Positivismo Criminologico

En el escrito siguiente se desarrollara el tema en estudio el cual ha sido punto clave en la consolidación de la criminología como una ciencia a nivel mundial, me refiero al positivismo criminológico desde su etapa empírica gracias al método implementado en sus inicios hasta la consolidación como una escuela, la escuela positivista italiana. Parte importante expuesta es la relacionada a los autores fundadores del movimiento positivista como lo son: Lombroso, Ferri, Garófalo y Liszt.

Quien redujo la criminología a una etapa empírica fue el autor Bentham el cual se dedicó a determinar y resaltar la selectividad del sistema penal en esa época, su paradigma fue el pionero en lo que posteriormente se convertiría en la escuela positivista, cabe aclarar que para Bentham, la ideología de sanción penal o pena fue el resultado del estudio de la observación de la conducta de la persona delincuente.

Del lado contrario encontramos que el positivismo criminológico se interesa plenamente en que la pena debe de tener como objetivo principal la búsqueda de la protección del orden social, de tal manera genera una atribución de la conducta desviada al sujeto basándose en los principios de las leyes naturales, utilizando como método de estudio el método empírico o mejor nombrado como método experimental; nos encontramos con una serie de postulados principales para dicha escuela (escuela positivista) que nos denota el sentido de determinismo en cuanto al delito ya que lo considera como un hecho real, histórico y natural; de igual manera nos habla, en cuanto a su comprensión y estudio, de una unión inseparable del delincuente y el entorno de donde se ubica en una sociedad el sujeto (delincuente), me refiero a la realidad social. Por otra parte se podría considerar que fue una postura filosófica agnóstica que tuvo enorme influencia en el campo científico, merced a la consagración del método experimental. Esta corriente de pensamiento generalizó, exultante, la convicción industrialista primero y capitalista luego del progreso lineal del saber humano, mediante ciencias a las que se entendía casi como religiones laicas capaces de explicar, prever y manipular todos los fenómenos de la vida. El positivismo está estrechamente ligado a la búsqueda metódica sustentada en lo experimental, rechazando nociones religiosas, morales, apriorísticas o conceptos abstractos, universales o absolutos. Lo que no fuese demostrable materialmente, por vía de experimentación reproducible, no podía ser científico.

Sabiendo y explicado anteriormente la diferencia entre lo que fue el empirismo criminológico, que surgió gracias al célebre Bentham, y el positivismo criminológico; debo de hacerles mención de quienes fueron los creadores de esta escuela criminológica y sus principales atribuciones en la materia de los cuales se podría decir, que a continuación abarcaré, se consideran los padres de lo que hoy en día conocemos como la ciencia de la criminología.

A Lombroso y a muchos otros positivistas que invadieron campos sociales, el método experimental les tendió la trampa de la verificación. En el afán de encontrarla, se enredaron en descripciones y tipologías interminables, caprichosas, superficiales y meramente descriptivas. Con la obra de la escuela positiva, pero particularmente con las tesis de Lombroso, queda consagrado el paradigma etiológico, que es la búsqueda de los orígenes patológicos del comportamiento desviado o criminal.

Enrico Ferri fue quien encarnó los aspectos más controvertidos de la escuela positiva italiana, especialmente en el plano ideológico e institucional. Las tesis de Ferri sobre la conducta delictiva afirmaban que el hombre es una máquina, que no suministra en sus actos nada más que lo que recibe del medio físico y moral en que vive. Por ende, no hay nada de autodeterminación en el hombre, quien está en la vida sólo para operar de manera automática. Por lo tanto, el hombre está sujeto a la ley universal de causalidad, en virtud de la cual, dándose en un momento dado cierta combinación de causas fisiológicas y psíquicas, no puede reaccionar sino de una forma predeterminada.

Ferri propone también una tipología criminal muy cercana a la de Lombroso, afirmando que el derecho penal y la criminología tienen un objeto común: el delito como fenómeno social natural y jurídico. La criminología es una ciencia para el estudio de las causas, condiciones y remedios para la conducta delictiva, y su método era el empírico inductivo.

Raffaele Garófalo, es el tercer gran representante de la escuela positivista, lo catalogan como el sistematizador del ideario y del programa positivista. Las contribuciones más destacadas de Garófalo fueron las referidas a los temas de la peligrosidad, la noción criminológica de delito y los conceptos de prevención especial mediante la individualización del tratamiento. Puso el énfasis en el “pronóstico de peligrosidad” y elaboró la construcción teórica del llamado “delito natural”, ligando ambos términos a los sentimientos de piedad y sensibilidad moral.

Garófalo se distanció claramente del antropologismo lombrosiano, del sociologismo de Ferri, cuyas leyes y fatalismos sociales rechazaba, del mismo modo que sus antiguas ideas y trayectorias socialistas. No obstante, compartía el defensismo social como fundamento de la política criminal.

Franz von Liszt centró su esfuerzo en tratar de lograr un equilibrio integrador entre Derecho Penal y Criminología, pudiendo decir

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