Nepotismo en México

Nombre del tema: Nepotismo en México

Estructura del desarrollo del tema: Estructura analítica

Introducción

En México estamos a punto de iniciar la contienda política debido a las elecciones del 2018 en donde se estarán decidiendo más de 3,400 cargos locales y federales. Es común que en este tipo de campañas se tengan prácticas de descalificación por medio de acusaciones de corrupción, desfalcos en administraciones, nexos con el narcotráfico, entre otros.

Y es justo en esta época cuando salen muchas dudas con respecto a nuestra clase política y nos hace reflexionar acerca de la capacidad de los políticos mexicanos, ¿son en verdad los mejores capacitados para dirigir nuestra sociedad? En lo personal lo dudo, y creo que comparto esta idea con millones de mexicanos cuando digo que la mayoría de la clase política han sabido hacer amistades o favores para estar en el lugar en el que están, a este fenómeno se le conoce como nepotismo.

Según el diccionario de la Real Academia Española el nepotismo se refiere a la desmedida preferencial que algunos dan a sus parientes o amistades para las concesiones o empleos.

Sin embargo este término también puede ser encontrado en el sector privado, ya que según un sondeo realizado por el portal Expansión en el 2010 a  2,900 personas quienes reconocieron que en la empresa en la que laboraban se reportaron casos de nepotismo.

El nepotismo es una práctica que se ha enraizado en la cultura mexicana y aunque reconocemos que a largo plazo se vuelve una problemática tanto en la política como en el sector privado basado en  investigaciones realizadas por más de 10 años (en 420 empresas), los resultados siguientes confirman el 83 % de los dueños-directores aseguran seguir el amiguismo o el nepotismo en los nombramientos de ejecutivos de alta responsabilidad y por supuesto con resultados negativos en los estados financieros.

¿Cómo se manifiesta?

La palabra nepotismo tiene como raíz etimológica indoeuropea y latina nepotis, nepos lo cual puede traducirse al español como “hijo de hijos”. Esta práctica se remonta a los más remotos tiempos de la civilización y siempre concibe una denotada mejoría al beneficiario y no tanto a la sociedad donde reside esta práctica.

A lo largo de la historia y en diversas instituciones a lo largo del mundo hemos sido espectadores de esta práctica en instituciones políticas, privadas y hasta religiosas. En su mayoría estos casos han sido motivo de fuertes críticas por parte de la sociedad ya que la práctica de estas acciones a plena conciencia son consideradas como faltas graves de profesionalismo, e incluso por algunas culturas, son actos de corrupción y desmoralizadores sociales.

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