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Proceso de Paz: Controversia, Polaridad Nacional y Nobel de Paz


Enviado por   •  14 de Noviembre de 2016  •  Ensayo  •  1.311 Palabras (6 Páginas)  •  382 Visitas

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Proceso de Paz: Controversia, Polaridad Nacional y Nobel de Paz

Durante varios años las propuestas y los actores que han buscado extinguir el conflicto armado y la violencia en Colombia han tomado distintas formas y actitudes, sin embargo, ninguna había logrado un acercamiento tan significativo como el actual . Con respecto a esto, Chernick (1996) afirma que Colombia tiene la insurrección más antigua del continente, y que también se distingue por tener los procesos de negociación más largos de la región. Precisamente por esta razón emergen nombres de algunos expresidentes, como: Andrés Pastrana, quien según el periódico El Tiempo (2010) durante su período presidencial despejó una zona para dialogar con las FARC, pero el intento no resultó y aumentaron las acciones guerrilleras. Así mismo, aparece Álvaro Uribe Vélez, quien tal y como lo afirma la Revista Semana (2016) defendió la democracia a través de la tenacidad militar y el impulso al libre mercado; entre otros actores políticos, quienes de una u otra forma vieron sus intentos fallar sin lograr acuerdo alguno, quedando esto como meras intenciones inviables.

Posteriormente, Juan Manuel Santos llegó a la presidencia el 7 de Agosto del año 2010, como el heredero de Álvaro Uribe Vélez y de sus políticas de mano dura, pese a esto ese mismo día, durante su discurso inicial afirmó que “la puerta del diálogo no estaba cerrada con llave” (Wallace, 2016); desde entonces arreció la polaridad y división ideológica entre quienes apoyaban a cada uno de estos gobernantes.

En el año 2012, el presidente Santos mediante un comunicado anuncia el inicio de las negociaciones en La Habana- Cuba, con las FARC y esto despierta infinidad de opiniones y posturas frente al tema, que hasta el día de hoy no han convergido en un punto común y por el contrario, parecen distanciarse cada vez más, pues como se pudo observar en los resultados obtenidos en el pasado plebiscito por la paz, aproximadamente la mitad de los votantes en el país apoyó el Sí y la otra mitad el No, sin tener en cuenta la abstención en la votación del mismo; situación que desembocó en una discusión mayor, asunto que aún se mantiene sin concluir y dividido al país. En lo referido a esta situación opino que la principal dificultad radica en la escasa sensibilización que se ha hecho a la población colombiana acerca de los alcances que tendría el proceso de paz, y los cambios sociales a los que se vería sometido el país, porque a pesar de que todos los colombianos deseen la paz, las herramientas adquiridas hasta el momento no permitirían el afrontamiento correcto del mismo y por el contrario, la aparición de posibles focos de discriminación y exclusión social que agudicen la violencia y la inequidad social que tanto se pretende erradicar. Ospina (1996) afirma que cuando una sociedad no es capaz de realizar a tiempo las reformas que el orden social le exige para su continuidad, la historia las resuelve a su manera, a veces con altísimos costos para todos. Es por esto que más allá del deseo de los colombianos de conseguir la paz de forma definitiva, se hace necesaria la realización de este proceso de paz con el fin de evitar la alta cantidad de situaciones de injusticia y barbarie que no deberían presentarse en el país y que solo causan el detrimento del mismo.

Aunado a lo anteriormente mencionado aconteció que el premio Nobel de Paz le ha sido conferido al presidente Juan Manuel Santos, lo cual ha provocado críticas acerca de su conveniencia en esta etapa del proceso, así como cuestionamientos de sí es él realmente el merecedor de este galardón o no. Con respecto a esto, el diario Wall Street Journal (2016) afirma en uno de sus textos que el Comité Noruego premió más las “buenas intenciones” que la paz real. Así mismo, afirma que en Colombia, el hombre que sí merece el premio es el presidente Uribe, cuya campaña contra las FARC volvió más segura la vida para millones de colombianos. Esa es una lección perdida en las almas bien intencionadas en Oslo que pretenden que la paz que ellos disfrutan ha sido ganada por la buena voluntad por sí sola. Frente a esto considero que no es favorable la entrega de este reconocimiento al presidente Santos, puesto que en Colombia aún no existe la paz, sin embargo también

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