No estoy ni ahi con la politica
Enviado por Tami3005 • 16 de Mayo de 2019 • Ensayo • 1.732 Palabras (7 Páginas) • 102 Visitas
“No estoy ni’ ahí con la política”
Ignacio Astudillo Meza
Ignacio.astudillo01@gmail.com
El titulo de este ensayo ilustra de forma precisa la situación actual de la percepción de la política en la modernidad. No es poco común escuchar ya sea en los lugares de trabajo, en la calle o en cualquier momento y lugar de nuestra vida cotidiana opiniones que hacen referencia al ambiente o situación política que vive nuestro país desde hace ya algunos años. En general se puede decir que en esta nueva modernidad se percibe de mayor manera un creciente malestar ciudadano, acompañado de una marcada decepción del rol que juega la política, que trasciende y no distingue un estrato ya sea económico, social, o de cualquier otro índole.
La principal pregunta que buscaremos responder respecto a esta temática es; ¿Cómo ha influido el paso de una modernidad solida a una modernidad liquida en la percepción que se tiene como individuo y sociedad sobre la política?
Para poder abordar esta pregunta de manera correcta primero podemos entender la política como “…la conflictiva y nunca acabada construcción del orden deseado” (Lechner, 2002: 8).Es en esta cita de Lechner en donde podemos apreciar un punto central en cuanto al tema de la política, y es que esta de una u otra forma trata de establecer un orden, una guía, una estructura a la vida social por la cual circulamos día a día, todos los días; escenario complejo y difícil de compatibilizar con los tiempos actuales por los diferentes cambios que ha traído el paso de lo “solido” en donde estaba presente de forma rígida esa estructura, a lo “liquido” en donde esa estructura rígida vive una “licuefacción”.
“Los fluidos se desplazan con facilidad. “fluyen”, “se derraman”, “se desbordan”, “salpican”, “se vierten”, “se filtran”, “gotean”, “inundan”, “rocían”, “chorrean”, “manan”, “exudan”; a diferencia de los sólidos , no es posible detenerlos fácilmente –sortean algunos obstáculos, disuelven otros o se filtran a través de ellos, empapándolos-. Emergen incólumes de sus encuentros con los sólidos, en tanto que estos últimos –si es que siguen siendo sólidos tras el encuentro- sufren un cambio: se humedecen o empapan.”(Bauman, 2003: 8).
Como podemos ver en la cita anterior, la modernidad solida se caracteriza por su “durabilidad”, por su “resistencia al tiempo”, en donde no hay cabida a la libertad humana, ya que si bien lo “solido” puede variar al contacto con lo “liquido”, humedecerse, empaparse, su esencia rígida y compacta se mantiene, a diferencia de la modernidad liquida la cual se puede asociar con movilidad, inconstancia e instantaneidad; Estas tres características centrales de la modernidad liquida se pueden contraponer a las características de la modernidad solida inclusive en el tema de la política, evidenciando así las trasformaciones que este campo a vivido y como han influido estas en la percepción que tiene la sociedad respecto a él en los tiempos actuales.
Primero, si nos referimos a la “movilidad” de la política en esta modernidad liquida nos damos cuenta que en la actualidad existe un mayor número de conglomerados políticos, los cuales tratan de englobar uno a uno los diferentes pensamientos, sentidos y preocupaciones de los individuos que componen nuestra sociedad. Existe una mayor movilidad política en el sentido que el aumento de partidos en comparación a tiempos pasados (solidos) ha traído para las personas una mayor libertad y variedad al momento de elegir si compatibiliza o participa de algún conglomerado, teniendo incluso la opción de “pasar” por uno u otro ejerciendo así su libertad, disfrutando de las “no ataduras” que entregan los tiempos de esta modernidad, sumando además el perfeccionamiento de los sistemas de participación política , como por ejemplo los votos para personas en el extranjero.
Pero, no hay que desconocer que esta “movilidad” también ha contribuido al desencanto actual con la política, ya que un mayor número de partidos a traído consigo mayores promesas, búsquedas de ideales y construcción de valores, los cuales si bien no podemos catalogar como “buenos” o “malos”, de cierta forma logran hacer parte de manera más directa a las personas en las diferentes situaciones vividas en la política, evidenciándose así, fácilmente decepciones y faltas que dañan la integridad emocional del individuo, como por ejemplo su confianza.
En segundo lugar la “inconstancia” de la modernidad liquida la podemos ver actualmente en la política ya que si bien esta busca estructurar y/u ordenar la vida social de la cual somos participe, esta no entrega “firmeza”, seguridad a los que participan activamente en la elección de representantes, en donde sumado con la característica de una mayor variedad de partidos o conglomerados mencionada anteriormente , no se logran orientar las decisiones hacia un mismo fin, en bien de la colectividad, viviendo así repentinos cambios en políticas públicas, sociales, derogaciones de leyes por cambios de gobierno, cambios de partidos, etc. lo que no entrega la estabilidad existente o asociada a tiempos de modernidad solida que como individuo se busca en los representantes políticos elegidos democráticamente para un “rol establecido”, en donde pueden “formar parte de algo”. El afán por ganar las diferentes “carreras” políticas año a año hace desestabilizar o desorientar el fin último de un bien común. “El pensamiento político, como el arte o la moral, significa hacer visible lo colectivo…” (Lechner, 1988: 15), visibilidad que gracias a la inconstancia de la política ya sea está en si misma y/o de los que la hacen posible, se tiende alejar muchas veces de lo esperado por la colectividad, siendo el proceso de “individualización” (anteponer proyectos individuales con un mayor realce o importancia que lo colectivo) una característica más de esta modernidad liquida que está presente en la política actual, ayudando así al desencanto existente en nuestra sociedad.
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