¿Por qué será que nunca estamos en paz?

No escucha razas,

No juega en tu equipo

No juega en tu contra,

Omnipotente como un dios

Amorfo como el agua y

Suave como tu cara

La más fuerte y más bella

Imparable y discreta

Paradójicamente perfecta,

Así es ella

Vive en ti y en mí

Es el motor de mi respiro

El valor más puro

La única presunción obligada,

Si todo se acabara y nada más quedara

Se esfumara como humo sobre mi cara

Seguiría ella

La fuerza del amor no tiene barreras

Y si algo ha de quedarse

Sería el amor

Nada quedaría si se esfumara  

-Ian El´hore

Siempre ha habido algo del que preocuparnos como sociedad, ¿Por qué será que nunca estamos en paz? ¿Por qué será que siempre hay alguien sacando ventaja? Quien está arriba siempre se corrompe o, ¿acaso está ahí porque ya estaba corrompido? Lo que yo creo es que siempre ha existido y siempre va a existir alguien que tome ventaja de los demás, parece ser que es parte de la naturaleza de algunas personas; así es como fue la Alemania nazi del siglo pasado, un gobierno opresor y discriminatorio que se aprovechó de un pueblo que había quedado en ruinas para satisfacer los propios intereses de un grupo con aires de superioridad. Lo que da esperanza a la humanidad es que, no hay algo que exista sin tener una contraparte, si existe el mal existe el bien, existe el amor y la libertad.

En 1942, Hans Scholl, un estudiante de medicina de la Universidad de Munich, su hermana Sophie Scholl, Christoph Probst, Willi Graf, y Alexander Schmorell fundaron el movimiento “la rosa blanca”, uno de los pocos grupos alemanes que denunció las políticas del genocidio entre otros crímenes de los nazi.

La tiranía nazi y la falta de acción en contra de los “crímenes abominables” del régimen nazi enfurecieron a los miembros idealistas de la “rosa blanca”. Muchos de ellos habían escuchado del asesinato masivo de los judíos polacos; Hans Scholl, cuando era soldado en el frente oriental, había visto de primera mano el maltrato de los judíos haciendo trabajos forzados y escuchó de la deportación de números grandes de polacos a los campos de concentración.

Ante esto comenzaron una resistencia pacífica que tenía como propósito que el pueblo alemán se diera cuenta de la tiranía, violencia y discriminación que su gobierno ejercía sobre los judíos y otras minorías sin razón. Tras varios eventos exitosos, “La rosa blanca” tomo una decisión demasiado arriesgada, dejar folletos en la universidad sobre el verdadero estado de la guerra, estaban perdiendo, era inminente la invasión y era inútil seguir reclutando, la guerra estaba perdida, solo podía ser prolongada; lamentablemente la Gestapo los descubrió infraganti, fueron aprendidos y encarcelados con un juicio en puerta, que, cuando llego no tuvo ni la más remota intención de que pudieran defenderse y sin más que simples procesos legales fueron sentenciados a pena de muerte, la cual se llevó a cabo lo más pronto posible.

Podrá parecer un hecho insignificante, pero las últimas palabras de Hans “Es liebe die Freiheit!” representan a todo un pueblo, a toda una revolución y a la libertad que poseemos todas las personas de expresar nuestra opinión públicamente sin ser reprimidos por ello.

Lo que más me sorprende de este movimiento es la fuerza moral de estas personas, creyeron que sus ideales eran más importantes que nada más, porque en efecto lo fueron, muchos años después se siguen recordando cómo un grupo de personas que murieron libres en vez de vivir con miedo y bajo un régimen autoritario e inhumano. Dispuestos a dar su vida antes de dar la espalda a sus creencias y a su libertad como personas, por esa clase de gente es que hemos progresado como sociedad.  

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