Neoliberalismo
Enviado por javiermelo • 21 de Noviembre de 2013 • 8.045 Palabras (33 Páginas) • 233 Visitas
Neoliberalismos, neodesarrollismos y
proyectos contrahegemónicos.
Notas sobre las crisis en el capitalismo contemporáneo y sus
superaciones dialécticas
mariano féliz1
cig-idihcs/unlp-conicet
Introducción El proyecto neoliberal iniciado a fines de los años setenta, atraviesa
en la década que pasó su crisis terminal. Sus manifestaciones son
diversas según se trate de espacios de valorización del centro o la periferia
y aun dentro de cada uno de estos espacios las crisis tienen formas
diferentes y se perfilan distintas salidas a la misma. Este variopinto de
la más reciente crisis en el capitalismo nos permite hablar de las crisis
(en plural) en el sistema, en un particular paradigma de organización
del mismo (el neoliberalismo), en lugar de sólo la crisis (en singular).
Este escrito buscar rastrear algunas hipótesis sobre las crisis actuales
y delinear alternativas —actuales o potenciales— que se desarrollan
frente a las mismas.
Las formas de la crisis. El fundamento de la forma económica de la
crisis en el centro
El capitalismo es un modo de producción que se basa en la valorización
del valor a través de la explotación incesante del trabajo humano y la
naturaleza. Hoy es un proceso mundial que abarca miles de ciclos de
valorización que se superponen, entrelazan y articulan en y a través de
los Estados nacionales.2
La visión ortodoxa (la neoclásica pero también la keynesiana)
entiende a la crisis como producto de un factor inesperado (un shock)
o una falla —corregible— en el sistema (una falla de mercado). Por el
contrario, nosotros entendemos que las crisis actuales parten del éxito
que mostró la valorización del capital en el marco del proceso de reestructuración
que se inició a mediados de los años setenta. La crisis es
producto del éxito del capital en alcanzar sus propios objetivos y por lo
tanto es resultado necesario —no contingente— de la propia lógica de
la sociedad bajo el dominio del capital.
Mariano Féliz
Profesor del
Departamento de
Sociología, Facultad
de Humanidades
y Ciencias de la
Educación (Fahce),
Universidad
Nacional de la
Plata (unlp) //
Investigador
Centro de
Investigaciones
Geográficas/
Instituto de
Investigaciones en
Humanidades y
Ciencias Sociales
(unlp-conicet),
Facultad de
Humanidades
y Ciencias de la
Educación (fahce),
Universidad
Nacional de La
Plata (unlp) //
Miembro del
Centro de Estudios
para el Cambio
Social.
56 mariano féliz
La reestructuración social, política y económica durante el neoliberalismo
condujo no sólo a la precarización del trabajo (como forma de
capital) sino —entre otras cosas— a una creciente flexibilidad del capital
fijo. En efecto, como señalan Marini (1997) y Ceceña (1996), a partir
de la década del setenta el fortalecimiento de la tendencia del capital
a internacionalizarse condujo un doble movimiento. Por un lado, la
mayor movilidad del capital fijo —crecientemente capaz de mudarse a
bajo costo de un lado del globo a otro—, junto a la flexibilidad productiva
permitida por el desarrollo de la tecnología informática y microelectrónica,
han convergido en una aceleración de la circulación del
capital y —en definitiva— han creado una masa disponible de capital
bajo su forma dineraria que alimentó el circuito especulativo. Por otra
parte, la internacionalización generalizada del ciclo del capital condujo
a la internacionalización de su parte variable, es decir, de la fuerza
de trabajo. Por primera vez en la historia del capitalismo la fuerza de
trabajo (y el ejército de reserva) tiene efectivamente una dimensión global.
La abstracción real del trabajo —el imperio de la ley del valor— a
escala mundial alcanzó realidad sustancial a finales de los años ochenta.
El neoliberalismo se dio a sí mismo la tarea de profundizar las tendencias
a la mundialización del capital y la contención de los conflictos
obreros. En pocos años, la flexibilidad laboral, las crisis de las deudas
soberanas, las privatizaciones masivas y la desregulación financiera
crearon el clima que permitió al capital social retomar —a escala
mundial— la acumulación sostenida. Desde los ataques a los mineros
en Gran Bretaña con Thatcher (1984-1985) y el embate sobre los controladores
de vuelo en los Estados Unidos con Reagan (1981) hasta la
avanzada sobre los trabajadores telefónicos en Argentina con Menem
(1990), el neoliberalismo encarnó en esos años un virulento ataque a
las condiciones de producción y reproducción de la fuerza de trabajo.
Por tal motivo implicó una reformulación general a las condiciones de
producción y reproducción de las sociedades.
Veinte años de expansión casi sin interrupciones de las economías
centrales —y en particular de la economía aún hegemónica, la economía
norteamericana— conformaron un volumen de contradicciones
que no pudo ser contenido indefinidamente. Según el Bureau of Labor
Statistics, desde 1983 y hasta 2008 la economía de ee.uu. creció en todos
los años, excepto en 1991. El crecimiento promedio del producto bruto
interno (pbi) real fue de 3,2% anual.
Esas contradicciones no fueron más que derivaciones necesarias de
la dinámica de las fuerzas que impulsan la producción y reproducción
de la sociedad mundial bajo el dominio del modo capitalista de producción
y las relaciones sociales que éste constituye y que a su vez lo
constituyen. La primera gran contradicción está ligada directamente a
la forma del proceso de expansión de la producción de mercancías. En
efecto, la etapa neoliberal —iniciada a finales de los años setenta— se
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presentó como una avanzada de los sectores dominantes para reestructurar
las relaciones de producción, destruyendo (o limitando seriamente)
la capacidad de resistencia de los/as trabajadores/as para condicionar
las modalidades de producción y forzar una más justa relación de
apropiación del valor producido. De
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