Preso por contar la verdad

Preso por contar la verdad

Un 15 de febrero de 2014 cuando las protestas se habían transformado en guarimbas, empecé a salir a la calle para aplicar mis conocimientos audiovisuales y de esta manera aportar en las protestas y demostrar que los estudiantes solo se defienden cuando la GNB arremete contra ellos, ya que cada día salía en las noticias que los estudiantes ocasionaban los enfrentamientos y se aprovechaban de los mismos para hacer vandalismo. Grababa porque es mi carrera universitaria, es mi pasión.

El día 20 de febrero había una convocatoria en Plaza la República en horas de la mañana. Al finalizar la GNB llega al lugar y se acerca un coronel para dialogar con los estudiantes, pero realmente lo que hizo fue una distracción mientras se acercaban las ballenas y el equipo anti-motín para arremeter contra nosotros.

Al ver que era una emboscada los estudiantes empezaron a defenderse y a correr para evitar ser detenido. Sin embargo, los esfuerzos fueron en vano. Los guardias entraron por todas amedrentando contra los estudiante. A mí me golpearon en las piernas, espalda, brazo y cabeza para luego montarme en la ballena y llevarme al CORE 3.

Al llegar al comando nos bajan como delincuentes esposados y nos encierran en un cuarto con poca luz y ventilación, permitiéndonos solo una visita de 20 minutos al mediodía para poder comer algo de lo que nos llevaran nuestros familiares, (no se imaginan el rostro de mi madre al verme esposado, golpeado y tratado como un delincuente). El resto del día lo pasamos todos los detenidos en un cuarto encerrados. Distintos guardias entraban solo para insultarnos y llevarnos para “el baño” (al monte) y allí nos golpeaban si nos tardábamos al momento de orinar. Al caer la noche todos nos preguntábamos: ¿cómo hacer para poder dormir esposados en el piso?, yo realmente no logré descansar mucho ya que entre el dolor de cabeza, el dolor de las esposas apretando mis muñecas y los golpes recibidos en la espalda no me daba muchas opciones para acomodarme.

A la mañana siguiente nos levantan a las 6:00 para ser trasladados a los tribunales. Llegamos como a las 8:00 por la puerta de atrás para ser procesado. Hacíamos una larga fila junto a delincuentes que habían detenido distintos cuerpos policiales, pero al llegar nuestro turno nos mandaron a desnudarnos por completo para revisar que no lleváramos drogas o cualquier tipo de armas blancas y a dar hasta el más mínimo registro de nuestros datos personales como por ejemplo: nombres y apellidos, dirección, número de cédula, si tenías cicatrices, cuántas y lugares, al igual que tatuajes, entre otros; para luego meternos en la misma celda junto a verdaderos delincuentes que habían quebrantaron la ley. Teniéndonos allí en una celda sin baño, sin ventilación, sin agua y sin comida desde las ocho de la mañana hasta las 23:00 horas que fue cuando los abogados lograron conseguir nuestra libertad.

Desde el día 21 de febrero hasta el 10 de junio de

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