Observadores y víctimas de la intimidación en

Cada vez es más recurrente que escuchemos hablar acerca del bullying, y es que esta conducta se ha convertido en algo muy común principalmente en la adolescencia, llegando a afectar hasta al 10 por ciento de los estudiantes en esta etapa.

El bullying son todas las formas de acoso, actitudes agresivas recurrentes, intimidación, amenazas y descalificación, que se hacen de forma física, verbal o psicológica de exclusión, de uno o varios alumnos hacia un compañero o compañera.

Hay tres actores que intervienen en este tipo de maltrato:

• El acosador: Es el sujeto que ejerce la violencia, pueden contribuir con él otras personas, tanto de forma activa como pasiva. Se estima que del 7 al 9% de los individuos de una comunidad escolar llevan a cabo este tipo de acciones.

• La víctima: Por quienes lo agreden es considerado inferior, ya sea por cuestiones físicas, psicológicas o sociales. Lo que puede mostrar débil a este sujeto es un nivel de autoestima bajo y la incapacidad para adaptarse. También entre las víctimas se incluye a las demás personas que son influidas por el agresor para alentar este tipo de maltrato.

• Los observadores: Estos sujetos son los testigos de la agresión, la cual se mantiene debido a su pasividad al ver la conducta de los agresores y sin intervenir directamente. El presenciar estos actos produce falta de sensibilidad, apatía e insolidaridad, además, no sólo afecta a la víctima sino que deteriora la calidad de vida del entorno en el que se produce, aumentando los problemas y tensiones.

Las consecuencias de estas conductas se pueden ver reflejadas en diferentes aspectos de la vida del estudiante que es victimizado, por ejemplo, bajo rendimiento escolar, ansiedad, depresión, temor a ir a la escuela y aislamiento social.

¿Qué hacer para evitarlo?

• Mantén una abierta comunicación con tus hijos, debes estar alerta si detectas algún signo de que algo está ocurriendo.

• En el caso de que tu hijo sea el que lleva a cabo el rol de acosador, exprésale tu rechazo hacia ese tipo de conducta; conoce con qué gente se relaciona y cuáles son sus actividades.

• Evita que en tu casa haya un ambiente hostil o demasiado permisivo.

• Los profesores deben ser claros al transmitir el reglamento del colegio a los alumnos, de modo que queden claras las normas de no agresión; además, les corresponde comunicar a la dirección cualquier incidente que se presente entre los estudiantes.

• Las instituciones educativas deben promover la tolerancia y hacer campañas de sensibilización. Los padres y personal educativo deben actuar conjuntamente para evitar esta problemática, por lo que también sería útil realizar cursos o conferencias para padres y maestros donde se puedas tratar este tipo de temas.

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