Pena de muerte: Una apuesta para disminuir el nivel de delincuencia en Colombia

Pena de muerte: Una apuesta para disminuir el nivel de delincuencia en Colombia

Por: FREDDY ALEXANDER MELÉNDEZ VARELA

Universidad del magdalena

Resumen

Es importante destacar durante todo el trayecto de este trabajo, que tal, como lo piensan y los diferentes puntos de vista expresados por cantidades de Colombianos, haciendo saber que sería de gran utilidad reinstaurar la Pena Capital o Pena de Muerte en nuestra legislación Constitucional y posteriormente en la Penal, exclusivamente para aquellos delitos de lesa humanidad, en particular los de secuestro en concurso con homicidio y los de terrorismo en concurso con el mismo. Se ha demostrado incansablemente que habiendo sido capturados, continúan delinquiendo desde la prisión no solo en calidad de detenidos en proceso si no ya en su calidad de condenados, es decir pagando la pena impuesta por la justicia finalmente.

Introducción

A través de la historia, la pena de muerte ha sido la sanción más grave y antigua, pasando por distintos métodos de aplicación para llevarla a cabo. Han sido muchas las maneras de ejecutar esta pena – ahogamiento, cámara de gas, crucifixión, empalamiento, garrote, horca, hoguera, entre otras – siendo la gran mayoría o todas, crueles e inhumanas; por tanto, a medida que la civilización avanzaba en los años de la historia, con todo esto de los derechos de las personas y la predicación de la moral humana, la dignidad, acuerdos humanitarios y muchas otras medidas que se han desarrollado para garantizar de alguna manera la integridad de la vida de las personas, la pena de muerte está vigente solo en ciertos países, o algunos estados de norte américa.

En este sentido, la pena de muerte ha generado y sigue generando mucha controversia y discusión a nivel internacional en cuanto a la pertinencia de su aplicación y el cuestionamiento de si está realmente no vulnera el derecho a la vida de  las personas, y ni decir desde el punto de vista religioso, en el cual el hombre no tiene derecho a quitar la vida de otra persona sin importar su pecado. Por esto, es un tema que constantemente sale a causar controversia en la sociedad moderna, más que todo en un país como Colombia, en el cual a pesar de que no se tiene en sus planes en desarrollo usar esta medida, muchos opinan que podría ser una solución para el alto nivel de terrorismo, delincuencia, y otros problemas de índole social que se presentan en el país.

Mucho se habla hoy en día de que se apruebe la pena de muerte como mal menor en la violenta Colombia que en el año 92 produjo más de veinte mil muertos, sin embargo, ¿Cuáles son las motivaciones para que se apruebe? ¿Cuál es la posición de la gente frente a esta medida? ¿Está realmente el país preparado para implementar esta pena? Si algo es seguro, es que la sociedad colombiana aún tiene muy arraigado el pensamiento de que esta pena no debe utilizarse, más que todo por la gran cantidad de problemas que vive la sociedad como para anexarle la controversia de aplicar esta condena para cualquier delito.

Por otro lado, se puede hacer una implementación dirigida al que muchos opinan que es el mayor mal que aqueja a este país, pues si se revisa el historial de Colombia, y la raíz de las mayores problemáticas que se han tenido en el mismo, se puede decir que sin lugar a dudas, la corrupción y el robo del patrimonio público son los problemas más grandes y los que ha impedido el apropiado desarrollo de un país que ha tenido las condiciones para haberse posicionado como un país de primer mundo, de haberse tomado las decisiones correctas y de haberse pensado en el bienestar de la mayoría y no en el beneficio propio de quienes han ostentado el poder. Así pues, la clase “política” viene siendo este gran mal que ha venido haciendo estragos en la sociedad y que tiene al país en las condiciones que se encuentra actualmente, con mala educación, altos niveles de pobreza, de desempleo, entre otros problemas coyunturales de la sociedad.

Es correcto afirmar que la introducción de la pena de muerte disminuye la criminalidad, dejando de lado el moralismo y el sentimentalismo. Si nos fijamos bien, en Estados Unidos la pena de muerte se encuentra vigente en algunos estados, y esto ha hecho que sus niveles de corrupción se reduzcan, sin embargo, países que la han abolido, como Colombia, Venezuela y México no han bajado sus niveles de criminalidad, todo lo contrario, este problema ha venido aumentando y causando estragos en el crecimiento y desarrollo de estos países.

En este contexto, vale la pena que el lector se pregunte ¿Es justo que las personas que ocupan cargos públicos sigan haciendo pilatunas con los recursos de todos los ciudadanos, evitando incluso las condenas tras ser hallados culpables? ¿Es justo que luego de robar miles de millones y sus familias lo disfruten desmedidamente, ni siquiera tengan que responder por el dinero robado y paguen casa por cárcel, o ciudad por cárcel? ¿Es justo que mientras ellos hacen lo que quieren otras personas si sientan el peso de la ley por delitos menores? ¿Somos tan ingenuos de pensar que esta gente que roba el dinero de todos y causa tantas problemáticas sociales (pobreza, desempleo, etc.) no merece la pena de muerte para por lo menos pensar antes de cometer estos delitos?

Palabras clave: pena de muerte, controversia, criminalidad, necesidad.

Desarrollo

Para la mayoría de los colombianos es claro el diagnóstico con síntomas y signos concretos: inseguridad, bombas, explosiones, falta de credibilidad en el Estado, en el gobierno, falta de ética civil o de moral religiosa, desaparecidos, secuestros, eliminación de mendigos, de campesinos, de indígenas, de abogados, de policías, amedrentamiento de testigos. Para algunos son claras las causas de la situación actual: injusticia social, vacío ético, falta de oportunidades económicas, de comunidad, de familia, de moral y sobre todo de Estado. Y como gran consecuencia, la incredulidad de la gente con el mismo Estado y en sus instituciones. Esto las vemos todos los días: miedo, retaliaciones, desazón, incertidumbre, injusticia, resentimiento, incredulidad, marginación, etc.

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