Pequeña Narrativa Sobre El Cancer

El silencio envolvió a aquel pequeño grupo que rodeaba la camilla del cuarto 16.

No era la primera vez, ni siquiera la décima, que había sido testigo del dolor, de hecho era algo que a diario contemplaba. Pero algo de esta experiencia revivió en mi el pesar personal por el sufrimiento. Recuerdo aun la primera vez que por la puertas de aquel pasillo del piso 3 entró Marilene, su rostro denotaba desaliento y preocupación. No pasó mucho tiempo y pronto fue hospitalizada por lo que sería el resto de su vida. Al principio el desaliento y la depresión inundaban sus largas horas pero después sucedió algo cambió su vida por completo, como si hubiese cobrado vida de la nada aun en víspera de la muerte. Marlene había caído víctima de un maligno cáncer de seno que eventualmente se arrazó con su cuerpo. Aun recuerdo las palabras de arrepentimiento que de sus labios brotaban, siempre hablaba acerca de aquello que hubiese hecho si pudiese repetir su vida, pero ya era demasiado tarde. Me imagino que si hubiese tomado exámenes y seguido los pasos básicos para la prevención quizá aun estuviese en casa disfrutando de la compañía constante de su familia. Hubieron muchas ocasiones en la que platiqué con Marilene y ella en muchas ocasiones antes de su partida me llenaba de ánimo y fuerza cuando carecía de ella, me hablaba de una esperanza que ella tenía de volverse a ver con sus seres queridos. Sería mucho intentar escribir todas las palabras inspiradoras y las expresiones de vida que ella compartía en esta pequeña pieza pero algo sí es seguro su rostro y sus palabras quedaron plasmadas en mi memoria de lo que es el rostro de la esperanza y el triunfo en medio de lo que ella llamaba un valle de sombra y muerte. Ayer su familia se reunió en aquel cuarto 16 en silencio, ella había partido.

...