Niños de Siria: una infancia entre balas

Niños de Siria: una infancia entre balas

Maria Finoshina (corresponsal): 

Si ven a los niños sirios les robaron infancia muchos de ellos en lugar de ir a la escuela a jugar con sus amigos tienen que ir a trabajar para mantener a sus familias. Los niños tienen que cuidar de sus hermanos menores. Este es el modo en el que han cambiado los roles en Siria por culpa de esta guerra

Reportero: tu vida es una vida normal

Samir (11 años): No lo es, es muy diferente. Me despierto me lavo y voy a trabajar. Trabajo con una máquina trituradora desde las 9 de la mañana hasta las 9 de la noche. Sé cómo mover las cajas mi función consiste en pasarse las a mi compañero y aprendí a manejar un poco el auto

Reportero: hablame un poco de tu padre

Samir (11 años): le quiero, le echo  de menos que descanse en paz. Falleció aquí en un combate, acabamos muy cansados

Reportero: con tan solo 11 añitos ya tienes que trabajar tienes que ayudar a tu familia

Samir: me las apaño porque tengo que hacerlo tengo que mantener a mi familia

Maria Finoshina (corresponsal): trabaja durante todo el día seis días a la semana y cobra 2000 libras sirias semanales en total son 8.000 libras sirias al mes eso es menos de 16 dólares ustedes pagan más por una taza de café

Reportero: ¿te sientes como un niño o como un adulto?

Samir: me siento como un adulto

Reportero: eres feliz

Samir: no

Maria Finoshina (corresponsal): los niños sirios han pasado por un infierno están tan traumatizados por lo sucedido que ni siquiera se dan cuenta todavía lo llevan muy adentro y no se sabe cómo cuando emergerá el efecto de esos traumas en su vida posterior

Pariente : ahora no quieres ir más a la escuela

Leith (9 años): no quiero incluso si te llevo en brazos  

Leith (9 años): incluso si vamos a comprarte un  paraguas quieres, vamos, te acuerdas de que ayer estaba lloviendo y dijiste que sería bueno tener un paraguas pero no teníamos dinero  si el leis es una idea vamos a comprarte un paraguas ahora tenemos dinero levanta Leith (9 años): no quiero no quiero no quiero vamos vamos, nos vamos a la escuela pero al menos salgamos a pasear si te niegas a ir a la escuela se lo contaré a tu tío yo iré contigo

Abuela: y es muy duro lo que nos ha pasado para el no es tan fácil está triste todo el tiempo pensando en su familia vio como los mataban a todos a los cinco frente a sus ojos es muy duro para él ver a su alrededor a otros niños que tienen a su madre a su padre y él no-, y se note el dolor que siente ese dolor se quedará conmigo hasta que me muera y vea a sus padres en el otro mundo

Míra lees  ahora te pones tus botas nuevas y vamos a la escuela te parece venga vamos a ponerle los zapatos yo le pongo un pie y tú el otro y vamos a la escuela de acuerdo venga vamos a donde él quiere ir está bien así

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