¿Qué Valores Culturales Traerá Al DF La Protección Permanente De Las Torres De Satélite Y Súper Servicio Lomas?

Introducción

Hace algún tiempo en mi ciudad, el Distrito Federal, se plantearon dos polémicos proyectos de diferente tipo cada uno pero casi en tiempos paralelos, los cuales, coinciden en nombrarse “Bicentenario”, además de traer la necesidad de la destrucción de otras obras existentes que son consideradas de suma importancia cultural para nuestra ciudad, sobre todo porque ambas provienen de un célebre y aclamado autor para cada una.

El resultado fue el mismo en ambos casos: su conservación. En mi particular opinión, me disgustó una decisión y la otra fue altamente valorada. Ahora, busco concretizar y fundamentar mis puntos de vista con una investigación profunda y objetiva en la que se analicen ambas situaciones. Hablo de las Torres de Satélite de Luis Barragán y el Súper Servicio Lomas de Vladimir Kaspé. Las primeras, serían destruidas para dar lugar al Viaducto Bicentenario, o “El Segundo Piso del Periférico”, obra que beneficiaría las vialidades del norte de la ciudad a gran escala.

El predio del segundo edificio, ocupa una parte donde se pensaba construir un rascacielos de 300 metros de altura, diseñado por uno de los arquitectos contemporáneos más cotizados en el mundo actualmente, Rem Koolhaas.

Mi primera postura fue apoyar a la conservación de las Torres de Satélite y, en lo contrario, preferí la construcción de la Torre Bicentenario, la cual supuse que pondría a México en un lugar más alto de reconocimiento internacional en cuanto a modernidad y vanguardia de lo que haría un “simple supermercado” o mucho peor, una autopista visualmente estorbosa.

Pero aquí y ahora es donde se plantea realmente mi duda, al querer saber más allá de simples opiniones ignorantes. Conocer y poder fundamentar puntos de vista a cerca de hechos, que definen y cambian mi ciudad, me hacen plantearme lo siguiente:

¿Qué valores culturales traerá al DF la protección permanente de las Torres de Satélite y Súper Servicio Lomas?

Primero que nada, me gustaría especificar el contexto legal en el que ambas obras se sitúan catalogadas por nuestras leyes, empezando por descubrir la existencia de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos la cual tiene como una de sus funciones determinar y catalogar este tipo de construcciones. Nos enfocaremos en la parte de los Bienes Artísticos, los cuales se pueden definir gracias al autor Ernesto Becerril Miró, en el siguiente texto:

Artículo 33.- Son monumentos artísticos, las obras que tienen valor estético relevante.

Para determinar el valor estético relevante de algún bien se atenderá a cualquiera de las siguientes características: representatividad, inserción en determinada corriente estilística, grado de innovación, materiales y técnicas utilizados y otras análogas.

Tratándose de bienes inmuebles, podrá considerarse también su significación en el contexto urbano.”1

Ahora bien, podemos considerar legalmente ambos bienes inmuebles como monumentos artísticos, ya que cada uno cumple con todas las características que el Artículo 33 de la LFMZ solicita para que lo sean.

Pero, siendo ya considerados como tal, Becerril afirma que dichos bienes inmuebles quedan automáticamente protegidos por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura y por la Comisión Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural. De esta forma aseguramos que la preservación de ambas obras arquitectónicas está fuertemente respaldada por instituciones competentes, aunque el cambio en la ciudad sigue siendo inevitable.

1 José Ernesto Becerril Miró, El Derecho del Patrimonio Histórico-Artístico en México, Ed. Porrúa, México, DF, 2003, pp 89

“Durante el último siglo la dimensión y las actividades que se desarrollan en la ciudad se han transformado e incrementado drásticamente. Estos cambios no han ocurrido de la misma manera ni con la misma intensidad en todas las ciudades o de forma homogénea en ellas; es más, ciertas partes de la ciudad cambian con mayor intensidad y dinamismo que otras, lo cual provoca un rezago que en muchas ocasiones significa su deterioro u obsolescencia.”2

En cuanto a la importancia del nuevo proyecto de la TB, hablando económicamente, un edificio con un área construida de 400,000 m2 (Torre Bicentenario) traería un impacto impulsador del empleo en la ciudad y en sí un proyecto de tal magnitud e importancia trae beneficios económicos a una región, evidentemente más grandes que los que traería su precesor.

En aspectos económicos, fuera ya del marco legal, existen otros documentos que fundamentan la importancia de la obra artística plenamente espontánea y la jerarquizan sobre otra que será una herramienta para fines superficiales. Tal es el caso de los siguientes textos del autor Holandés Antoon Van den Braembussche, que describen el punto de vista del pensador Arjo Klamer:

“La perspectiva de los economistas convencionales sólo involucra una sola mente y tiende a devaluar importantes aspectos del arte y la cultura. Uno de éstos importantes aspectos del arte es su ambigüedad: ésta representa el planteamiento de problemas sin darles una solución. Tan esencial ambigüedad explica por qué la experiencia de la estética es una experiencia de asombro [… ] Ambos aspectos están completamente descuidados por los economistas convencionales, quienes reducen los bienes culturales, pinturas y recitales a comodidades y sus valores a precios.”3

Éste párrafo finaliza con la frase de Klammer, de 1995: “El arte como una actividad y como experiencia tiene un valor que va más allá de la medición y por ende choca completamente con la forma del dinero”4 En este punto, ya no entra, según mi criterio, el aspecto económico en la competencia contra la cultura. Efectivamente, dicho edificio traería un

beneficio palpable, pero nos quitaría valor a nuestra ciudad.

Más adelante, trataré de explicar la importancia del patrimonio un poco más concretamente, pero antes, me gustaría encontrarle una definición a la palabra patrimonio, para aclarar lo mejor posible el significado de este concepto.

El francés François Hartog nos da una breve respuesta a nuestra búsqueda:

“En efecto, es notable en este aspecto la definición dada en la ley de 1993 sobre el patrimonio monumental: Nuestro patrimonio es la memoria de nuestra historia y símbolo de nuestra identidad nacional. Pasando a un lado de la memoria, se convierte en memoria de la historia y, como tal, en símbolo de identidad. Memoria, patrimonio,

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