprende las administraciones de los generales Lázaro Cárdenas del Río y Manuel Ávila Camacho, así como la del licenciado Miguel Alemán.

La administración del general Ávila Camacho se entrecruza con la Segunda Guerra Mundial, lo que le permite captar gran cantidad de divisas al operar México como abastecedor de petróleo de los aliados y sentar con ello las bases del desarrollo industrial del país; con la captación de divisas que México obtiene en ese momento, surge el denominado milagro mexicano consistente en el desarrollo económico sostenido que se mantiene hasta finales de los años sesenta.

El periodo de construcción y desarrollo del sistema correspondiente al estudio de los principios generales de convivencia del conjunto social, comprende de 1953 a 1968, años cubiertos por los licenciados Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz, administraciones en las que se define el sistema político: todas las divergencias se ventilan al interior del partido. Ya a partir de los años

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