Pobreza, miseria e indigencia.
Enviado por lorena07121 • 26 de Marzo de 2017 • Ensayo • 1.929 Palabras (8 Páginas) • 296 Visitas
Nombre: Cindy Lorena González Amézquita Código: 41121172
TSM Grupo: 04
COLOMBIA UN PAIS POBRE Y CON DESIGUALDAD
¿Existe alguna diferencia entre pobreza, miseria e indigencia?
El problema de la pobreza para América Latina y en particular Colombia ha tomado dimensiones que sobrepasan la tenue mirada de ver este flagelo como un simple problema de ingreso, de exclusión o de faltante de bienes materiales. Sin embargo, más que fijar la problemática, es importante encontrar las dimensiones que hay entre: pobreza, miseria e indigencia.
Atender la pobreza hoy no es simplemente un acto ético y de equidad,es más que eso. Según Luis Carlos Narváez en su estudio sobre la pobreza en Colombia, si un gobierno no le apunta dentro de sus políticas y programas a atender prioritariamente este problema, ese gobierno puede carecer de legitimidad, ya que puede amenazar la estabilidad social, económica y política del país. Resolver el problema de la pobreza es una prioridad y por lo tanto no debe ser únicamente una preocupación del estado sino de todos (Tulcán-Narváez, 2002).
Antes de entrar en materia para analizar lo que está en cuestión, se mostrarán algunos datos sobre el panorama que vive Colombia actualmente. La CEPAL en su último informe arrojó que la magnitud de la pobreza e indigencia entre niños y adolescentes colombianos es del 45% (pobres) y 17% (indigentes). Si sumamos, tenemos un resultado del 62% en el que los pequeños colombianos no tienen acceso a ninguna esperanza de vida plena y se debaten entre la desnutrición, la insalubridad y la ignorancia (Daniella, Cure, & Castro, 2011).
Pero son informes que se desglosarán más adelante, por eso, en el siguiente documento encontrarán un breve ensayo cuya finalidad es focalizar y hacer inmersión en cada uno de los términos: pobreza, miseria e indigencia y de esta manera encontrar respuesta a la pregunta ¿Existe diferencia entre pobreza, miseria e indigencia?
Establecer una diferencia de términos en un país donde la desigualdad y el olvido político son el pan de cada día hace de éste proceso de identificación algo muy complicado. Sin embargo, el DANE en sus análisis estadísticos hace posible esta comparación; esta institución diferencia estos tres términos basándose en dos formas de medición de la pobreza: la forma directa e indirecta, siguiendo la clasificación de Amartya Sen de 1981. El método directo evalúa los resultados de satisfacción que tiene un individuo respecto a ciertas características que se consideran vitales como salud, educación, empleo, entre otras. En Colombia se realiza la medición directa por medio del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM). Por otra parte, el método indirecto busca evaluar la capacidad adquisitiva de los hogares respecto a una canasta, para esto se observa su nivel de ingresos, el cual es un medio y no un fin para lograr la satisfacción; cuando esta canasta incluye todos los bienes y servicios considerados mínimos vitales, se habla de la pobreza monetaria general; mientras que cuando solo se considera los bienes alimenticios se habla de la pobreza monetaria extrema (indigencia) (DANE, 2008).
La línea de pobreza es el costo per cápita mensual mínimo necesario para adquirir una canasta de bienes (alimentarios y no alimentarios) que permiten un nivel de vida adecuado en un país determinado. Para 2015, el costo per cápita mínimo necesario a nivel nacional fue de $223.638, lo que equivale a un crecimiento de 5,6% con respecto al del 2014, cuando se ubicó en $211.807. De acuerdo, con lo anterior, si un hogar está compuesto por 4 personas, será clasificado como pobre si el ingreso total del hogar está por debajo de $894.552. Si la familia vive en las cabeceras este valor sería $985.344; si vive en los centros poblados y rural disperso $591.008; si vive en las trece ciudades y áreas metropolitanas $983.424 y si vive en las otras cabeceras de $988.108 (Perfetti del Corral et al., 2016).
Para el año 2015, el porcentaje de personas clasificadas como pobres con respecto al total de la población nacional fue el 27,8%. En las cabeceras esta proporción fue del 24,1% en los centros poblados y rural disperso del 40,3%.
La línea de pobreza extrema es el costo per cápita mensual mínimo necesario para adquirir únicamente la canasta de bienes alimentarios, que permiten un nivel de sobrevivencia en un país determinado. A nivel nacional la línea de pobreza extrema aumentó un 8,5%, quedando en $102.109 frente a 2014. Es decir, un hogar compuesto por 4 personas se clasifica como pobre extremo si su ingreso total está por debajo de $408.436. En las cabeceras este valor fue $426.612, en los centros poblados y rural disperso $347.672, en las trece áreas $428.240 y en las otras cabeceras $424.264 (Perfetti del Corral et al., 2016).
En el 2015, el porcentaje de personas clasificadas en pobreza extrema con respecto a la población total nacional fue del 7,9%. En las cabeceras esta proporción fue del 4,9% y en los centros poblados y rural disperso del 18,0%. En el 2014, la incidencia de la pobreza extrema en los centros poblados y rural disperso representaba 3,5 veces la incidencia en las cabeceras (18,0% frente a 5,1%); en 2015 esta relación aumentó a 3,7 veces (18,0% frente a 4,9%).
Por otro lado, el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) se construye con base en cinco dimensiones: las condiciones educativas del hogar, las condiciones de la niñez y la juventud, la salud, el trabajo y el acceso a los servicios públicos domiciliarios y las condiciones de la vivienda. De acuerdo con esto, son considerados pobres los hogares que tengan privación en por lo menos el 33% de los indicadores (Perfetti del Corral et al., 2016).
Para 2015, el porcentaje de personas en situación de pobreza multidimensional fue de 20,2%; en las cabeceras de 14,4% y en los centros poblados y rural disperso de 40,0%. En 2015, el porcentaje de personas en situación de pobreza multidimensional en los centros poblados y rural disperso fue 2,8 veces el de las cabeceras.
En América Latina la pobreza se puede medir por el método de las Necesidades Básicas Insatisfechas que ha significado un importante aporte para la identificación de ciertas carencias críticas de la población y para la caracterización de la pobreza. En este método se establecen como necesidades básicas vivienda, servicios públicos básicos, espacio doméstico, asistencia escolar y dependencia económica. Según el DANE, un hogar que presenta una carencia básica es considerado como un hogar con necesidades básicas insatisfechas. Algunos analistas lo denominan pobre. Pero cuando un hogar presenta dos o más carencias es considerado en estado de miseria (DANE, 2005).
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