Obesidad Infantil En México
Enviado por sergiovallin • 23 de Octubre de 2012 • 1.676 Palabras (7 Páginas) • 757 Visitas
INTRODUCCIÓN: tema de salud infantil, que también tiene relación directa con un área que los niños deben de formarse en los hábitos que le ayuden a llevar una vida sana, a controlar sus deseos e impulsos y sentirse bien con ellos mismos. Este trabajo habla de la obesidad infantil en nuestro país “México”.
La obesidad es considerada actualmente la enfermedad epidémica no transmisible más grande en el mundo y que en nuestro país es mas alarmarte cada día pues somos el país con los mayores niños obesos del mundo. En este trabajo se describen los factores que propician el problema en ese grupo de edad, así como algunas alternativas para prevenirlo y mitigarlo.
Como introducción al tema es importante mencionar que la obesidad es una enfermedad crónica, compleja y multifactorial que se puede prevenir es un proceso que suele iniciarse en la infancia y la adolescencia, que se establece por un desequilibrio entre la ingesta y el gasto energético. En su origen se involucran factores genéticos y ambientales, que determinan un trastorno metabólico que conduce a una excesiva acumulación de grasa corporal para el valor esperado según el sexo, talla, y edad.
OBESIDAD INFANTIL EN MÉXICO
El Instituto Nacional de Salud Pública, desde la publicación de su Encuesta de Salud y Nutrición de 2006 (ENSANUT 2006), ha dado voz de alarma acerca del incremento dramático que han tenido las tasas de sobrepeso y obesidad en México, ya que 70 por ciento de los adultos mexicanos la padecen. Este incremento se ha agravado en niños en edad escolar, aumentando de 18.4 por ciento en 1999 a 26.2 por ciento en 2006, es decir, a razón de 1.1 porcentual por año. La diabetes mellitus, importante complicación de la obesidad, es la primera causa de muerte en México. Cabe destacar que además de la alta mortalidad, el tratamiento de la diabetes y sus complicaciones cuesta al Estado cerca de 80 mil millones de pesos al año, más el impacto sobre la economía familiar y el sufrimiento humano que esto trae consigo. Los comités de expertos de la OMS y el World Cancer Research Fund afirman que hay evidencia científica suficiente para argumentar que el riesgo de obesidad aumenta con el consumo de bebidas azucaradas. Es importante mencionar que México es uno de los principales consumidores mundiales de bebidas endulzadas, según la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas. En 2007 los mexicanos consumimos 160.1 litros de refresco por persona por año. Esto se traduce en que las bebidas endulzadas representan el 27.8 por ciento y el 20.7 por ciento del consumo diario de calorías en niños pre-escolares y escolares, lo cual muy posiblemente fomenta el desarrollo de obesidad.
El uso de edulcorantes no calóricos para disminuir el consumo de energía en la población adulta está justificado. Sin embargo, su uso en alimentos y bebidas consumidos por niños es totalmente desaconsejable. Las razones para desaconsejar los edulcorantes incluyen la falta de evidencia sobre su inocuidad cuando el consumo se inicia en edades tempranas. Finalmente, el gusto por el sabor dulce es un hábito que se aprende en etapas tempranas, por lo que consumir alimentos y bebidas con edulcorantes artificiales no permite que los niños disminuyan su gusto y el consumo de alimentos y bebidas dulces. Teniendo como objetivo contener el rápido aumento de obesidad y sus complicaciones en México, el gobierno federal presentó el Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaría: estrategia contra el Sobrepeso y la Obesidad, en el cual se identifican los objetivos prioritarios para este fin. Con base en ese acuerdo, la Secretaría de Educación Pública (SEP), con apoyo de la Secretaría de Salud (SSA) ha propuesto -después de una amplia consulta con expertos- los lineamientos generales para el expendio o distribución de alimentos y bebidas en los establecimientos de consumo escolar de los planteles de educación básica, que pretenden promover una alimentación saludable en el entorno escolar, el cual se ha vuelto altamente “obesogénico”. La estrategia Mundial de la Organización de la Salud (OMS, 2004) propone: “Para proteger la salud de los escolares, la escuela debe promover una alimentación sana, así como la actividad física. Se alienta a los gobiernos a que limiten la disponibilidad de productos con alto contenido de sal, azúcar y grasas.”
Los lineamientos que se están proponiendo, promueven el uso de agua potable como principal bebida hidratante, así como el consumo de frutas y verduras. De manera complementaria se propone desestimular el consumo de bebidas endulzadas (refrescos, jugos, néctares y otras bebidas que contienen endulzantes calóricos) y alimentos con alta densidad de energía (botanas, galletas, pastelillos industriales, entre otros alimentos). Para alcanzar este objetivo es importante que los Lineamientos definan ciertas características de los alimentos, entre ellas, señalar los límites del contenido de calorías para los productos de alta densidad de calorías (>275 Kilo calorías/100 gramos) y recomendar la reducción gradual de grasas de riesgo, azúcares añadidos y sodio en los alimentos consumidos por los niños, de acuerdo a las recomendaciones de la OMS y otros organismos internacionales de salud. El Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) asegura que el cálculo de los requerimientos de energía durante el refrigerio de la escuela está basado en evidencia científica publicada,
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