¿Quién es más fuerte ahora? El Bullying

¿Quién es más fuerte ahora?

En un país como el nuestro, y en todo el mundo, estamos acostumbrados a que el más fuerte domine al más débil. Pero no el más grande y fuerte, el más capaz e intelectual.

Entre los niños esto es diferente, la violencia escolar es una tendencia que lamentablemente esta en pleno crecimiento. A comparación con otros países, Argentina se abduce como un país en donde el Bullying esta creciendo cada vez más rápido. En Estados Unidos es donde más se da el índice de maltrato o acoso escolar, pero a los chicos se los reunía y se los ponía a hablar, visto en muchos programas informativos. Aquí rara vez se toma la palabra y por eso estas cosas arrancan en jardín y se las deja crecer de año en año. Al final, la violencia es imparable.

El bullying es una conducta de hostigamiento o persecución física o psicológica que realiza un alumno contra otro, a quien elige como blanco de repetidos ataques; “siempre es contra una persona concreta y no contra un grupo. Si esto fuera así, sería considerado una pelea entre bandos”. Explica Flavia Sinigagliesi psicóloga partidaria del equipo “Bullying Cero” a través de su página de Facebook.

El bullying tiene varios protagonistas: el hostigador (es el que idea el hostigamiento y no siempre el que lo ejecuta); el hostigado; los seguidores (los que apoyan al líder y muchas veces ejecutan el hostigamiento), los espectadores (que pueden sólo mirar, reírse de lo que pasa o intentar detenerlo); el personal de la escuela (quienes deben detectarlo e intervenir) y los padres (responsables de detectar cambios en sus hijos y conversarlo con las autoridades del colegio).

Por el momento, nadie podía hacerse cargo de las problemáticas ocasionadas en las jóvenes victimas; como por ejemplo “Las actitudes cerradas, la dificultad para relacionarse con su entorno y mismo con sus pares o familia, problemas psicológicos, la excusión del grupo que lo rodea, el vivir con miedo” remarca la psicopedagoga Nadina Caminos de Zuázaga en una conversación establecida con el periodista que les escribe.

“Claramente no hay maltrato sin testigos, son quienes observan y en algunos casos disfrutan ese momento en el que la víctima sufre”.

Es más, muchos docentes reconocen que no tienen idea de qué hacer ante un caso de violencia en horas de clase.

Según el informe ¿Qué dicen los chicos?, Datos cuantitativos sobre la violencia en las escuelas, un estudio realizado por el Ministerio de Educación sobre 70.000 alumnos de colegios secundarios privados y estatales, el 8% de los chicos sufrió exclusión, al 12% lo insultaron, a otro 12% le hicieron burlas, al 14% le gritaron y al 32% le rompieron los útiles. Pero como todos esos hechos son considerados "incivilidades" y no "violencia", se concluye que "a partir de los datos obtenidos es posible refutar la creencia de la escuela como un lugar inseguro".

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