Persepolis

En las lecturas de la materia Sociedad y Sistemas Políticos se recalca que “ninguna cultura podría existir sin sociedad. Asimismo, tampoco puede haber una sociedad sin cultura”. Esto es cierto; pero, en realidad, muchos individuos desconocen lo que contiene su propia cultura y los que la conocen, pues, muchas veces son “cultos”. Se dice que una persona es culta cuando tiene un vocabulario, una forma de comportarse y una habilidad para entablar una conversación excelente. Esto la hace diferenciarse de las demás. Así lo demuestra la película Persépolis, una historia autobiográfica de una iraní. Su nombre es Marjane y relata su vida desde la niñez hasta la adultez. En esas etapas sucedieron diferentes hechos, pero siempre se relacionan al tema de la cultura.

Podría decirse que existe cierta “programación” desde los primeros años de vida. Esto es porque los padres, la abuela y el tío de Marjane le inculcaron todo. Lo anterior se refleja cuando apenas tenía 9 años y ya hablaba sobre “una revolución para derrocar al Sha”. Su familia estaba implicada en eso. Observamos que la niña maneja un lenguaje fluido y a la vez cambia la postura de su cuerpo cuando lo dice, ya que se le ha trasladado ideas y experiencias de los adultos; por consiguiente, tiene abundantes términos, que para muchos pueden ser nuevos, en temas de política. Entonces, nos damos cuenta de que los hábitos y las actitudes están relacionados con el tipo de doctrina a la cual pertenece nuestro grupo social. Por lo tanto, los que conviven en ese ámbito darán la misma respuesta ante cualquier hecho que se les presenta.

Ahora bien, ¿nuestras conductas también están programadas? Todos sabemos que la familia, la escuela y la iglesia son las bases fundamentales para la formación del hombre, son algunos agentes de socialización. De esta manera, la persona aprende a cómo debe de comportarse ante la sociedad

...