¿POR QUÉ LAS PERSONAS COMO HÉCTOR ABAD GÓMEZ NO ALCANZAN LA CÚSPIDE DEL ÉXITO PARA CAMBIAR LA SOCIEDAD?
Enviado por mosqui0233 • 10 de Marzo de 2018 • Ensayo • 1.891 Palabras (8 Páginas) • 181 Visitas
¿Por qué las personas como Héctor Abad Gómez no alcanzan la cúspide del éxito para cambiar la sociedad?
Valentina Diaz Burgos
Noviembre 2016
Institución Universitaria Politécnico Grancolombiano
Mercadeo y Publicidad
Lectoescritura
¿POR QUÉ LS PERSONAS COMO HÉCTOR ABAD GÓMEZ NO ALCANZAN LA CÚSPIDE DEL ÉXITO PARA CAMBIAR LA SOCIEDAD?
Héctor Abad Gómez, padre de Héctor Abad Faciolince, escritor de la novela testimonial “El olvido que seremos”, fue un médico, profesor y ensayista oriundo del municipio de Jericó, Antioquia. Fue asesinado en el año de 1987, en la ciudad de Medellín tras las amenazas de grupos paramilitares a raíz de las denuncias escritas por Héctor acerca de los crímenes hacia grupos políticos específicos que se venían cometiendo durante la época. Abad se caracterizó por ser un hombre trabajador, liberal, un padre ejemplar y buen esposo, una persona tranquila, pero sobretodo, un ser luchador; quien hizo valer su palabra frente a todos aquellos que estuvieron en contra de ella. Este ensayo habla de las razones a profundidad acerca del asesinato de Héctor Abad Gómez, de la ambición de poder y las prioridades erróneas de quienes podían cambiar la sociedad, pero lamentablemente no lo hicieron. También trata acerca del porqué las buenas obras caducan más rápidamente que los actos que no favorecen a una comunidad en su totalidad, y en qué momento podríamos llegar a una política correcta, que sea incluyente y se ejerza con pasión, mas no por dinero o por pertenecer a la ilusión de la élite, todo esto respondiendo a la pregunta: ¿Por qué las personas como Héctor Abad Gómez, no alcanzan la cúspide del éxito para cambiar la sociedad? Toda esta batalla de ideologías, la cual ha generado el conflicto armado en Colombia, ha sido una guerra injusta, donde ambas partes del conflicto no tienen las mismas oportunidades o los mismos beneficios para poder generar un buen “debate a gran escala”, sino que al contrario, la parte con más dinero y poder, ha hecho que esta batalla pasara de ideologías a muertes, y que cualquier boca que quisiera acabar con las ideas de quienes tienen el poder, fueran calladas inmediatamente, acudiendo a la famosa premisa de Nicolás Maquiavelo: “El fin justifica los medios”, y dándole la razón a su forma histórica de pensamiento, donde la maldad es la base del hombre. Esto es un problema que no se da sólo en Colombia, o en un país en general, sino que también sucede en la vida cotidiana.
Héctor Abad Gómez, más que un maestro o médico de la época, fue considerado un defensor de los derechos humanos, quien demostró haber puesto su prestigio como médico por debajo de la verdadera razón de ser de un profesional de la salud. Si bien no fue una persona directamente liberal, es decir, de consideración del partido político, sí se caracterizaba como tal, ya que su ideología, iba totalmente en contra de la de la mayoría de médicos en Medellín de esa época; tanto así que los oponentes de Abad lo llamaban “el médico comunista”. Pero ¿qué fue lo que llevó a Abad a ser llamado de esta forma? Pues bien, la respuesta es sencilla: quería hacer las cosas bien. Su preocupación por las personas, llevaba su profesión a la base de todo problema médico: su origen. Si se sabe la razón de una enfermedad, se podría evitar en un futuro, todo esto mediante la prevención. Para la época (1970-1980) la salubridad pública en Antioquia no pintaba nada bien, las aguas eran turbias y la leche no estaba pasteurizada, lo cual generaba dichas enfermedades que prestigiaban a los médicos, quienes daban a conocer su talento curativo para ganar fama y un cupo en una élite, que simplemente era una ilusión.
Para Héctor, la clave estaba en el arreglo de dichos problemas con el agua y la salubridad de los alimentos, y sus constantes demandas generaban polémica entre la sociedad, causando cierta desdicha por parte de los demás médicos, quienes perderían reconocimiento gracias a la prevención de enfermedades que evitarían un costo adicional para quienes se vieran afectados por las mismas.
Tanto tiempo generando conmoción entre la gente del común, estaba creando un tipo de desequilibrio político, donde se veían afectadas las imágenes de los personajes del gobierno y de los médicos en general. Cuando el poder de algún ente o persona se ve afectado o desequilibrado, esta misma hará lo posible para evitar el alboroto, el ser humano no está preparado para perder, es una característica netamente animal, un factor que provocaba la lucha para sobrevivir, no todos lo lograban, pero ninguno se rendía. Algo similar pasa con la política, el ataque entre ideas es continuo y fuerte, demuestra carácter apartando el miedo, o por lo menos, escondiéndolo; todo por una buena causa, y es “buena” por la relatividad que genera la palabra; ningún luchador va a decir en la contienda que sus objetivos son malos, la argumentación radica en el convencimiento que se tenga acerca de la buena intención que se genere, es decir, se debe convencer a quienes nos dirigimos de que lo que queremos es lo mejor, así no lo sea en realidad.
Finalmente, a raíz de las ganas de cambiar los factores que generaban enfermedades, y de las amenazas de quienes se veían afectados por esta lucha hacia la colectividad, Héctor Abad Gómez fue asesinado. Es aquí donde nace el debate y la duda acerca del porqué las bocas en contra de la desigualdad tienden a ser violentamente calladas. También se ve claramente cómo todo factor social está estrechamente relacionado con la política, y se puede comprobar, conociendo el pensamiento político de Héctor Abad, frente a los derechos que se estaban incumpliendo y por ende, apagando vidas de personas que podían ser fácilmente tratadas de no ser por la negligencia de quienes sí podían hacer algo, pero no lo hicieron por no perder sus vacías prioridades que radicaban en el individualismo.
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