Quiero Ser Maestra
Enviado por yarethbuenfiil • 2 de Septiembre de 2014 • 679 Palabras (3 Páginas) • 354 Visitas
¡Quiero ser maestra !, por Sacra Rodríguez Suárez
Recuerdo que de pequeña me preguntaban qué quería ser de mayor, y siempre respondía ¡Yo maestra!
Así, desde mi infancia quedé fascinada y atrapada por esta profesión donde el dar y el recibir, ofrecer y presentar, enseñar y aprender, comunicar y transmitir, crecer y progresar, crear y elaborar, escuchar y dar la palabra, acompañar y guiar… se dan en partes iguales, y donde se está continuamente en evolución, enriquecimiento y crecimiento personal si realmente te gusta y disfrutas ejerciéndola.
Jugaba a las maestras y las imitaba en sus gestos y acciones.
Recuerdo también que en Reyes, siempre mis padres, aparte de juguetes nos regalaban algo para el Cole, y yo me sentía feliz con una simple caja de lápices “Alpinos”.
Cuando explicaban mis maestros-as algún tema, siempre me quedaba absorta, porque sentía que esa comunicación, esa complicidad, ese diálogo, esa acción pedagógica eran irrepetibles y casi mágica.
En todas mis etapas escolares, nunca tuve la figura de un maestro-a que me marcara o dejara huella. Todos-as se basaban en realizar una escuela donde la pizarra, la silla, la mesa y el libro de texto eran el denominador común y donde la rutina, la repetición, los exámenes, las redacciones, el salir a decir la lección o preguntarla oralmente, los problemas matemáticos sin sentidos, las calificaciones PA y NM eran los elementos motivadores y esta tediosa cadena se rompía con la realización de alguna excursión o la fiesta Fin de Curso, a pesar de todo, les cogí aprecio y cariño a algunas maestras-os (sobre todo en Primaria) y forman parte de mi memoria sentimental.
Al decidir carrera, elegí Magisterio con convencimiento (aunque por la nota de selectividad tenía otras posibilidades). Aprobé las oposiciones (nunca fui interina) y me vi por primera vez sola en un aula y con un grupo de niños-as, no sentía “miedo escénico”, sabía que aprenderíamos juntos, estaba feliz (a pesar de que ni el centro ni el pueblo eran los mejores) y lo viví con responsabilidad y alegría.
Ahora en mi trabajo, si tengo a maestros-as como modelos: Mª Carmen Díez, Isabel Agüera, Mariano Coronas, Cristóbal Gómez, Sebastián Gertrúdix, Blanca Gaspar, Pilar Fontevedra, Elisa Vián, Rosa Serdio, Carmen Valderrey… en ellos-as me reflejo, aprendo, intercambio, dialogo, me identifico y sobre todo los admiro, muchos son amigos-as personales ¡el magisterio da estos lujos!
Son maestros-as “a pie de obra”, como dice uno de ellos, que entiende su oficio como mucho más que una forma de ganarse la vida y que van a trabajar en vez de ir al trabajo.
En mi segundo año como maestra, un compañero me dijo: “Ahora tienes esta ilusión y vitalidad porque llevas poco años, cuando lleves los que yo, todo habrá desaparecido, porque es una profesión que quema mucho”. Hasta hoy, siento y tengo
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