Pandemia, crisis económica y salud mental

Pandemia, crisis económica y salud mental

Entre en los años 2020 y 2021 el Minsa a través de sus reportes estadísticos indico que el número de personas fallecidas es de 200,350. Debido al virus SARS-CoV-2. dato estadístico actualizado al 03/11/2021 por Minsa.

La información refleja la catástrofe que ocurrió  al país en estos dos años de pandemia,  generando que un porcentaje de las  familias peruanas desarrollen un síntoma mental negativo  como stress, ansiedad y depresión  así mismo el Ministerio de Salud se pronunció a través de su página web con la siguiente cita: “Resultados preliminares de este estudio han revelado que el 52.2 % de la población de Lima Metropolitana sufre de estrés de moderado a severo” (Minsa 2021)

Siendo el estrés un conjunto de relaciones particulares entre la persona y la situación (Lazarus y Folkman 1984) podemos comparar el stress prepandemia el cual estaba asociada al ciudadano peruano por los siguientes motivos: sentimientos anímicos negativos como la angustia, depresión, ansiedad e irritabilidad. Hoy el contexto de estrés postpandemia en la actualidad se basa en el distanciamiento físico, la supresión de las actividades económicas siendo este el principal detonante del deterioro en la salud mental hoy denominado estrés de pandemia. Sumado a ello la incertidumbre de la poca información que se tenia sobre esta enfermedad, los sistemas de salud colapsados, los medios de comunicación alarmaban a la población con el número de contagios y fallecido por día, nuestro lideres políticos fueron parte también del problema llamado ansiedad por la poca capacidad de gobernabilidad y abordaje en el desarrollo de la pandemia, dejando en estado de vulnerabilidad a las familias peruanas.

Para ser más específicos la desesperación de ser un próximo contagiado, como tener a un familiar enfermo por la COVID-19 y convivir con la incertidumbre de la inestabilidad laboral generaron la alteración del estado psicológico en las personas, dicha desolación fue acompañada del alza en los precios del sector farmacéutico a un aumento 123.6% en   clínicas privadas (Indecopi 2021). Se fue incrementando la crisis económica y los bonos por parte del estado fueron los primeros alicientes para algunos sectores de la población más vulnerable, los ahorros en los sistemas de pensiones privados también fueron estrategias para solventar los gastos y demandas económicas como deudas, pagos de préstamos, etc.

Pero no basto para apaciguar la angustia solo fue un placebo temporal para controlar el síntoma mas no la enfermedad llamado estrés de pandemia, el país seguía inmerso a causa de este virus, las noticias cada día eran menos favorables y poco alentadoras para la población y aquí acuña la frase de uno de los grandes pensadores…” La esperanza es el sueño del hombre despierto” (Aristóteles). Por más despierto y lleno de esperanza luchando día a día con ese desgaste mental, crisis económica y sufrimiento vino una funesta noticia que puso a la población peruana en un estado mayor de desolación, desesperación, irritabilidad y paranoia. La llamada segunda ola, no se tiene una definición estricta de los que es o no una ola o fase epidémica solo puedo ironizar que no fue una cresta que embellece un litoral sino una cresta que genero terror por que se hablaba del aumento de contagios siendo 89, 884 personas que perecieron en la primera ola y 90,880 en la segunda ola como lo revelo el grupo de trabajo técnico (GTT, formado el 31 de mayo 2021) creado por el ejecutivo para establecer criterios que permitan sincerar la cifra de fallecidos, sumado a ello es el impacto negativo que ha generado en la economía del país. El Producto Bruto Interno (PBI) se redujo a 30.2%, las expectativas de crecimiento pasaron de cifras positivas de entre 2% y 3% a inicios del año, a una contracción de niveles cercanos al 14%; entre otros. (IPE, octubre 2021) la población ocupada se redujo en 39.6% siendo un impacto según el tipo de trabajador generando una crisis económica en los hogares peruanos solo para mencionar el trabajador dependiente como independiente fueron afectados por la pandemia, aunque el mayor impacto lo tuvieron los trabajadores independientes con una reducción de empleo del 58% en el primer trimestre del año y 60% en el segundo trimestre (EPE, encuesta permanente de empleo 2021).

La salud mental no solo se vio afectada por el temor a la enfermedad, sino también por la falta de sostenibilidad económica en los hogares, a causa de los negocios paralizados siendo este uno de los principales problemas para un sector de la población peruana su  fuente de ingreso, rompiéndose la cadena de pago provocando el cierre de muchos pequeños negocios en el país, mas de 6,804 millones de peruanos tiene sus deudas retrasadas, con un aumento de morosidad de S/33,543 millones con las entidades financieras (Fuente Equifax) y si a esto le sumamos los pagos fijos como la luz, telefonía e, incluso, los colegios, esto se vuelve un problema constante llamada preocupación por ende el estrés  perdura y se vuelve parte de tu día a día llamado “Distrés” definido como estrés negativo como lo podemos encontrar en el DSM 5 como conceptos culturales de angustia: Afección caracterizada por fatiga física y mental, dolores de cabeza, dificultad para concentrarse, mareos, alteraciones del sueño y pérdida de la memoria.

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