Narcotrafico En Mexico

NARCOTRAFICO EN MEXICO:

Desde los años 90, el narcotráfico se ha convertido en un negocio ilícito que mueve más de 200 mil millones de dólares al año. La heroína, la metanfetamina, la cocaína y el éxtasis son el objeto del tráfico internacional que ha convertido a México en uno de los pises con más homicidios en el mundo.

Los cárteles mexicanos

Los estados fronterizos de México como Tijuana y Ciudad Juárez son los centros más importantes desde donde actúan los cárteles mexicanos, organizaciones ilícitas que manejan el negocio de las drogas. Hoy, esta mafia alcanza dimensiones monumentales y tiene un poder muy difícil de controlar. El tráfico de drogas ha ganado las calles de México; la guerra contra el narcotráfico es una lucha de años y es además, un negocio que mueve millones de dólares. Jóvenes y familias enteras encuentran en el negocio de las drogas una salida a la pobreza y a la falta de trabajo que garantiza a los suyos una estabilidad económica bajo el impagable precio de la amenaza constante.

La doble batalla

Existe hoy una lucha desmedida por combatir el narcotráfico, pero además se lucha por combatir una guerra interna, la que se gesta entre los cárteles mexicanos por tener el control territorial del narcotráfico y que duplica el nivel de violencia e inseguridad en México. La lucha entre estas organizaciones ilícitas, por el control territorial del negocio de la droga, provoca una enorme ola delictiva que se han convertido en una gran amenaza. Los cárteles mejicanos dominan hoy el negocio de las drogas en México pero también en Estados Unidos y las políticas de control han generado una violenta respuesta por parte de esta mafia organizada. En esta batalla, hasta el año 2011, se reportaron 35.000 asesinatos. Las víctimas no sólo son agentes policiales y narcotraficantes, también han caído en estos crímenes civiles, jóvenes, niños y periodistas.

Corrupción e impunidad

Los delitos cometidos con total impunidad por los cárteles mexicanos se extienden a otros sectores de la sociedad; así, a través del narcomensaje o de atentados, se busca asustar a la población y controlarlos mediante la amenaza de ataques narcoterroristas. El grado de violencia de estas organizaciones es desmedido, los sicarios, asesinos a sueldo ligados al narcotráfico, han sido autores de masacres de turistas y ciudadanos que se negaron a ser reclutados. Las políticas preventivas se ven debilitadas frente al gran nivel de corrupción político que protegen a los narcos y a las bandas organizadas. Muchos ciudadanos comunes, padres de familia y mujeres, frente a problemas económicos, recurren a este negocio millonario generando un problema social difícil de desarraigar. Las políticas internacionales en contra del narcotráfico, buscan hoy una salida conjunta por la erradicación de este negocio millonario y devastador.

Introducción: El contexto y los objetivos de la política antidrogas en México

La violencia relacionada con las drogas y la crisis de la seguridad en México han alcanzado niveles extraordinarios en los dos últimos años. Según los datos disponibles públicamente, 6.290 personas fallecieron en México a causa de la violencia relacionada con las drogas en 2008.1 En privado, algunos funcionarios mexicanos dan un número que asciende 9.000 muertes, pero incluso la cifra más baja es superior al número total de bajas en Irak en 2008, más que en Afganistán y seis veces más que la cifra media en una guerra civil, que es de aproximadamente 1.000 personas al año. Durante las primeras ocho semanas de 2009, más de 1.000 personas ya han sido asesinadas en México.2 En cuanto a la cantidad de víctimas, aunque no en el tipo de objetivos y medios, la violencia en México es incluso mayor que la violencia que asoló Colombia en los años ochenta y a principios de los noventa cuando Colombia atravesó una confrontación similar entre sus organizaciones de traficantes de drogas (DTO) y el estado.

Aunque la mayoría de los asesinados son personas involucradas en el tráfico de drogas, la violencia ha llegado a afectar tanto a las vidas de personas normales y corrientes que no se atreven a salir de sus casas por la noche (o incluso durante el día) por temor a verse atrapados en el fuego cruzado, como a las elites que se han convertido en objetivos para la extorsión.3 Los secuestros están

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