Opinion Personal Acerca de la Cultura del Metro

Opinión sobre el metro CDMX

Tal vez deba empezar con el hecho de que si uso el metro incluso desde pequeño. Me inicio mi abuelo en el arte de viajar en esta llamada coloquialmente limosina naranja. Que como siempre deja una gran impresión por la magnitud de su obra. Puede que desde que entras en cualquier estación accediendo ya sea por uno de sus tres tipos de estaciones: elevada, terrestre o subterránea. Siendo la ultima la mas conocida por su numerosa distribución, impacta a la vista la capacidad de excavar de manera precisa y segura a una profundidad rara vez accesible. Teniendo como ejemplo las terminales de la linea 2,3,4 y tal vez la 12. Demostrando la anterior ya mencionada que este medio sigue y parece ser que continuara renovandose con el tiempo, como se ha indicado con la noticia adjunta de la construcción del nuevo aeropuerto. Pero volviendo con la inmensidad de la obra en si, puede continuar viéndose con la cantidad de personas que se desplazan por este medio durante su jornada de 5:00 am-12:00 pm esto celebrando hace pocos días junto a 46 años de servicio a la capital y parte del estado. Pero como ignorar un desplazamiento tan largo, variado y económico que lamentablemente se ve casi siempre opacado por los cortes o paradas simbólicamente eternas que realiza posiblemente a una desorganización ya muy longeva. Y eso encadenado no solo al recuerdo de la muy visible realidad de instalaciones deterioradas hasta el punto de asemejar reliquias de una antiquísima civilización subterránea. Y a propósito omitiendo lo ya de por si evidente en materia de salubridad, seguridad e integridad que puede manejarse ya desde hace años y ha sido hábilmente disfrazado por el inagotable ingenio de sus trabajadores, especialistas y gente común. Claro que mas de una persona ya ha disfrutado la delicia de una buena siesta en alguno de sus mas de 2000 coloridos y distintivos asientos verdes y justo a al mismo tiempo ha sido este despertado por un frenon espontáneo de emergencia o algún vendedor ambulante ofreciendo productos a precios módicos a través de bocinas que no hacen mas que dañar el ya de por si muy golpeado sentido del oído. Bueno, uno mismo tiene que admitirlo. No se puede tapar el cielo con un dedo haciendo mas que evidente la saturación de carencias en contra de las muy difusas ventajas. Pero tal vez intente ponerme en los zapatos de las personas adineradas que realmente tienen como ultima opción usar este medio de transporte dados sus recursos, a lo mejor teniendo la misma perspectiva que tiene la gente común y de ingresos medios y bajos que hacen de este su mejor medio de transporte que no hace mas que enriquecerlos con lo que es cultura e identidad propia de un carnaval urbano e indiscreto. Si, eso es lo que mas de uno opinaría si pudiera pasar mas de un día en las muy extravagantes profundidades de este medio. Conociendo de en primera persona todo el evento social que pueden desencadenar en otros mas ajetreados dependiendo del horario del usuario. Experimentando peleas, reconciliaciones, abusos, apoyos, alegrías, tristezas, prisas o tranquilidad. Por que eso es en si mi opinión personal de lo que es el metro, más allá de un medio para mover personas o bienes, siendo en su mayoría personas y en conjunto historias. No pudiendo tener esta única, invariable e inigualable identidad que se ha ganado y ha forjado a lo largo de los años. Mostrando tal diferencia que pareciera que en el momento que desciendes unos cuantos escalones te trasladas a una ciudad diferente, igual de viva, pero mas fluida y delicadamente sombría.

...