Nueva gestión pública en Europa

1.- El modelo administrativo tradicional: su principal preocupación es que la ley no se conculque, que se garanticen los derechos de los ciudadanos, la fiscalización jurídica de las decisiones y la escasa preocupación de si la Administración es eficaz. Los resultados no importan tanto sino los procedimientos. Los ciudadanos y/o usuarios de los servicios públicos no son consultados.

2.- El gerencialismo: prima la obtención de resultados frente a los procedimientos incluyendo en la Administración elementos del mercado. Se designa un gestor al que se le asigna unos recursos de la organización que él maneja flexiblemente para la obtención de objetivos. La meta principal no se ciñe al cumplimiento de la ley aunque nunca se deberá incurrir en la ilegalidad. Los ciudadanos y/o usuarios de los servicios públicos no son consultados.

3.- Nueva Gestión Pública (NGP): la obtención de resultados competitivos y la opinión de los usuarios del servicio son primordiales pues, la Administración debe competir con otras empresas (públicas y privadas) para conseguir contratos de servicios. Esto introduce mecanismos de mercado en el servicio público. La búsqueda de servicios de calidad, la reducción del gasto público y la continua negociación con los ciudadanos son sus principales características.

Como el profesor Baena explica, la gestión pública de la Administraciones española, aun teniendo rasgos de gerencialismo y NGP en determinados departamentos o secciones como la Seguridad Social, la DGT o Correos, es básicamente tradicional. Esto se debe a que las instancias centrales se aferran al modelo tradicional, no han sido reformadas y por tanto no impulsan el cambio. El hecho de que se produzca este fenómeno puede derivar en el revertimiento de los modelos gerencialistas y NGP que aquellos departamentos hayan alcanzado. La convivencia de elementos de sistemas diferentes es inevitable pero la coexistencia de principios administrativos tradicionales con elementos más modernos puede hacer peligrar los elementos de innovación.

El rasgo a destacar de la NGP que conocemos en la Administración española es el de la búsqueda de la calidad del servicio público evaluando la calidad de los servicios para así poder mejorarlos. Cabe destacar la intencionalidad de un buen número de funcionarios que, de forma personal, persiguen la calidad en su trabajo.

El interesante asunto de la reforma de la administración ha estado muy en boga en los últimos tiempos pues ha sido un tema recurrente por parte algunos de los nuevos partidos políticos del espacio público español. En mi opinión pienso que se debería llevar a cabo una profunda reforma de la Administración Pública española pero, tal y como el profesor Baena escribe, deberá producirse de arriba abajo, o sea, comenzando por las instancias centrales que, por lo general son, y de forma obvia, reticentes al cambio. Los ciudadanos mantienen

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