OBSESIÓN POR LA BELLEZA

OBSESIÓN POR LA BELLEZA

La belleza es lo que va más allá de la parte estética, la perfección y los ideales de los que se constituye una sociedad.

La belleza es subjetiva, puesto que está en cada uno de nosotros ver lo que es perfecto y bello como para otras personas no lo es, crear un estereotipo de algo que creemos perfecto ante nuestros ojos, algo que se convierte en una sensación de satisfacción y bienestar emocional.

Existen varios factores que contribuyen a que este problema siga creciendo y creciendo cada vez más; las redes sociales y los medios de comunicación masiva, son los principales que de forma notoria hacen que este trastorno experimente algo importante.

 Las redes sociales han sido un rol protagónico, por la aparición de filtros y aplicaciones que mejoran la apariencia hasta límites casi imposibles, dichas herramientas que mejoran el aspecto de la piel, blanquean dientes, generan volumen en labios y pómulos proveen nuevos estándares, alterando la percepción, dando lugar a de belleza.

Vivimos en un tiempo en el que la imagen exterior es tan importante que ha llegado a condicionar nuestras vidas. Y es que en el mundo donde estamos, somos sometidos diariamente a una cantidad increíble de estímulos (publicidad, series, publicaciones en redes sociales, etc.)

En lo corporal, los medios de comunicación juegan un rol importante a través de la publicidad engañosa, ya que proyecta la búsqueda del éxito y la felicidad a través del cuerpo perfecto, que muchas veces resulta poco saludable.

Se suma a lo anterior, el hecho de que la imagen corporal se va gestando desde la niñez y, por lo tanto, los padres ejercen una influencia, puesto que la madre o padre que fue sometido a cirugía plástica cosmética expone a su hijo a padecer el mismo trastorno hacia los estereotipos.

De ahí que la obsesión por la belleza se haya convertido en una especie de parásito que dirige nuestras vidas y nuestras emociones, tanto de manera individual como de forma colectiva; unos y otros la alimentamos.

Entonces, yo me pregunto, ¿por qué no aceptarnos tal cual somos?, ¿por qué dar el gusto a los demás cambiando a una personalidad que no nos pertenece?, ¿solo por encajar en una sociedad mentalizada en vanidad de belleza?

Claramente existe solución, pero la problemática hay que combatirla de la raíz, con educación y concientizando a la sociedad en su conjunto.

Ya es tiempo de realizar un cambio respecto a esta obsesión, concentrémonos en cambiar, tomándonos siempre  nosotros como la prioridad más importante, no olvidemos que el amor más hermoso es el que se genere teniendo una paz emocional estable.

Para concluir, quiero hacer énfasis en lo siguiente:

“Amate como eres, sin filtros ni etiquetas; recuerda que, ser real y ser uno mismo es el mejor filtro que podrías usar”.

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