País Conformista. El País de Uno- Denisse Dresser

ESCUELA PREPARATORIA FEDERAL POR COOPERACIÓN

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Naomi Yael Ugarte Pérez

No. De lista: 35

Profesor: Francisco Alberto Balderas Palos

País Petro-idiotizado

País Conformista

Fecha de entrega: 22/02/2018

PAÍS PETRO-IDIOTIZADO

El papel que México ha desempeñado dentro de la globalización, desde ya hace un tiempo memorable, ha sido la exportación de materia prima. Se ha dedicado explícitamente a apostarle a la máxima explotación de sus recursos naturales y venderlos a país del primer mundo, a países que se encargan de la transformación de la mercancía que nuestro país les provee. Sucesivamente, esos productos llegan aquí de una forma funcional y con un precio más alto por el cuál fue vendido. Esto es, un análisis superficial con lo que respecta a la actividad comercial que México posee. Dentro de esta actividad de compra-venta se encuentra un enigma. Una incógnita  en la cual cuya respuesta no se ha podido conseguir con total transparencia a los ciudadanos que prestan de su tiempo y su atención a preguntar. El capital adquirido dentro de estas transacciones posee un desenlace incierto. Termina invertido a favor de la política. Cuyos proyectos que supuestamente buscan favorecer a las clases populares, poseen una intención en segundo plano, una malicia que sólo favorece a aquellos que lograron adquirir un pensamiento que sobrepasa el velo ante los ojos de un ciudadano promedio y supieron cómo tomar ventaja sobre aquellos que aún siguen cegados dentro de su área de confort. Desde hace varios sexenios, México se ha ocupado meramente a apostar su juego al petróleo, poniendo las cartas sobre la mesa, seguro de que así va a poder salir adelante. Nuestra economía pende de un hilo tan fino como lo es solamente un mercado con una moneda tan inestable como es el peso. No se preocupan por crear industria. No buscan evitar el rezago y encargarse de transformar como los países desarrollados; “No importa cómo competir sino cuánto extraer. Dónde no importa dónde innovar, si no dónde perforar” (Dresser, 2011).  No se posee una visión diferente más que el bien propio dentro de un sector reducido. Se procura mantener ese poder, esa influencia y ese privilegio que sólo posee un número de personas aún menor que la mitad de la cuarta parte del total.  Enfocarse en el presente y no en el desenlace de seguir estancados. ¿Qué futuro depara al momento de seguir con este círculo vicioso? Las privatizaciones no es algo que esté ni cerca de una solución concreta. El error que se sigue cometiendo es que seguimos estirando la mano en búsqueda de que la economía llegue de afuera. Que los que ya tienen dinero nos vean como fuente de inversión en lugar de comenzar nosotros con un crecimiento de adentro el cual su parámetro se extienda hacia el exterior. Será muy difícil que nuestro según proyecto nacional que se posee, tan incierto como se encuentra la mentalidad de mexicano, cambie, busque, actúe por sí mismo. Por algo diferente, por algo que abarque un diámetro mayor a donde las yemas de los dedos pueden rozar con los brazos extendidos. Algo que requiera de movimiento, una constancia que nos haga tener más ambición nacional, de sentir el hambre de querer un reconocimiento de nivel nacional y decir que somos de nacionalidad mexicana. Denisse Dresser, concluye dentro de su libro con esta cita: “El debate se ha focalizado en cómo extraer más petróleo, no en cómo utilizar de manera productiva la riqueza que produce”. No nos enfocamos en crecer desde abajo. En la educación, en la industria. No es de extrañarse que la misma situación que se tenía hace siga en cierto modo similar si no es que está igual. Esto es una problemática que se combate desde el origen, desde nosotros mismos. Nuestra mente tiene que cambiar, nosotros tenemos que empezar a buscar esa diferencia de pensamiento para lograr conquistar esa minoría económica sobre el sector más pequeño de personas. Arrancando de raíz las malas hierbas es como el cultivo podrá dar el fruto como debe ser.

PAÍS CONFORMISTA

A lo largo de nuestra historia, hablando de un ámbito general, un parámetro universal, hubo en algún momento en el que ser humano meramente aceptaba el destino el cuál le fue asignado. Esta mentalidad fue la consecuencia de la influencia represiva por parte de la religión que se imponía dentro de la sociedad. Podría asumirse que dentro de nuestro siglo contemporáneo la mentalidad del hombre ha evolucionado y ahora es libre tomar alguna escalera y poder observar mejor el horizonte que tiene en frente. Sin embargo, no es posible generalizar. Podemos observar esa filosofía de resignación ante nuestros propios ojos.

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