Patriotas Libertadores
Enviado por luguillo • 14 de Agosto de 2014 • 3.529 Palabras (15 Páginas) • 257 Visitas
Patriotas de la independencia del reino de nueva granada
Antonio villavicencio
(Antonio Villavicencio y Verástegui; Quito, 1775 - Bogotá, 1816) Patriota ecuatoriano. Nacido en Quito, de madre santafereña, fue hijo de Juan Fernando de Villavicencio, conde del Real Agrado. Antonio Villavicencio estudió primero en el Colegio Mayor del Rosario y luego en el Colegio de Nobles Americanos en España. Obtuvo el grado de oficial de la Marina Real y participó en la batalla naval de Trafalgar, en la que la flota franco-española fue derrotada por los ingleses.
Antonio Villavicencio
El Consejo de Regencia lo nombró comisario regio para la Nueva Granada, adonde llegó cuando el fuego de la libertad se expandía por todo el territorio. El 20 de julio de 1810, cuando los patriotas preparaban su recibimiento, ocurrió el célebre incidente del florero de Llorente y el grito de Independencia; enterado de ello en Honda, Villavicencio acató las disposiciones de la Junta Suprema y abrazó la causa patriótica.
Sirvió bajo las órdenes de Antonio Nariño, fue gobernador de Tunja (1814) y compartió el triunvirato de Bogotá con Rodríguez Torices y José M. Pey del 17 de agosto de 1815 al 15 de noviembre del mismo año. La reconquista española lo sorprendió siendo gobernador de la provincia de Mariquita. Apresado y llevado a Santafé, Pablo Morillo quiso que fuese ejemplar su condena: fue degradado de títulos y arreos, confiscados sus bienes y pasado por las armas en Santafé el 6 de junio de 1816.
Antonio Villavicencio (El Protomártir) y la Revolución de la Independencia, 2 tomos. Bogotá, Imprenta Nacional, 1920. POSAD, EDUARDO. "Don Antonio Villavicencio". Boletín de Historia y Antigüedades, Año x, N- 118 (julio 1916), pp. 634-635.
Francisco miranda
Precursor del movimiento de emancipación de Hispanoamérica (Caracas, 1750 - San Fernando, Cádiz, 1816). Era hijo de un comerciante canario que había hecho fortuna en Venezuela. Francisco estudió en la Universidad de Caracas y se alistó en el ejército español en 1771. Combatió en el norte de África, en las Antillas y en la intervención contra Gran Bretaña durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos (1780-81).
Luego se instaló como comerciante en Cuba. Pero fue procesado por contrabando y lectura de libros prohibidos en 1783; porque, efectivamente, Miranda era seguidor de los enciclopedistas y los filósofos ilustrados, cuyo ideario político liberal había adoptado.
Antes de ser desterrado al norte de África, consiguió huir y se lanzó, por lo que le quedaba de vida, a luchar contra la dominación colonial española en su país. Recorrió Europa y Estados Unidos defendiendo la causa de la independencia hispanoamericana, a imagen de lo que habían hecho las antiguas colonias británicas del continente. Su pertenencia a la masonería le facilitó el contacto con las personalidades más relevantes del mundo, a través de las logias europeas y americanas.
Durante su estancia en Francia, se adhirió a la Revolución, que le nombró general, y prestó sus servicios para la conquista francesa de los Países Bajos (1792-93); pero perdió el empleo por un conflicto con Dumoriez. Fue perseguido por el Comité de Salvación Pública durante el Terror (1793), pero se salvó de la guillotina por la caída de Robespierre. Luego presidió una junta de representantes de las colonias españolas de América (fundada en París en 1797), que respaldó su campaña en busca de apoyos internacionales.
En 1806 regresó a Venezuela, habiendo conseguido promesas de ayuda por parte de la zarina Catalina II de Rusia, el presidente americano Jefferson y, sobre todo, el Joven Pitt, primer ministro de Gran Bretaña, de cuyos intereses geoestratégicos se convirtió en agente.
Miranda pretendía formar un único Estado hispanoamericano independiente desde el Mississippi hasta la Tierra del Fuego, para el cual había proyectado una constitución, ideado un nombre -Colombia- e incluso diseñado una bandera (la actual de Colombia, Venezuela y Ecuador). Pero su primer intento de desembarcar en Ocumare fue rechazado por el capitán general de Venezuela; y un segundo desembarco en Coro no despertó la adhesión que esperaba por parte de los criollos, por lo que regresó a Europa en busca de refuerzos (1807).
La invasión de España por las tropas de Napoleón en 1808 creó en las colonias americanas una situación de desconcierto y vacío de poder, que los independentistas aprovecharon para lanzar su revolución con más garantías de éxito: Miranda fundó el periódico El Colombiano, desde el cual coordinó los movimientos revolucionarios que estallaron simultáneamente y con características semejantes en toda Hispanoamérica en 1810; en aquel año regresó a Venezuela, a instancias de Bolívar y de la junta revolucionaria formada en Caracas.
Un Congreso proclamó la independencia de Venezuela al año siguiente, adoptando una Constitución inspirada en la de los Estados Unidos. Miranda fue puesto al frente del ejército rebelde y se proclamó dictador para detener el contraataque español (1812). Pero fue derrotado y capituló sin consultar a sus propios compañeros en aquel mismo año; desacreditado por sus errores políticos y militares, y enfrentado tanto a los republicanos radicales como a los terratenientes conservadores, fue arrestado por Bolívar y entregado a los realistas, que le enviaron preso a España, donde murió.
BRICEÑO IRAGORRY, Mario. Don Francisco de Miranda, maestro de Libertadores. Trujillo, Ejecutivo del Estado, 1950;
BRITO FIGUEROA, Federico. Miranda, pasión de la libertad americana. Caracas, Universidad Santa María, 1981;
Pedro fermin Vargas
Abogado, historiador y literato ambateño nacido el 7 de julio de 1812, hijo del Sr. Mariano Cevallos y de la Sra. Victoria Villacreses.
Sus primeros estudios los realizó en su ciudad natal, y luego viajó a Quito donde continuó los secundarios en el Colegio San Luis, para finalmente ingresar a la Universidad de Santo Tomás, donde en 1838 obtuvo el título de Abogado. Por esa época le tocó vivir en Quito la epopeya heroica de nuestra independencia, y pudo contemplar, junto al pueblo quiteño, el triunfo de los patriotas en la histórica Batalla del Pichinchaque el 24 de mayo de 1822 selló de manera definitiva la independencia de nuestra patria.
Desde muy joven se interesó en la política nacional, sobre todo luego del triunfo de la Revolución Marcista de 1845 que puso fin a la dominación del Gral. Juan José Flores, y en 1847 asistió como Diputado por la provincia de Tungurahua al Congreso Nacional, donde tuvo oportunidad de conocer más profundamente los problemas sociales y políticos que agobiaban al país en esos primeros años de la República.
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