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¿Qué hace pensar que, en el siglo XXI el centro de operaciones (el lugar más importante del mundo) será Asia?


Enviado por   •  23 de Noviembre de 2021  •  Ensayo  •  2.078 Palabras (9 Páginas)  •  74 Visitas

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¿Qué hace pensar que, en el siglo XXI el centro de operaciones (el lugar más importante del mundo) será Asia?

“La globalización como un hecho y no como una opción” (Richard Haass, 2020, P 1) ha quedado al descubierto para el mundo a raíz de la pandemia desatada por el SARS Covid-19.

El centro de operaciones mundial hacia finales del siglo XX fue indiscutiblemente liderado por Estados Unidos de América, sin embargo durante las dos décadas que lleva el siglo XXI, ese liderazgo se ha perdido constantemente y de forma acelerada. Basta con revisar los antecedentes históricos recientes.

En el 2001 Estados Unidos se sumerge en una guerra de 20 años contra el terrorismo, para el 2008 sufre una gigantesca crisis económica y financiera que resulta en lo impensable como el derrumbe de Lehman Brothers, que era la vendita que tapaba la hemorragia (POZZI, 2018) , en octubre de 2013 durante el gobierno de Barak Obama la administración para sorpresivamente durante dos semanas (DW DOCUMENTAL, 2020) y la estocada final a este proceso de caída libre de Estados Unidos como lider mundial se da con la elección del presidente Donald Trump en 2016 y al mismo tiempo la votación por el brexit que separo aún más el poder occidental y su influencia en el mundo.

Mientras china, lento pero a paso firme, celebraba juegos olímpicos, se posiciona como líder de la recuperación económica mundial, y lanzaba al mundo su más ambicioso proyecto de integración asiática, Belt and road initiative (BRI)

Observando la caída de imperios siempre hay participantes en el escenario mundial con el apetito de ocupar su lugar. China ha sido el país asiático con más potencial de cubrir ese lugar y no ha dudado en hacerse reconocer como líder actual de la globalización. “Esto ha dado como resultado un mundo post americano, que se ha caracterizado durante la crisis actual por una marcada falta de liderazgo estadounidense” (Richard Hass, 2020).

Un punto de inflexión en la historia reciente lo desata la caída de la unión soviética en 1989, y el discurso del liberalismo que parecía ser el ganador y su promesa fracasaron,  la historia decía que lo que sucede es que la economía se está globalizando, la política se está liberalizando y la combinación de ambas creará un paraíso sobre la tierra (Harari, TED, 2017). La pérdida de la influencia soviética como sucedió en Kazajistán, se evaporó en un instante dejando a merced de las florecientes olas asiáticas, países náufragos ansiosos por crear mercados y mejorar sus infraestructuras.

Es así como llevan 30 años haciendo lo que el Dr Parag Kanna define como "Asianizacion"(Kazakh TV, 2020).

Sin embargo no se debe pensar que China es Asia o viceversa, ese es un error muy frecuente cuando se habla de política internacional.

Asia en sí misma contiene casi 4.5 billones de la población mundial en 48 países, y gracias a muchas razones que contemplan desde la integración asiática liderada por china con el proyecto personal del actual secretario del partido comunista Xi Jinping, denominado belt and road (nueva ruta de la seda) que integra 70 países a lo largo y ancho de Asia y europa, hasta la sorprendente vacilante voluntad norteamericana por liderar la globalización, son razones para qué que muchos analistas contemplen que  en  el siglo 21 el futuro está en Asia.

Por lo anterior líderes de opinión de la geopolítica, no dudan en sentenciar que " lo único que debe hacer asia para liderar el planeta, es liderarse a sí misma" (Kazakh TV, 2020)

La anterior revelación, obedece a hechos irrefutables como que Asia posee más de la mitad de la población mundial y tiene la mitad del PIB internacional lo cual ejerce una fuerza gravitatoria que hace que todos los países a su alrededor caigan en su influencia.

Y eso lo tiene particularmente claro Xi Jinping, cuando considera irónico que Occidente siga pensando qué el mundo se encuentra aún en esas latitudes

El banco chino durante los últimos 30 años ha financiado sin descanso las naciones asiáticas post soviéticas, proclamándose como el pivote modernizador de infraestructuras y mercados, recurriendo a sus costumbres ancestrales de integrar pueblos a través del comercio. China comprendió una lección importante qué dejó el imperio romano, y es que todos los caminos no deben conducir a Pekín, sino que todos los caminos deben interconectar Asia.  La interconectividad es el detonante del florecimiento de la cuarta ola asiática.

La primera ola fue el milagro Japonés, la segunda el tigre económico, la tercera el liderazgo de China y la cuarta la asianización. (Kazakh TV, 2020)

India y Pakistán países asiáticos ostentan la nada despreciable cifra de 2,5 billones de seres humanos, con tasas de crecimiento demográfico superior a la media  de países como China o Tailandia, creando altas expectativas de un florecimiento inatajable en su economía, de la cual el mercado asiático pueda echar mano para tercerizar producciones, garantizar consumos y luchar por talentos jóvenes. Asia se proyecta como un bastión gigantesco, un mercado interno sólido que fácilmente consumirá toda la producción del continente, haciendo innecesario focalizar esfuerzos exportadores  para mantener a flote sus economías.

Lo anterior será traumático para el mercado latinoamericano pero dará paso a la urgente obligación de asociarse con el mercado asiático a través de sus socios en la región y decidir sí son más importantes los valores que comparte con su padrino Norteamérica, qué su economía.

A pesar de tanta grandeza, el liderazgo internacional no es un camino de rosas perfumadas,  y ha quedado demostrado que “no sencillamente porque china se proponga algo lo va a obtener”.(Khanna, 2021)

Recientemente Japón a pesar de los tratados comerciales que lo une a sus vecinos asiáticos con el tratado RCAP (regional comprehensive  economic partnership) ha decidido unir fuerzas con Estados Unidos, Australia y la India, para no depender exclusivamente de la tecnología fabricada en China en lo que respecta a componentes electrónicos altamente sensibles derivados de minerales raros en el planeta.

Lo anterior no es un hecho aislado ya que países como Francia y Alemania se han propuesto en ofrecer asesoría, infraestructura, créditos blandos etc, a países a lo largo de la nueva ruta de la seda, diseñando tratados comerciales que compitan con los gigantes asiáticos, lo cual es muy positivo, ya que al fin lograron despertar de ese letargo en el llevan sumidos los últimos 30 años, muy cómodos delegando la seguridad y política internacional en manos de Estados Unidos.

Alentar la competencia siempre será síntoma de una buena política económica, porque la gente de a pie es la que resulta más beneficiada.

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