Paz, educación, desarrollo
Enviado por Danielle Mantilla • 27 de Abril de 2017 • Ensayo • 14.209 Palabras (57 Páginas) • 352 Visitas
NEGOCIAR LA PAZ: Aportes desde la reconciliación efectiva, la educación y el Desarrollo Humano.
Gloria E. Ballesteros Rodríguez
Mauricio Lopera Ramírez
Danyelle Ortiz Mantilla
El presente capítulo abordará la situación que vive Colombia en relación con los “Diálogos de paz de la habana, Cuba” desde la perspectiva de la negociación efectiva, el desarrollo humano, y la educación. En el año 1998 Thomas Jenastsch, un delegado de la Cruz Roja Internacional en Colombia, escribía un artículo para la revista internacional del CICR en donde citaba: “Colombia es un país asolado por un conflicto olvidado considerablemente desatendido por los medios de información internacionales. Hace casi cuarenta años que allí se lucha con las armas por el poder” y seguidamente iniciaba su texto con una peculiar frase del nobel de literatura Gabriel García Márquez: “lo más grave de todo es que hemos aprendido a vivir con la violencia” (Jenastsch, 1998)
Teniendo como punto de partida lo anteriormente expuesto, buscamos de una manera crítica-reflexiva, invitarlo a usted como lector a realizar con nosotros un análisis desde el punto de vista del conflicto mismo y su negociación, que nos indique si efectivamente lo que Colombia está realizando en Cuba es una negociación o simplemente son diálogos de paz como se les ha denominado.
Hoy, el conflicto colombiano ya no es olvidado, actualmente es noticia en los principales diarios del mundo no solamente por la confrontación armada existente durante más de cincuenta años, sino por los diálogos de paz que se adelantan en la Habana, Cuba desde Octubre de 2012.
En 1969 Theodor Adorno de la Escuela de Frankfurt expresaba que la principal demanda que se le hace a toda la educación es que Auschwitz no se repita nunca. Sin duda, el mensaje de Adorno comprende tres elementos susceptibles de análisis como lo son la educación, el desarrollo, y el conflicto, elementos que le corresponde al Estado garantizar o solucionar.
Con este artículo se busca proponer alternativas de resolución viables que se conviertan en un aporte propositivo para las negociaciones que están ad portas de la firma para la terminación del conflicto armado. Entre tanto surge un interrogante meritorio de análisis: ¿Los mecanismos actuales de reconciliación en la negociación de la paz en la Habana garantizan el no retorno al conflicto armado? ¿De qué manera el desarrollo humano puede ser adoptado por el quehacer de la educación en Colombia y su etapa de posconflicto[1]?
Partiendo de la idea que para que la educación en Colombia sea generadora de paz debe estar impregnada de un desarrollo humano con un enfoque que fortalezca las capacidades requeridas para el ejercicio de ciudadanía, y que potencialice el capital social y la cultura dentro de la educación que evite futuros conflictos, se procederá a abordar los distintos aportes teóricos pero también los vivenciales de otros tiempos y lugares.
En este capítulo se tocará en primera instancia el tema de conflicto y negociación, posteriormente el de la reconciliación dentro del proceso de negociación de la paz y sus aristas considerando la importancia de que más que un diálogo, es necesaria e inminente una negociación efectiva cuyo elemento fundamental es el enfoque integral antecedido por la notoriedad de la víctima como eje central del proceso, posteriormente se describirán las falencias que hasta ahora vislumbra el proceso de paz con referencia a los mecanismos de enfoque restaurativo, finalizando con un análisis detallado y propositivo que resalta la importancia de la educación, el desarrollo y la inclusión social en la etapa que se apresta prontamente para Colombia, el posconflicto.
De igual manera revisaremos el concepto de desarrollo humano y sus diferentes enfoques en especial el de las capacidades y cómo este ha estado estrechamente relacionado con la educación como fertilizante para la materialización de los mínimos de una vida digna que consolidan el capital social. Se abordarán algunos casos en donde la educación ha jugado un papel relevante después de la guerra, como Mozambique, Sierra Leona, La península de los Balcanes, y también aquellas intervenciones por parte de Naciones Unidas al respecto.
Haremos un especial énfasis en la participación del Estado como actor principal teniendo en cuenta el postulado de que cuando este atraviesa por procesos de cambio donde deben responder a una coyuntura específica como por ejemplo todo lo relacionado a reformas y/o políticas propias de un posconflicto, la reconciliación, la educación y la idea de desarrollo no pueden quedarse por fuera de la agenda de negociación.
Dentro de esta dinámica entre la violencia estructural y el conflicto donde ambos son causa y efecto del otro al mismo tiempo, es preponderante considerar la reconciliación efectiva y la educación socialmente pertinente, pues la ausencia de estas será el caldo de cultivo de futuros conflictos.
- Del concepto de conflicto y su negociación[2][a].
Pero ¿qué es el conflicto? Para dar respuesta a este interrogante citaremos algunos teóricos que nos permita a ustedes y a nosotros tener una mayor precisión conceptual, pues abordar el tema sin comprender su definición, no nos permitirá contar con bases sólidas para la interpretación y discusión que se pretende en relación con el conflicto colombiano y su actual negociación:
Algo que podríamos decir, sin lugar a equivocarnos es que el antagonismo en las sociedades es necesario, una sociedad que carezca de este, será una sociedad robótica, incapaz de generar nuevos pensamientos, conocimiento y formas de interacción con sus pares o semejantes.
En otras palabras, el conflicto entendido como un antagonista social es vital para producir transformaciones dentro de la sociedad, de lo contrario los cambios serían lentos e incrementales, produciendo una sociedad estacionada. (Silva, 2008;Dahrendorf,1992; Coser,1970).
El conflicto como hecho social está presente en todas las sociedades y épocas a través de la historia, por lo que podríamos decir que está implícito en el diario vivir, acompañado usualmente por juicios de valores que lo tratan de determinar, dependiendo quizá de los actores que lo enfrentan como desde las posiciones de quienes prefieren evitarlo.
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